Yo fui un yakuza vampiro
Cineasta con un ritmo de producci¨®n casi patol¨®gico, Takeshi Miike ha llegado a rodar hasta siete pel¨ªculas en un a?o
La ¨²ltima pel¨ªcula de Takeshi Miike, Yakuza Apocalypse, presentada en esta 48? edici¨®n del Festival de Cine Fant¨¢stico de Sitges, empieza casi como una aplicada versi¨®n japonesa de Uno de los nuestros (1990), de Martin Scorsese: una voz en off y el relato en primera persona de la fascinaci¨®n de un joven por el jefe yakuza local, de quien logra convertirse en su hombre de confianza. Una de las frases de la introducci¨®n -¡±ser un hombre significaba ser un yakuza¡±- podr¨ªa ser casi la pareja de hecho de una de las afirmaciones m¨¢s rotundas que conten¨ªan los primeros minutos del trabajo de Scorsese: ¡°Desde que recuerdo, siempere quise ser un g¨¢ngster¡±. No obstante, esto es una pel¨ªcula de uno de los cineastas m¨¢s provocadores e imprevisibles del cine japon¨¦s y no tardan en surgir elementos desconcertantes: los yakuzas torturan a sus prisioneros oblig¨¢ndoles a someterse a clases de punto; en un bar de sake se sirve una bebida bastante parecida a la sangre... Yakuza Apocalypse va sumando extra?os puntos de fuga hasta estallar en el puro delirio: finalmente, esto resulta ser una pel¨ªcula de yakuzas vampiro enfrentados a un grupo de seres m¨¢gicos entre los que figura un kappa -un duende tortuga del folclore tradicional japon¨¦s- y cuyo efectivo m¨¢s aterrador es un tipo con traje de rana de felpa que, en el cl¨ªmax, se agiganta como Godzilla y pisa una evidente maqueta habitada por mu?ecos est¨¢ticos. Por si eso fuera poco, Yakuza Apocalypse reflexiona sobre la crisis econ¨®mica y el vampirismo social de las extorsiones mafiosas y cuestiona los fundamentos de la masculinidad sobre los que se asienta la cultura del crimen organizado japon¨¦s.
¡°A lo largo de mi carrera he tratado varias veces el tema de la yakuza, pero cade vez resulta m¨¢s dif¨ªcil enfrentarse a ¨¦l, porque las grandes estrellas del cine japon¨¦s se resisten cada vez m¨¢s a volver sobre este universo¡±, se?ala Miike, ¡°aqu¨ª quer¨ªa tratar a los yakuzas como simples personas, que no viven ajenas a los cambios de este mundo. La idea de juntar crisis econ¨®mica y vampiros sirve a este prop¨®sito: los vampiros son inmortales y, por tanto, creen que nada va a cambiar, pero, en los ¨²ltimos a?os, la sociedad japonesa ha sufrido terremotos, tsunamis y los efectos de la crisis financiera global; todos ellos fen¨®menos ca¨®ticos que han hecho temblar el suelo bajo los pies de todos, yakuzas incluidos¡±.
Cineasta con un ritmo de producci¨®n casi patol¨®gico, Miike ha llegado a rodar hasta siete pel¨ªculas en un a?o. En esta temporada s¨®lo ha firmado dos y est¨¢ a punto de empezar el rodaje de una tercera. Los dos t¨ªtulos terminados han estado presentes en Sitges: acompa?a a Yakuza Apocalypse la no menos delirante As the Gods Will, una comedia sangrienta donde un grupo de adolescentes tiene que enfrentarse a un grupo de dioses col¨¦ricos encarnados en iconos japoneses como los gatos de Pachinko y las mu?ecas Daruda. En esta ocasi¨®n, el otro gran agente provocador del cine japon¨¦s, Sion Sono, le ha ganado en el pulso num¨¦rico: Sono ten¨ªa tres largometrajes de muy diverso signo programados en este certamen. ¡°Cuando comes, no dejas de tener hambre al cabo de dos o tres horas. Es lo que me pasa a m¨ª cuando ruedo pel¨ªculas. No puedo conformarme con irme a casa en cuanto termino un proyecto: necesito enlazarlo r¨¢pidamente con el siguiente. Para m¨ª rodar es una forma de vida, es algo natural, pero tampoco le concedo mayor importancia a este ritmo de creaci¨®n. Ni creo que tenga ning¨²n sentido especial¡±, confiesa Miike sin ¨¢pice de arrogancia.
Miike y Sono encarnan uno de los grandes valores de seducci¨®n del nuevo cine japon¨¦s para los ojos occidentales: all¨ª, los tab¨²es de representaci¨®n en cuanto al sexo y a la violencia son muy distintos y quien siga el trayecto de estos dos francotiradores sabe que una buena dosis de imaginer¨ªa extrema siempre estar¨¢ garantizada. Pero, ?es dif¨ªcil ser provocador en el seno de una cultura con menos l¨ªmites? ¡°Bueno, en realidad nuestras pel¨ªculas no dan una imagen precisa de lo que puedes encontrarte en el grueso del cine japon¨¦s. Se producen entre 600 y 700 pel¨ªculas al a?o, de las cuales una gran mayor¨ªa se inscribe en el g¨¦nero de la comedia ligera y sentimental para adolescentes. Lo que ocurre es que, cuando el circuito internacional de festivales quiere programar cine japon¨¦s, recurre a nosotros¡±, remata Miike, de profesi¨®n, estajanovista de la transgresi¨®n para cert¨¢menes cinematogr¨¢ficos occidentales.
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