La cultura como rearme
Tenemos que volver a aprender a plantearnos los interrogantes
Tomo prestado este t¨ªtulo del libro de Tony Judt y me apropio tambi¨¦n de la primera l¨ªnea para comenzar a hilar estas palabras: ¡°Hay algo profundamente err¨®neo en la forma en que vivimos hoy¡±. Judt fue un intelectual que vivi¨® solo 62 a?os (Albert Camus muri¨® con 46), pero nos ha dejado el trabajo apasionante de desvelar interrogantes a los perplejos del mundo que vemos c¨®mo cada d¨ªa se destruye un poco m¨¢s nuestro patrimonio. Un patrimonio que se ha formado en los valores culturales y cuyo crecimiento se ha empezado a romper hace menos de diez a?os por efecto de los que han buscado el beneficio material y han cre¨ªdo que el capitalismo salvaje y sin regulaci¨®n ser¨ªa eterno.
Inteligencia y pol¨ªtica son hoy un ox¨ªmoron
No se trata de mirar atr¨¢s salvaguardando las esencias perdidas como quien reclama unos derechos adquiridos firmados en un contrato imaginario. Tenemos la obligaci¨®n de reconquistar el d¨¦ficit democr¨¢tico y la confianza colectiva en un mundo asfixiado entre el dolor y la desolaci¨®n que producen las im¨¢genes que cotidianamente entran en los hogares burgueses de Occidente. Tenemos una doble obligaci¨®n, pol¨ªtica y econ¨®mica, por una parte, y moral y cultural, por otra, y ambas deben permanecer unidas por el sutil hilo de la convivencia. Es este ¡°un tiempo hostil, propicio al odio¡±, como escribi¨® ?ngel Gonz¨¢lez en 1967 en el poema Inventario de lugares propicios para el amor; un tiempo de cambios y de irrupci¨®n de otras formas de vida y de relaci¨®n, en los que la globalizaci¨®n est¨¢ sirviendo para igualar a los que m¨¢s tienen, en contra de los que buscan nuevos horizontes para desarrollarse.
Necesitamos un rearme social, y la cultura contiene los ingredientes necesarios. ¡°La poes¨ªa es una herramienta para gestionar el dolor y la felicidad ¡ªsobre todo sus vertientes ya dom¨¦sticas, la tristeza y la alegr¨ªa¡ª, una gesti¨®n de la que depende lo que se guarda de la vida pasada¡±, escribi¨® Joan Margarit. En octubre de 1981, siete meses despu¨¦s del intento de golpe de Estado, Jos¨¦ Hierro recog¨ªa en Oviedo el Premio Pr¨ªncipe de Asturias de las Letras. En su discurso, ante un pr¨ªncipe Felipe de 13 a?os, dijo: ¡°Las democracias se ponen al servicio de la cultura, la aceptan como es. En el fondo es una tarea inteligentemente pol¨ªtica¡±.
Inteligencia y pol¨ªtica son hoy un ox¨ªmoron. Vuelvo a Judt: ¡°Tenemos que volver a aprender a plantearnos los interrogantes¡±. ?
Miguel Mun¨¢rriz?es periodista cultural y poeta, fundador de la agencia literaria Dos Passos.
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