Emocionant¨ªsima tarde de toros y toreros en el cierre de Logro?o
Triunf¨® la ganader¨ªa de Fuente Ymbro, y Castella y Diego Urdiales salieron a hombros
Los diestros Sebasti¨¢n Castella, con cuatro orejas, y Diego Urdiales, con tres, dignificaron hoy la esencia de lo que significa un mano a mano, al protagonizar una gran tarde de toros como fin de feria en Logro?o, en la que ambos salieron en volandas por la puerta grande.
Con media entrada, se lidiaron toros de Fuente Ymbro, bien presentados, encastados y de interesante comportamiento en conjunto, a excepci¨®n del manso y huidizo primero. Destac¨® el gran tercero, bravo y encastado, y tambi¨¦n fueron buenos segundo, cuarto y quinto. El sexto, con transmisi¨®n, desarroll¨® sentido.
Diego Urdiales: dos pinchazos y estocada (silencio); gran estocada (dos orejas); y casi entera y descabello (oreja tras aviso), y Sebasti¨¢n Castella: estocada trasera (oreja); estocada fulminante (dos orejas); y gran estocada (oreja).
Volv¨ªa Urdiales despu¨¦s del gran sabor dejado hace un par de d¨ªas en el coso de La Ribera. Y lo hac¨ªa en sustituci¨®n de Perera y Talavante para enfrentarse en un improvisado mano a mano con Sebasti¨¢n Castella, a la postre, un perfecto duelo entre dos de los nombres m¨¢s destacados de la temporada.
M¨¢s all¨¢ de los trofeos concedidos, el caso es que ambos toreros deleitaron a los tendidos; primero, por dignificar lo que se entiende por un mano a mano, que es, ni m¨¢s ni menos, que competencia y ser mejor que el otro; y segundo, por ofrecer una tarde de toros memorable, de las que el aficionado tardar¨¢ mucho tiempo en olvidar.
A todo esto, hay que felicitar a Ricardo Gallardo, ganadero de Fuente Ymbro, por la gran corrida que lidi¨®, lo que la convierte, posiblemente, en una de las ganader¨ªas m¨¢s relevantes tambi¨¦n de este a?o, con toros importantes, como el tercero, cumbre, con el que Urdiales volvi¨® a hacer so?ar el toreo.
La tarde del riojano habr¨ªa que arrancarla, precisamente, por ese tercer toro, ya que con el huidizo y remiso ejemplar que abri¨® plaza, el ¨²nico lunar de un sobresaliente env¨ªo, no pudo hacer pr¨¢cticamente nada.
Pero fue asomar el tercero y la funci¨®n empez¨® calentar motores, y de qu¨¦ manera. Casi sin probaturas previas, la primera tanda a derechas ya fue rotunda. Le siguieron otras dos m¨¢s por ese pit¨®n de extraordinario temple y aroma. Por el izquierdo fue m¨¢s largo si cabe el de Fuente Ymbro, lo que dio paso a que surgiera la hondura y el mando, con media muleta barriendo el albero.
Faena muy compacta, realizado todo con suma torer¨ªa, ofreciendo el medio pecho y con la verdad por delante, y, algo muy bueno tambi¨¦n, con sentimiento en la interpretaci¨®n.
A vueltas por el derecho sigue aquello con el mismo ritmo. El toro de bandera, muy completo por bravo y encastado, que tuvo que haber sido premiado con la vuelta el ruedo. El que s¨ª la dio fue Urdiales con las dos orejas. Otra faena para la historia.
En el quinto se le vio muy poderoso a Urdiales con el capote, que tore¨® esta vez con mucho mimo y elegancia a un toro noble, pero al que hab¨ªa que darle tambi¨¦n sus tiempos y jugarle muy bien las mu?ecas para que acabara de romper, como as¨ª fue. A partir de ah¨ª, impuso Urdiales otra vez su ley para cortar otra oreja.
Castella tuvo un inicio vistoso en la tarde ante un toro, el segundo de corrida, que humill¨®, aunque careci¨® de fuerzas. El franc¨¦s lo fij¨® a base de tiempos y pausas, lo prob¨® por el izquierdo con alg¨²n enganch¨®n que otro, y lo mejor surgi¨® por el derecho, con dos tandas en redondo ligadas y despaciosas. Faena solvente, digna, premiada con una oreja.
A su segundo le recet¨® un largo saludo con el capote, ce?ido quite por chicuelinas incluido, como ajustados fueron tambi¨¦n los pendulazos de Castella para iniciar faena.
El toro tuvo menos gas que sus hermanos, pero la disposici¨®n de Castella pudo con todo, con un toreo de cercan¨ªas de notable calado en los tendidos, que recibieron muy bien todo lo que llev¨® a cabo el franc¨¦s, que despen¨® a su antagonista de una estocada sin puntilla, salvoconducto para la concesi¨®n de las dos orejas.
En el sexto volvi¨® a poner toda la carne en el asador Castella, que result¨® cogido de muy feas maneras al inicio de su quehacer a pies juntos, lo que hizo que el toro se orientara; supo lo que se dejaba atr¨¢s y busc¨® los tobillos de un Castella muy firme y valiente que cort¨® otra oreja como fin de feria.
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