Resucitados

Si usted tambi¨¦n ha perdido a una persona querida, seguro que ha so?ado con reencontrarse con ella. Pero si se la pusieran delante tal cual era, le pasar¨ªa como en Les Revenants: se quedar¨ªa bloqueado, incapaz de abrazarla o besarla, tendr¨ªa miedo, dudar¨ªa de s¨ª mismo, la esconder¨ªa. El resucitado se sentir¨ªa igual de inc¨®modo, como un intruso en vidas que segu¨ªan adelante sin ¨¦l. Cuando los muertos revividos fueran demasiados, les tratar¨ªan como a los refugiados en Hungr¨ªa. En el fondo todos desear¨ªan que descansaran en paz, ese derecho que le niegan a una pobre ni?a en Galicia.

Es un acierto de la serie francesa plantearnos un supuesto incre¨ªble sin indagar en las causas, sino en las consecuencias. La segunda temporada, que ha estrenado Canal + Series Xtra, ense?a el escenario desastroso al que aboc¨® el regreso de los difuntos. Por ahora esta ficci¨®n sortea el peligro que arruin¨® Perdidos tras un vibrante inicio: entrar en una espiral de sucesos misteriosos que no habr¨¢ forma de desenredar.

Les Revenants ha vuelto a contar con la pluma de Emmanuel Carr¨¨re, quien tuvo la idea y trabaj¨® en los primeros cap¨ªtulos. Pero al escritor le disgust¨® verse examinado por ¡°unos chiquillos con barba de tres d¨ªas¡±, de la edad de sus hijos, que ¡°hac¨ªan muecas de hast¨ªo¡± ante sus textos. Lo dej¨® para embarcarse en el libro El Reino (Anagrama), una irreverente investigaci¨®n de los inicios del cristianismo, cuando gente como Pablo y Lucas convencieron a tantos no solo de que Jes¨²s hab¨ªa resucitado, sino que su vuelta era inminente para vencer a la muerte.

En el pueblo de Les Revenants, al principio de la historia, un polic¨ªa ¡ªque ha pillado a su novia en la cama con su fallecido ex¡ª pregunta al cura: ¡°Si Jes¨²s resucit¨®, ?no pueden hacerlo otros?¡±. Y le choca o¨ªr que el sacerdote no entend¨ªa ese milagro en sentido literal. Dice Carr¨¨re que Les Revenants y El Reino tratan de lo mismo. Imprescindibles, provocadoras, fascinantes las dos obras.