Maldito Amis

Leo una entrevista con Martin Amis en el Jot Down del domingo. Muy buena entrevista. Hacia el final, estas l¨ªneas me pegan un macetazo: ¡°La edad diluye a los escritores. El peor de todos los destinos tr¨¢gicos es perder la habilidad de impartir vida a tus creaciones (tus creaciones, en otras palabras, ya nacen muertas)¡±. Tremendo p¨¢rrafo. Un poco eg¨®latra, si me permiten. ?El peor de todos los destinos tr¨¢gicos? Se me ocurren tres infinitamente peores: la p¨¦rdida de un ser querido, un c¨¢ncer sin remisi¨®n, la borradura del alzh¨¦imer. Espero que Amis no entienda "destino" en el sentido hel¨¦nico de predeterminaci¨®n. Tambi¨¦n me fastidia un poco lo de "tus creaciones". Muy pomposo me suena eso. Muy teatral. En Francia lo vi escrito por vez primera. All¨ª no dicen (o muy poco) "spectacle", dicen "cr¨¦ation". En el programa del festival de Avignon de cada a?o hay m¨¢s "cr¨¦ations" que en la isla del doctor Moreau. Pues eso: que en vez de "tus creaciones" preferir¨ªa "tu mirada", lo que haces a la hora de escribir con tu mirada, con tu imaginaci¨®n, con tu memoria.

Entonces, si le pongo tantas pegas, ?por qu¨¦ estoy d¨¢ndole vueltas y m¨¢s vueltas a ese p¨¢rrafo? Porque si lo dice Martin Amis yo me lo pienso dos veces. O m¨¢s: me parece una autoridad, siempre me lo ha parecido. Lo que sabe este hombre, qu¨¦ aplomo, qu¨¦ envidia me da. Saul Bellow, islam, antisemitismo, la unificaci¨®n alemana, ate¨ªsmo y creencia, Hitler y Stalin. Le preguntan por Hillary Clinton y comienza: "Bueno, Hillary no ha dicho nada en seis meses". ?Lo sabe! ?Tiene una respuesta! ?Y adem¨¢s le llama Hillary, por el nombre de pila! Los escritores ingleses son la monda. Y menuda quinta: Martin Amis, Julian Barnes, Christopher Hitchens. Me acoquinan, me impresionan desde hace a?os. Para no hablar del cas¨®n que Amis tiene, seg¨²n cuenta el entrevistador, en Cobble Hill, Brooklyn: "Tres plantas: el estudio en el s¨®tano, la vida en la planta baja, la biblioteca y la intimidad en el primer piso". ?As¨ª quisiera yo mi vida y mi cabeza!

Al grano: que cuando leo esa primera frase siento un escalofr¨ªo de sentencia inapelable: la edad diluye a los escritores. Amis se salva porque es ingl¨¦s y porque su cerebro es como su casa. Yo soy de aqu¨ª, mi coco parece una chamariler¨ªa, y pronto cumplir¨¦ 59, y decir 59 es decir casi 60. ?Cu¨¢nto me queda antes de diluirme? No, no estoy de broma. Un miedo nuevo, pienso. ?Nuevo? Vamos, chico, lo tienes desde los veinte. Antes, incluso. Este doble miedo: cu¨¢nto me queda y cu¨¢ndo se secar¨¢ esto. Entre tanto, sigamos un rato. Ya me enterar¨¦. O ya me lo dir¨¢n. Maldito Amis.