La mierda de siempre, pero exquisita
Cuando Capote muri¨®, en 1984, Basquiat era un colgado. Warhol se larg¨® del planeta en 1987. Basquiat esper¨® unos pocos meses
Hacia el a?o 1975, en una acera del Greenwich Village de Nueva York, un jovenzuelo se dedicaba a pintar camisetas en p¨²blico para venderlas a los turistas. Cuando Andy Warhol pasaba por all¨ª, a veces le compraba una por 10 d¨®lares y cambiaba con el chaval algunas palabras. A simple vista era un golfo de la calle, uno de tantos chicos negros desarraigados que viv¨ªan en casas abandonadas. Un d¨ªa, Warhol vio aquella esquina vac¨ªa. El tipo se hab¨ªa esfumado. Ahora tocaba el clarinete en algunos pubs con unos amigos.
A?os despu¨¦s, un lunes de octubre de 1982, Warhol hab¨ªa quedado con el famoso galerista alem¨¢n Bruno Bischofberger, y este acudi¨® a la cita acompa?ado por aquel chaval de las camisetas pintadas, que respond¨ªa con el nombre de Jean-Michel Basquiat. Aunque en la adolescencia hab¨ªa jugado a fugarse de casa, a ejercer de vagabundo y a coquetear con la droga, resulta que era un chico de clase media alta, nacido en Brooklyn, hijo de un haitiano y de una portorrique?a e incluso hab¨ªa ido a la escuela City-As-School para alumnos superdotados. Ahora viv¨ªa en un lujoso loft en Christie Street. El marchante alem¨¢n lo hab¨ªa descubierto como pintor, lo hab¨ªa rescatado de la calle y comenzaba a ser famoso.
Jean-Michel Basquiat era un chico de clase media, de Brooklyn
Aquel d¨ªa, Bischofberger, Basquiat y Warhol almorzaron juntos en un restaurante vegetariano del Soho y Andy se enter¨® de que aquel joven era el que hab¨ªa iniciado con su colega Al Diaz la moda de llenar los vagones del metro y las tapias de los suburbios de Nueva York con graffitis de aerosol. ?De modo que eras t¨² ¡ªle dijo Warhol¡ª ese ser misterioso que firmaba como SAMO en las paredes? SAMO era un acr¨®nimo formado con las palabras same old shit, que significa ¡°la misma mierda de siempre¡±. Los pasajeros del metro estaban lejos de imaginar que viajaban rodeados de obras de arte. Esos garabatos esquizofr¨¦nicos, protestas airadas contra el consumo, habr¨ªan alcanzado precios fabulosos si a?os despu¨¦s se hubieran vendido en Christie¡¯s, pero a esa hora los vagones hab¨ªan sido lavados con detergente, el metro transcurr¨ªa impoluto por orden de la autoridad municipal y Basquiat ya pintaba cuadros al ¨®leo que expon¨ªa en las mejores galer¨ªas.
Durante aquel almuerzo Basquiat quiso devolverle los 40 d¨®lares que Andy, tiempo atr¨¢s, hab¨ªa gastado en sus camisetas. En este primer encuentro, Andy le hizo un retrato con la Polaroid y a cambio Basquiat le regal¨® un cuadro de los dos, que pint¨® esa misma tarde en una hora. A partir de ese d¨ªa, Basquiat entr¨® a formar parte de la tropa enloquecida de La Factor¨ªa, pero la aventura com¨²n dur¨® muy poco. Basquiat falleci¨® el 12 de agosto de 1988, a los 27 a?os, por una sobredosis de hero¨ªna en su apartamento de la calle Great Jones. En la ¨²ltima subasta por uno de sus cuadros se han pagado m¨¢s de 50 millones de d¨®lares.
Warhol sinti¨® por ¨¦l la misma fascinaci¨®n que por Truman Capote
Andy Warhol sinti¨® por Basquiat la misma fascinaci¨®n repentina que hab¨ªa experimentado con Truman Capote despu¨¦s de ver su foto en la solapa de su primera novela, Otras voces, otros ¨¢mbitos, en la que parec¨ªa un puto angelical. Desde aquel d¨ªa, Warhol no ces¨® de acosarle, de escribirle cartas, de esperarle en la puerta de su casa hasta conseguir su prop¨®sito. Se hizo su amigo y lo fotografi¨®, lo pint¨® y lo sac¨® en portada de Interview, la revista emblema de La Factor¨ªa, y desde ese momento ambos se exhib¨ªan juntos en los grandes saraos de Nueva York. La primera vez fue en 1966 en la inauguraci¨®n del espect¨¢culo lanzado por Warhol, su The Exploding Plastic Inevitable, con el grupo Velvet Underground y la cantante Nico interpretando canciones sobre la hero¨ªna, los transexuales y el sadomasoquismo, a la que sigui¨® la legendaria fiesta de etiqueta, en blanco y negro, que organiz¨® Capote ese mismo a?o en el hotel Plaza para celebrar el ¨¦xito de A sangre fr¨ªa, repleta de divos, joyas y estrellas: Sinatra, Mia Farrow, Sammy Davis Jr., Norman Mailer, Harper Lee, Katherine Graham, entre otras celebridades fastuosas. Fue aqu¨ª, en el Plaza, donde una admiradora se acerc¨® a Warhol, le arrebat¨® el peluqu¨ªn y sali¨® corriendo. Al parecer este peluqu¨ªn plateado se subast¨® en Sotheby¡¯s y un coleccionista pag¨® 10.000 d¨®lares.
Tanto aquel chaval de las camisetas pintadas como este puto angelical de la solapa se fueron degradando junto a Warhol como si se tratara de un elemento corrosivo. En su retrato de 1979, Capote empezaba a reflejar los efectos del alcohol y las drogas a las que permanecer¨ªa enganchado. Atr¨¢s quedaban los a?os de fama y sus grandes ¨¦xitos, las noches de borrachera en la legendaria discoteca Studio 54, rodeado por sus amigos Warhol, Bianca Jagger, Elizabeth Taylor y otros canes dorados con collar de diamantes de Tiffany¡¯s.
Aquel puto angelical acab¨® pareci¨¦ndose a un bulldog. As¨ª lo describ¨ªa Warhol: ¡°Truman se sienta ah¨ª y se frota los ojos como si estuviera amasando algo, luego aparta las manos y los tiene totalmente rojos, el blanco est¨¢ rojo, los p¨¢rpados tambi¨¦n, y se parece realmente a su perro con las orejas bajas¡±. Capote zascandileaba todos los d¨ªas por La Factor¨ªa tratando de escandalizar a aquella tropa de colgados con sus haza?as de sexo. Presum¨ªa, seg¨²n Warhol, de hab¨¦rsela chupado a John Huston m¨¢s de cuatro veces. Truman hablaba tambi¨¦n de Humphrey Bogart. Dec¨ªa que una noche se lo hab¨ªa llevado a la cama y le hab¨ªa arropado. ¡°Tendr¨ªas que dejarte que te lo hiciera¡±, le dijo Truman, y Bogart, muy nervioso, le contest¨®: ¡°Bueno, pero no te la metas en la boca¡±. Cuando Capote muri¨®, en 1984, Basquiat ya era un colgado. Warhol se larg¨® de este planeta en 1987. Basquiat solo esper¨® unos pocos meses para unirse a ellos en el cosmos.
Seg¨²n su secretaria, Pat Hackett, ¡°a Andy Warhol le impresionaba la fama, vieja, nueva o decr¨¦pita. La belleza. El talento innovador. Cualquiera que fuera el primero en hacer algo. El descaro extravagante. El dinero, sobre todo las grandes, antiguas y s¨®lidas fortunas¡±. O sea, la misma mierda de siempre, pero exquisita.
Babelia
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