Leon Bridges, de humilde camarero a nueva estrella del ¡®soul¡¯
El joven al que todos comparan con Sam Cooke alcanza las listas de ¨¦xitos tras media vida trabajando en un restaurante mexicano
A Leon Bridges le encantan los trajes, como se encarga de demostrar cada vez que se sube a un escenario, pero su alumbramiento como la rutilante nueva estrella del soul cl¨¢sico en la que se ha convertido se lo debe a unos vaqueros. M¨¢s en concreto a unos Wrangler de cintura alta, los que luc¨ªa muchas tardes mientras serv¨ªa burritos y fajitas en The Boiled Owl Tavern, un restaurante de comida tex mex en Fort Worth (Texas), la ¡°ciudad donde empieza el Oeste¡±. Una clienta repar¨® en ellos y no pudo reprimir el comentario:
? Te tengo que presentar a mi novio. Lleva unos exactamente iguales que los tuyos.
El novio result¨® ser Austin Jenkins, guitarrista de la banda de americana White Denim. Bridges ni siquiera conoc¨ªa al grupo, pero le confes¨® que le encantaba la m¨²sica y hab¨ªa compuesto algunas canciones de amor con ayuda de su iPhone. Cuando escuch¨® aquella voz de oro l¨ªquido, mezcla perfecta entre Sam Cooke y el Marvin Gaye anterior a I heard it through the grapevine, el estupefacto Jenkins decidi¨® contratar unas horas de estudio y grabarle al muchacho una maqueta con ocho temas. Los siete a?os de trabajo en La Taberna del B¨²ho Hervido estaban tocando a su fin.
A sus 26 primaveras, Todd Bridges (que tal es su nombre real) ya no tiene que lavar m¨¢s platos ni anotar comandas, sino afrontar una extenuante gira europea que le ha acercado por primera vez a Espa?a (anoche en La Riviera en Madrid, hoy Bikini en Barcelona: 1.900 entradas vendidas) despu¨¦s de que su fulgurante debut, Coming Home, se haya aupado hasta el sexto puesto en las listas estadounidenses. Pero, por muchos vinilos en los que estampe su firma, la prudencia prevalece en este joven que repite la expresi¨®n ¡°tener los pies en la tierra¡± varias veces durante la charla y ensalza los or¨ªgenes humild¨ªsimos de su familia, en Nueva Orleans, con t¨ªtulos como Lisa Sawyer (su madre) o la in¨¦dita Doris, en alusi¨®n a su abuela materna. ¡°S¨¦ que a algunos artistas les podr¨ªa resultar embarazoso escribirle una canci¨®n a su mam¨¢, pero cada vez que canto en directo Lisa Sawyer noto una conexi¨®n muy fuerte con el p¨²blico. La gente se identifica conmigo porque todo el mundo puede entender una muestra de amor maternofilial¡±.
Lisa inculc¨® en su reto?o valores como la religiosidad, el respeto al pr¨®jimo o la importancia del decoro. ¡°El bagaje espiritual no resulta imprescindible para convertirse en un buen cantante de soul, pero yo lo tengo y no me reprimo a la hora de sentir y expresar esa fe¡±, admite. Y hasta su cl¨¢sica elegancia con la indumentaria tiene m¨¢s de herencia familiar que de af¨¢n mim¨¦tico con sus grandes ¨ªdolos musicales de los sesenta. ¡°Mam¨¢ me insist¨ªa mucho desde peque?o en que deb¨ªa lucir un aspecto presentable. Ya de ni?o me gustaban los trajes, solo que no ten¨ªa dinero para compr¨¢rmelos. Incluso aunque tocara en una banda de death metal me gustar¨ªa ir bien vestido¡±. Y entonces Bridges rebobina sobre sus propias palabas para carcajearse: ¡°bueno, lo del death metal igual no me pegaba mucho¡¡±.
Fascinado por una ¨¦poca que floreci¨® un cuarto de siglo antes de que ¨¦l viniera al mundo, Leon admite que no ha concedido una sola entrevista en la que dejase de asomar el nombre de Sam Cooke. En cambio, se devana los sesos cuando le inquirimos qu¨¦ le gustar¨ªa preguntar a su m¨¢ximo inspirador, que hoy tendr¨ªa 84 a?os de seguir vivo. ¡°Supongo que me gustar¨ªa escucharle todos los detalles sobre sus grabaciones cl¨¢sicas¡±, anota tras una prolongada pausa. ¡°Aunque en realidad preferir¨ªa haber sido una mosca en la pared y estar all¨ª, agazapado en el estudio, mientras dejaba para la historia todos sus discos¡±. Reconoce que le quedan generacionalmente muy lejos los a?os del doo wop, pero no cree que ello le deslegitime a la hora de practicarlo. ¡°Quiero que mis canciones reflejen mis verdades y le sirvan al oyente para convencerse de que soy yo mismo, una persona ¨²nica. Eso es lo que el soul significa para m¨ª¡±, resume.
Bridges solo se escabulle cuando le preguntamos su opini¨®n sobre pol¨ªticos como Donald Trump, con gran predicamento en Texas. ¡°Estoy a muchos kil¨®metros de Estados Unidos y absorto con mi trabajo. Solo me entero de alguna cosa a trav¨¦s de Facebook, pero no estoy al d¨ªa¡±, aduce. No parece preocuparle, con todo, el obligado fin de la era Obama. ¡°Los derechos civiles dependen de la predisposici¨®n de quien le suceda, no de que sea negro, blanco o rosa¡±.
A la joven nueva figura del soul se le nota mucho m¨¢s c¨®modo charlando sobre afectividades, anhelos o historias en primera persona. Recordando a Analisa Garc¨ªa, su ¨²nica novia formal hasta la fecha, una mexicana a la que conoci¨® en The Boiled Owl Tavern (d¨®nde, si no) y a la que le dedic¨® Brown skin girl. O a aquel cliente del restaurante que, en un ins¨®lito gesto de generosidad, le regal¨® 300 d¨®lares. ¡°El hombre no sab¨ªa nada de m¨ª, pero en ese momento mi madre se hab¨ªa quedado sin trabajo y mi hermano tambi¨¦n atravesaba una mala racha. Me qued¨¦ volado, pero a¨²n hoy es el d¨ªa que se lo agradezco¡±. Ahora que le marchan mucho mejor las cosas, a Leon Bridges tambi¨¦n le gustar¨ªa que le recordaran como un ciudadano bondadoso. ¡°Espero escribir cada vez mejores canciones para seguir grabando discos bajo el paraguas del soul cl¨¢sico¡±, concluye, ¡°y conf¨ªo en ayudar a muchos ni?os para que vayan a estudiar m¨²sica a la universidad¡±.
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