Prohibido aburrirse con el Nobel

Hay muchas formas de saber c¨®mo se otorga el premio Nobel pero ninguna pasa por la casa de apuestas Ladbrokes, citada cada octubre como gur¨² de referencia. Ma?ana Sara Danius, la primera mujer en ocupar la secretar¨ªa de la Academia Sueca, se estrenar¨¢ anunciando el ganador de este a?o. Puede que hayamos le¨ªdo al afortunado o incluso que sepamos deletrear su nombre, pero para enterarnos de qu¨¦ se ha cocinado tras la puerta blanca que Danius abrir¨¢ a las 13 horas tendremos que esperar medio siglo, el que sella el secreto de las deliberaciones.

Puestos a entretener la espera ¡ªhasta ma?ana o hasta 2065¡ª, lo mejor es leer El premio Nobel de literatura (N¨®rdica), escrito en 2001 por el acad¨¦mico Kjell Espmark con motivo del centenario del medall¨®n m¨¢s prestigioso del mundo y traducido por Marina Torres. Con un pie en el canon y otro en la geopol¨ªtica, Espmark desgrana con detalle la historia de un galard¨®n que empez¨® alternando descaradamente franceses y alemanes para mirar sin recato hacia Estados Unidos despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial y abrirse al Tercer Mundo a partir de los a?os setenta. Por ¨¦l sabemos lo cerca que estuvieron de obtenerlo Gald¨®s, Unamuno, ?ngel Guimer¨¤ o Rafael Alberti. Tambi¨¦n que se baraj¨® a Borges para compartirlo con Miguel ?ngel Asturias en 1967, es decir, antes de que Pinochet y Videla se cruzaran en su camino. Tenemos muchas pistas sobre la cocina del Nobel pero ninguna receta. Acaso porque no las hay. Cuando en 1989 lo gan¨® Cela se dijo que pasar¨ªan d¨¦cadas antes de que un autor en espa?ol volviera al palmar¨¦s. Doce meses m¨¢s tarde se lo llev¨® Octavio Paz. En octubre pasado el consagrado fue Patrick Modiano pese a que su compatriota J.M.G. Le Cl¨¦zio lo hab¨ªa sido seis a?os antes.

Si el libro de Kjell Espmark es la mejor forma de conocer el Nobel a lo largo de un siglo, una buena manera de conocerlo en una edici¨®n concreta son las memorias de James D. Watson, galardonado con el de Medicina de 1962 por el descubrimiento junto a Francis Crick de la estructura de la mol¨¦cula del ADN, la famosa doble h¨¦lice. En Prohibido aburrirse (y aburrir) (Tusquets), traducido por Dulcinea Otero-Pi?ero, el bi¨®logo arranca con la llamada que le lanz¨® a un ¡°reinado¡± que ¨¦l compara con el de Miss Am¨¦rica y termina con una jugosa lista de consejos a inmortales futuros. Tales avisos van desde resignarse a engordar despu¨¦s de pasar por Estocolmo ¡ªasistir a banquetes se convierte en una ¡°segunda profesi¨®n¡± y ¡°cuando los anfitriones exageran tanto tu importancia que llegan a avergonzarte es m¨¢s f¨¢cil repetir plato que mantener cualquier conversaci¨®n¡±¡ª hasta evitar encuentros con m¨¢s de dos premiados. ?La raz¨®n? Dado que suele pasar cierto tiempo entre la concesi¨®n del galard¨®n y el trabajo que se reconoce con ¨¦l ¡ªnueve a?os en su caso¡ª es probable que hasta los ¨²ltimos elegidos hayan conocido momentos mejores. Para seguir activo, sugiere el agudo Watson, lo mejor es frecuentar a colegas j¨®venes que no hayan alcanzado la fama: ¡°Seguramente te ganar¨¢n al tenis, pero te mantendr¨¢n el cerebro en movimiento¡±. ?Cu¨¢ntos novelistas dir¨ªan algo as¨ª?