La afici¨®n de Zaragoza se entrega a un agradecido, efectista y desigual Padilla
El torero jerezano y Daniel Luque cortaron sendas orejas en la tercera corrida del Pilar

La tercera corrida de la feria del Pilar de Zaragoza se sald¨® con sendas orejas que premiaron la entrega del jerezano Juan Jos¨¦ Padilla y el buen oficio del sevillano Daniel Luque ante los dos mejores toros del astifino encierro de la divisa de Zalduendo. Con tres cuartos de entrada, se lidiaron toros de Zalduendo, desiguales de volumen y cuajo, pero todos astifinos y seriamente armados. En conjunto, pese a que alguno se raj¨® o se defendi¨® con genio, la corrida tuvo tambi¨¦n movilidad y nobleza, con los toros lidiados en tercero y cuarto lugares como m¨¢s destacados.
Juan Jos¨¦ Padilla: estocada trasera tendida (silencio); estocada desprendida (oreja con fuerte petici¨®n de la segunda y dos vueltas al ruedo). El Fandi: pinchazo y estocada trasera desprendida (silencio); media estocada trasera tendida (ovaci¨®n tras petici¨®n de oreja insuficiente); y Daniel Luque: estocada (oreja); estocada desprendida (ovaci¨®n tras leve petici¨®n).
Cuatro a?os despu¨¦s de aquel tremendo percance que le desfigur¨® el rostro, Juan Jos¨¦ Padilla volvi¨® a Zaragoza dispuesto de nuevo a darlo todo en una plaza que le tributa un cari?o especial. Y, ante un p¨²blico tan entregado de antemano, el jerezano correspondi¨® en la misma medida.
No pudo ser con su primero, que se raj¨® despu¨¦s de una desordenada lidia en los primeros tercios, pero tras estoquearlo ya hizo Padilla ostensibles se?ales de que lo mejor vendr¨ªa con el otro.
Y as¨ª, con varios ap¨®sitos en el rostro que se sumaban al parche que le acompa?a desde su dram¨¢tica actuaci¨®n del 2011, Padilla se fue a la puerta de chiqueros para cumplir con su palabra desde el mismo momento en que el cuarto apareciera en el ruedo. Esa larga a portagayola fue el pre¨¢mbulo de otra m¨¢s de rodillas en el tercio, varios lances animosos, un garboso galleo por chicuelinas y un airoso quite de navarras y tafalleras antes de tomar las banderillas. Pare¨® con pureza y sobriedad el jerezano a un toro que le midi¨® en cada embroque, pero al que clav¨® los palos apurando el peligro en distintos terrenos.
Cuando tocaron a matar a¨²n volvi¨® a echar las dos rodillas en tierra para ligarle diez o doce muletazos de creciente intensidad. Rompi¨® el toro a bueno en la muleta y respondi¨® con nobleza y recorrido a los cites de Padilla, sobre todo por el pit¨®n izquierdo. Ante tales facilidades, el jerezano se dio a un trasteo tambi¨¦n extenso y de desigual calidad, y mezcl¨® muletazos muy estimables con gui?os efectistas a un tendido volcado con ¨¦l y que vibr¨® hasta sus alardes finales, tambi¨¦n de rodillas.
Una contundente estocada, volc¨¢ndose el torero sobre el morrillo en los mismos medios de la plaza, provoc¨® la fort¨ªsima petici¨®n de una segunda oreja que s¨®lo el presidente consider¨® improcedente, y frustr¨® as¨ª los deseos del p¨²blico zaragozano de sacar a hombros a uno de sus toreros m¨¢s queridos.
Otra oreja, y sin discusi¨®n alguna, pase¨® Daniel Luque de un tercer toro terciado, que floje¨® de remos y al que acert¨® a llevar toreado a la media altura precisa para que no doblara las manos y con el suficiente mando para que no se le subiera a las barbas. Asentado y templado, el joven sevillano le hizo una faena muy limpia y siempre a favor al temperamental animal, al que hizo ir a m¨¢s y mejor antes de tumbarlo de una buena estocada. Despu¨¦s, el sexto, de m¨¢s bastas hechuras, se raj¨® y se desentendi¨® totalmente de su muleta justo cuando su trasteo iba tomando vuelo.
El Fandi brill¨® solo en los primeros tercios de la lidia de los dos de su lote, sobre todo al banderillear con espectacularidad a su primero, que sac¨® genio defensivo hasta que decidi¨® echarse por su cuenta sobre la arena. Los intentos del granadino por remontar la tarde con el nobl¨®n e insulso quinto no pasaron de ser una larga suma de pases y m¨¢s pases, un esfuerzo de m¨¢s cantidad que calidad.
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