¡®Los caciques¡¯ reivindica la vigencia de Carlos Arniches

Que los espa?oles no ser¨¢n felices del todo hasta que no acaben con los caciques lo dijo el dramaturgo Carlos Arniches (Alicante, 1866 - Madrid, 1943) a principios de siglo, lo siguieron pensando (y denunciando) los sufridores del estraperlo bajo mano de Alejandro Lerroux y a los que pring¨® el caso Matesa en el franquismo. Lleg¨® la democracia y la colza, Rumasa, Filesa, Rold¨¢n y Banesto, Tabacalera y Gescartera, la G¨¹rtel, N¨®os, B¨¢rcenas, la P¨²nica, Rato¡­

Son solo unos cuantos nombres en el marem¨¢gnum de casos judiciales. La corrupci¨®n parece sobrevivir a cualquier cosa. Estaba, est¨¢ y estar¨¢. Esa frase que el dramaturgo costumbrista introdujo en Los Caciques (1920), vuelve a pronunciarse en el Teatro Mar¨ªa Guerrero bajo la direcci¨®n de ?ngel Fern¨¢ndez Montesinos (Murcia, 1930) a partir de este viernes 9 de octubre.

Hay quien se queja de que se visita demasiado el pasado y hay quien arguye que es la mejor manera de darse cuenta de lo poco que se ha avanzado en d¨¦cadas ¡ªo siglos¡ª. Entre estos ¨²ltimos est¨¢ Fern¨¢ndez Montesinos. ¡°La actualizaci¨®n viene en su misma ra¨ªz, el tema es desgraciadamente tan actual¡­ ped¨ªa a gritos una revisi¨®n. Arniches dijo hace 20 a?os 'esto es lo que est¨¢ ocurriendo', ahora lo repetimos y dentro de otras dos d¨¦cadas alguien podr¨¢ volver a decirlo¡±.

La Se?orita de Tr¨¦velez (1916) y Los Caciques son, para el director, las obras de mayor denuncia social del costumbrista. Esta ¨²ltima cuenta lo que alg¨²n que otro habitante de alg¨²n que otro pueblo de Espa?a usa como chismorreo habitual durante la hora del aperitivo: un alcalde con m¨¢s de 30 a?os en el poder y demasiados tejemanejes.

Una comedia de enredo, s¨ª, con un trasfondo cr¨ªtico feroz. En la pieza la historia se riega con humor ¨¢cido que, posiblemente, el espectador reciba con una carcajada con eco. ¡°Es claramente una denuncia, y se usa el humor como arma para hacerla¡±. Y en un buen momento, campo de batalla (pol¨ªtico) en ciernes para las pr¨®ximas elecciones generales. ¡°El p¨²blico reflexionar¨¢, habr¨¢ que preguntarse qu¨¦ estamos obligados a hacer y contribuir a limpiar¡±, sentencia Fern¨¢ndez Montesinos.

El original, que se estren¨® en el Teatro de la Comedia en 1920 con un reparto de 23 personajes (y 23 actores), ya pis¨® las tablas con la esperanza de cambio de quien acab¨® exiliado en M¨¦xico y despu¨¦s en Buenos Aires porque al rey Alfonso XIII y a los sectores conservadores no les termin¨® de gustar ni la obra ni las cr¨ªticas que levant¨®.

Arniches volvi¨® a Madrid tres a?os antes de morir, en 1940. Fue entonces cuando Alberto Alcocer y Ribacoba, alcalde en aquel momento, se acerc¨® a ver al escritor para preguntarle qu¨¦ calle le gustar¨ªa tener en el Barrio de Salamanca, que estaba siendo terminado. El dramaturgo no quiso ninguna. No all¨ª. La pidi¨® en el Rastro, el lugar que lo hab¨ªa acogido durante toda su vida para que ¨¦l aprendiera el lenguaje, los gestos, la cadencia del habla del pueblo. Y all¨ª est¨¢, su calle.

Y sobre las tablas siguen esas palabras como retrato minucioso y exquisito de un tiempo y un espacio concretos, el Madrid chulazo y castizo. ¡°En esta versi¨®n hemos conservado la esencia, respetado al autor y solo hemos modificado lo que era necesario para que la obra encajara con el hoy¡±, explica el director. Han eliminado personajes, pero no sus parlamentos, han suprimido algunas escenas, no las importantes, y sobre todo, permanecen los di¨¢logos. Los mejores.

Los Caciques, en cualquier caso, no es una de las piezas de Arniches en las que los detalles del lenguaje fuera absolutamente esencial. ¡°Esto es el retrato de una ciudad peque?a, y van y vienen personas de la capital. El casticismo y el paletismo que Arniches plasm¨® en otras no es tan acusado en esta¡±.

Lo suficiente para que cualquiera se reconozca en alguno de los nueve personajes que forman el elenco, entre ellos Marisol Ayuso, Juan Calot y Juan Jes¨²s Valverde. ¡°Un milagro tener nueve actores. De verdad¡±, apunta el dramaturgo. Cuenta, con un deje de indignaci¨®n, que ya ha vivido las dos ¨¦pocas: ¡°Las de las grandes compa?¨ªas, y luego la de las obras de dos personajes, la del mon¨®logo. Mientras no recurran a que el director sea un holograma...¡±.

Fern¨¢ndez Montesinos, veterano teatrero, recuerda montajes con 20 m¨²sicos, 30 artistas y 10 t¨¦cnicos. ¡°Duele que ya no sea posible, duele que la situaci¨®n que vivimos de crisis no lo haga posible¡±. En parte, tambi¨¦n por culpa de los caciques presentes, se llamen como se llamen. ?Y cu¨¢nto queda para acabar con ellos? ¡°Uf. Eso est¨¢ muy, muy, muy lejos¡±.

Ellos "se" cuentan

V¨ªctor Anciones

V¨ªctor Anciones es el Doctor Salas, uno de esos personajes que el director ha mantenido del reparto original de 23, que finalmente qued¨® en nueve.?

Juan Calot

"Vamos, Pepe Mari", jalean el resto de actores cuando le toca el turno a Calot.

"Soy el alcalde, es entra?able, una buen¨ªsima persona, con buen coraz¨®n, con empat¨ªa hacia sus ciudadanos y hacia toda la sociedad, lo que pasa es que siempre se le ponen en contra, quieren sacarle dinero, la persona a la que ama no le hace caso, est¨¢ por otra persona... En realidad es un cabr¨®n con pintas, divertid¨ªsimo, hay que escalar muchos pelda?os para llegar a ¨¦l".

Fernando Conde

"Pepe es el p¨ªcaro de esta funci¨®n, viene con su sobrino Alfredo al pueblo porque su sobrino est¨¢ enamorado de la sobrina del alcalde. Es un personaje lleno de vida, de simpat¨ªa, tiene que conectar con el p¨²blico, es divertido. Es un vivales, un hombre que siempre ha vivido sin dinero pero que cuando le dan el sobre, no dice que no. Tiene su importancia por muy negro que sea. Es tambi¨¦n un personaje muy grato para cualquier actor. Arrancar la risa no es f¨¢cil, y ah¨ª andamos, pele¨¢ndonos con este Pepe.

?scar Hern¨¢ndez

"Soy el secretario del alcalde de este excelentisimo ayuntamiento. Es muy divertido: un pelota, un correveidile. Escudri?a todos los secretos para saber c¨®mo uno puede ser como el alcalde. Quiere ser como ¨¦l, poder manejar como lo hace ¨¦l, es una especie de arma para sacar informaci¨®n de quien quiere cortar el grifo de esta org¨ªa de robos y corruptelas".

Alejandro Navamuel

"Soy el sobrino de Pepe y ayudante de direcci¨®n en mis ratos libres. Mi personaje tiene una energ¨ªa inagotable, la del amor, quiere casarse con Cristina. Es tambi¨¦n un poco aprendiz de p¨ªcaro con Pepe, y tambi¨¦n refleja un poco la otra cara de la corrupci¨®n... los halagos, los agasajos, se deja querer, y eso tambi¨¦n hace que estemos como estamos. Est¨¢ el corrupto y el que se deja corromper".

Elena Rom¨¢n

"Cristina es la sobrina del alcalde, hu¨¦rfana, y se cri¨® con ¨¦l, que administra toda mi fortuna. Ella est¨¢ al margen de todo este tema de la corrupci¨®n. Est¨¢ locamente enamorada de Alfredo, y lleva llorando por ¨¦l desde que volvi¨® al pueblo. Alfredo llega y viven ese mundo de amor, de querer salir del pueblo. Representa el romanticismo y la inocencia, es pura en toda esta calumnia.

Es la primera oportunidad que tengo de estar en un teatro as¨ª, con este reparto y este director. Estoy muy agradecida".

Ra¨²l Sanz

"Soy Cazorla. El teniente alcalde, el segundo de la lista, lo que viene a ser el zorro academico, subalterno que lo que quiere es trepar y coger como el resto. Luego, cuando vienen mal dadas, se escaquea como puede y aspira a un nuevo ayuntamiento done poder seguir rascando".?

Juan Jes¨²s Valverde

"Don Gonzalo, poderoso concejal de finanzas del Ayuntamiento, y que se supone que se lleva su 3% (50% se oye entre risas por la mesa). Ultraconservador. Mi personaje tiene dos caminos, uno es el de la propia corrupci¨®n, y el otro una relaci¨®n de celos bon su bell¨ªsima mujer (Marisol Ayuso). As¨ª, entre celos y traiciones se desenvuelve este personaje. Estoy encantado, Gonzalo es un juguete maravilloso creado por Arniches".

Marisol Ayuso

"Soy la mujer de este corrupto (y se?ala a su marido y alcalde en la ficci¨®n, Juan Jes¨²s Valverde, que adem¨¢s es ¨ªntimo amigo del alcalde. Entre pillos anda el juego... Es un hombre muy celoso y vive de la corrupci¨®n maravillosamente".

"Y t¨² tambi¨¦n", se oye alrededor de la mesa donde se sientan los ocho actores (menos V¨ªctor Anciones, que est¨¢ enfermo) y el director.

"S¨ª, y yo tambi¨¦n", a?ade Ayuso.