Un baile que conecta a los peruanos con sus ra¨ªces
Una academia de marinera norte?a en Madrid intenta que los extranjeros mantengan vivas sus tradiciones
Un pedazo de Per¨² se encuentra en el n¨²mero 18 de la calle de Lenguas en Madrid. Ah¨ª, en un espacio peque?o y caluroso, se congregan todos los fines de semana estudiantes de baile que intentan sentirse m¨¢s cerca de su tierra a trav¨¦s de la marinera norte?a, una danza t¨ªpica peruana.
¡°Uno, dos, tres¡uno, dos, tres¡±, dice el profesor Miguel Mendoza para marcar los pasos. Unos 30 alumnos, sincronizados, obedecen: primero se mueven hacia la derecha y luego hacia la izquierda. ¡°Suaaaave, suaaaave¡±, repite el maestro, mientras los aprendices intentan disminuir la velocidad de sus pasos. ¡°La marinera es un baile de enamoramiento¡±, les explica. Las mujeres, adultas y ni?as, bailan con elegancia y coqueter¨ªa, mueven la falda de ensayo al comp¨¢s de la m¨²sica. Los hombres, con un sombrero en la mano, cortejan a las chicas.
Miguel Mendoza lleg¨® a Espa?a hace 11 a?os con una idea clara en su cabeza: abrir una escuela de baile para difundir las danzas y tradiciones de Per¨², pero que tambi¨¦n que se convirtiera en un lugar donde los inmigrantes peruanos lograran conectar con sus ra¨ªces. Se ha especializado en marinera norte?a, el baile originario de la costa de Per¨², donde ¨¦l naci¨® y el que su madre le ense?¨® a bailar desde que era un ni?o. ¡°Todos los que salimos al extranjero en muchos momentos nos olvidamos de lo nuestro y lo que hago es intentar que la gente se vuelva a reencontrar con nuestra cultura¡±, dice. Comenz¨® con pocos estudiantes, ahora viaja por toda Europa para dar clases y por su academia han pasado cientos de alumnos.
Uno de los estudiantes, Rudy Ortega, peruano de 27 a?os, lleg¨® a Madrid hace m¨¢s de diez a?os y desde entonces no ha vuelto a su pa¨ªs. Le gusta bailar de todo tipo de m¨²sica, pero poder practicar marinera en la capital espa?ola, asegura que le da la sensaci¨®n de estar en Per¨², de saber qui¨¦n es y de d¨®nde viene. ¡°Necesito escuchar mi m¨²sica, sentirla, as¨ª me reconecto con mi tierra¡±, asegura.
Para asistir a las clases no hace falta ser peruano. Aunque la mayor¨ªa de los alumnos lo son, tambi¨¦n hay de varias nacionalidades: espa?oles, chilenos, franceses, suizos. Montse Bernardo es madrile?a y est¨¢ casada con un peruano. Asiste a la escuela con su esposo y sus dos hijos. ¡°Me encanta bailar y para m¨ª es una forma de hacer ejercicios, de desconectar. Hago los pasos, pero no voy a expresar el sentimiento que ellos expresan con el baile. A ellos, bailar los lleva a su pa¨ªs¡±, afirma.
Los alumnos realizan presentaciones en Madrid, participan en festivales y eventos culturales. Los que tienen m¨¢s experiencia tambi¨¦n viajan por diferentes ciudades de Europa para bailar. Seg¨²n Mendoza es la oportunidad que tienen para demostrar los conocimientos que han adquirido, para divertirse y adem¨¢s mostrar los vistosos trajes de esta danza. Los hombres, sus trajes y sombreros; las mujeres, sus vestidos largos y coloridos, llenos de bordados y finos encajes.
Hay algunos incluso que han viajado a Trujillo, la cuna de la marinera norte?a, para participar en los concursos m¨¢s importantes de esta danza. ¡°Una experiencia maravillosa, para recordar. Un concurso de marinera en Trujillo solo puedo compararlo con algo como un Madrid- Bar?a aqu¨ª¡±, cuenta Montse Bernardo, que particip¨® este a?o con su esposo.
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