En sus manos
En 'The Brink', el destino de la humanidad depende de tipos aficionados a las prostitutas y a las drogas. Esa crisis mundial a cargo de irresponsables no resulta tan inveros¨ªmil
En un mundo en el que est¨¢ a punto de estallar la tercera guerra mundial, el destino de la humanidad depende de estos personajes: un secretario de Estado borrach¨ªn y aficionado a que las prostitutas lo asfixien hasta el borde del desmayo, un funcionario de EE UU en Islamabad porrero y cuyo mayor m¨¦rito fue encontrar dos gemelas rubias para el primero, y un piloto militar que no solo maneja un caza colocado con pastillas, sino que las distribuye a sus compa?eros de portaviones. Hay m¨¢s: un golpista chiflado al frente del arsenal at¨®mico paquistan¨ª o un embajador contemplativo ante el desastre porque cree que se est¨¢n cumpliendo profec¨ªas b¨ªblicas.
Es lo que cuenta The Brink (en Canal+ Series), divertida parodia de una crisis global que tampoco parece tan disparatada. No habr¨ªa desentonado ah¨ª alg¨²n personaje real: aquel presidente que manch¨® el vestido de su becaria, el siguiente presidente que afirmaba que Dios le dijo que invadiera Irak, los dos primeros ministros pillados en una fiesta con jovencitas que llamaban bunga-bunga o ese director del FMI que tap¨® con su dinero el caso del asalto sexual a una camarera de hotel.
Si los poderosos tienen secretos as¨ª de oscuros, al menos quisi¨¦ramos pensar que saben lo que hacen. Como el cirujano de principios del siglo XX de The Knick, un pionero de la medicina moderna que opera puesto de coca y pasa la noche en burdeles. En El lobo de Wall Street ya nos contaron el abuso de esa sustancia y del sexo de pago por quienes mueven los mercados financieros. Ojal¨¢ les haga el mismo efecto que al piloto de la pel¨ªcula El vuelo, que, en pleno subid¨®n del polvo blanco, realiza una maniobra genial que evita una cat¨¢strofe y, aunque va a juicio, sabe que sobrio no lo habr¨ªa logrado.
?En qu¨¦ manos estamos? Lo bueno de The Brink es que te r¨ªes a carcajadas. Lo malo es que no resulta tan inveros¨ªmil.
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