La juventud toma el podio

La juventud parece haber tomado el podio de las orquestas. Y hoy cada vez m¨¢s formaciones sinf¨®nicas prefieren un titular estilizado y treinta?ero a un maestro a?oso y experimentado. Ya lo dec¨ªa Shakespeare en un famoso madrigal: ¡°La juventud es ardiente y audaz, la vejez endeble y fr¨ªa¡±. El fen¨®meno incluso ha llegado a la ficci¨®n televisiva a trav¨¦s de la serie Mozart in the Jungle donde el actor Gael Garc¨ªa Bernal parodia al director Gustavo Dudamel. Pero en realidad no es algo tan nuevo. Leopold Stokowski inici¨® en 1912 su m¨ªtica titularidad al frente de la Orquesta de Filadelfia con treinta a?os. David Afkham (Friburgo, Alemania, 1983) comienza ahora la suya al frente de la Orquesta Nacional de Espa?a con 32.

Este maestro alem¨¢n, cuya musical familia de origen parsi cuenta con un hermano violista en la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, viene avalado por un formidable curr¨ªculum. Ha sido asistente de Gergiev en Londres, Haitink en Chicago, Salonen en Los ?ngeles y Abbado en la Gustav Mahler Jugendorchester. De todos ellos ha tomado alg¨²n detalle: la intensidad del ruso, la fortaleza mental del holand¨¦s, el inter¨¦s hacia la m¨²sica contempor¨¢nea del fin¨¦s y la transparencia sonora del italiano. Pero el conjunto de sus facultades como director de orquesta le han valido dos premios internacionales y la edici¨®n de su primer disco en el sello Orfeo con una sensacional D¨¦cima de Shostakovich.

A Espa?a lleg¨® por casualidad en septiembre de 2011 para sustituir in extremis a Josep Pons al frente de la ONE. Y la orquesta cay¨® rendida a sus pies tras una Quinta de Chaikovski memorable. Su esperado fichaje no fue f¨¢cil, pero las gestiones de F¨¦lix Alcaraz lo han hecho posible. Desde entonces ha regresado en numerosas ocasiones brindando excelentes versiones, entre otras, de la Cuarta de Shostakovich o la Primera de Mahler. Pero su verdadero bautismo de fuego tuvo lugar anteayer.

Afkham se decant¨® por la Segunda del compositor austriaco, la llamada ¡°Resurecci¨®n¡±. Y su elecci¨®n ha servido como p¨®rtico mahleriano a una interesante temporada titulada ¡°Malditos¡± que terminar¨¢ con un t¨²mulo brahmsiano: su R¨¦quiem alem¨¢n. Revivir para despu¨¦s expirar. Justo al rev¨¦s que plantean los versos de Kloppstock utilizados por Mahler en el movimiento final de su sinfon¨ªa. Y es que, tras lo escuchado el viernes, me temo que habr¨¢ que esperar cosas mejores. Hubo quiz¨¢ demasiado nerviosismo al tratarse del primer concierto de la temporada para conseguir una versi¨®n redonda de la Segunda mahleriana. Ciertamente fue una versi¨®n bien gestionada y construida, pero de menos a m¨¢s. La audacia de Afkham se concentr¨® principalmente en el espectacular Finale sinf¨®nico-coral donde la orquesta exhibi¨® opulentos contrastes din¨¢micos y texturas interesantes. Buena actuaci¨®n del Coro Nacional, a pesar del arranque din¨¢mico en pianississimo. Y entre las dos maravillosas solistas, la soprano inglesa Kate Royal tuvo una noche m¨¢s inspirada que la mezzo holandesa Christianne Stotijn.

Se inicia una etapa ilusionante en la Orquesta Nacional de crecimiento y evoluci¨®n a partir de lo ya construido por Josep Pons. En los pr¨®ximos a?os vamos a asistir adem¨¢s al rodaje de un gran maestro. No se lo pierdan, pues alg¨²n d¨ªa podr¨¢n decir: yo estuve all¨ª.