Los que ya no tienen casa, ni patria, ni nada
El drama de no tener tener un lugar al que volver, en medio del oc¨¦ano, en medio de la noche. Es la s¨ªntesis de 'En manos del enemigo', la ¨²ltima obra de Jos¨¦ Luis Alonso de Santos
Desplazados, inmigrantes, refugiados. No significan lo mismo, pero evocan tristezas parecidas, la misma agon¨ªa, la imagen de ca¨ªda al vac¨ªo, de manotazo al aire sin agarre a la vista. ¡°Casual y desgraciadamente el tema est¨¢ de moda¡±, apunta Jos¨¦ Luis Alonso de Santos (Valladolid, 1942). Es jueves por la tarde, en ese momento, queda una semana y un d¨ªa para el estreno de En manos del enemigo, una obra escrita por este vallisoletano de manos grandes y efusivas que pregunta, ducho, si tiene que ser breve en las respuestas o se puede mantener una conversaci¨®n.
Uno de los precios que pagan las v¨ªctimas es que se convierten en piedra
Fue conversaci¨®n. Y empez¨® por lo obvio, el nudo de la obra: el encuentro entre un ruso que vive desde hace a?os en Espa?a, Checa, y Mustaf¨¢, que acaba de pisar territorio espa?ol tras bajarse de una patera. A trav¨¦s de su di¨¢logo se muestra el pasado, el presente y el entramado que los sit¨²a donde est¨¢n. El fen¨®meno c¨ªclico de pueblos que se mueven. Sociedades que se construyen y se destruyen. ¡°El tema es los que no tienen patria. Cuando los seres humanos pierden el hogar dejan de tener ra¨ªz. Y no los quieren en ning¨²n sitio. No tienen casa y nadie los quiere en la suya¡±.
Aunque lo que se han empe?ado en llamar ¡°la crisis de los refugiados¡± sea hoy lo que ocupa las portadas de la mayor¨ªa de peri¨®dicos europeos, este ¨¦xodo forzado por los propios pa¨ªses que ahora quieren amurallar sus fronteras no es cuento nuevo. Tampoco lo es el texto: ¡°Hace mucho que naci¨®. Hay obras que las escribes y se estrenan inmediatamente, hay otras que te acompa?an durante a?os en la maleta. Esta forma parte de mi vida¡±. Alonso la escrib¨ªa y la reescrib¨ªa, le parec¨ªa dif¨ªcil no caer en los t¨®picos. Dice, y dice muy claro, que escribir es sacar voces que piden ser sacadas del silencio. ¡°Lo que ya han sacado otros, ?para qu¨¦?¡±.
'En manos del enemigo'
Texto: Jos¨¦ Luis Alonso de Santos.
Direcci¨®n: Fernando Soto.
Reparto: Ahmed Younoussi, Paco Manzanedo, Dani Gallardo y Miguel Barderas.
En el Teatro Galileo (Calle de Galileo, 39, Madrid), del 22 de octubre al 15 de noviembre de 2015. Jueves, viernes y s¨¢bados a las 20:00 horas. Domingos a las 19:00.
El texto, que llega al Teatro Galileo este viernes 23 de octubre, est¨¢ inspirado en un relato corto de M¨¢ximo Gorki (1868-1936) ¡ªno solo pol¨ªtico, no solo escritor, no solo dramaturgo, tambi¨¦n poeta¡ª. Alonso, apoyados los codos sobre las rodillas mientras se reclina hacia delante en un sof¨¢, recuerda haber le¨ªdo al ruso muy joven. Desde entonces, probablemente, rondaba ese libreto su cabeza. Pero no terminaba de encontrar el enfoque. ¡°Hablar de ellos sin hablar de ello¡±. La met¨¢fora. Musa a ratos, torturadora ocasional, puntal irremplazable en la obra del Premio Nacional de Dramaturgia que cree que es la ¨²nica forma de abrir el caos, lo informe. ¡°Mis obras son cajas, unas dentro de otras. Parece que sabes de qu¨¦ va, pero entonces va m¨¢s all¨¢, la peripecia humana se hace m¨¢s compleja y nos descubre perfiles m¨¢s ocultos¡±.
Y esos perfiles son, a juicio del tambi¨¦n fil¨®sofo y presidente de la Academia de las Artes Esc¨¦nicas, casi siempre historias humanas. En el teatro no suele haber efectos especiales impresionantes, normalmente, no hay bombas ni vuelan naves. As¨ª que son los actores y sus situaciones los obligados a interesar al p¨²blico. En este caso, Alonso quer¨ªa hablar de qu¨¦ ocurre cuando las v¨ªctimas se encuentran con otras v¨ªctimas. ¡°Al principio se enfrentan por la supervivencia, solo quieren sobrevivir. En general, la v¨ªctima no tiene tiempo para la emoci¨®n ni para el coraz¨®n; uno de los precios que paga es que se hace piedra¡¡±.
Y piedra y piedra solo pueden reaccionar. ¡°Encontrar otros equilibrios y formas de vivir, como dice la gente que va a la guerra¡±. Lo peque?o choca con lo inmenso: un beso con lo infinito, el sueldo con la inmensidad del universo. Es entonces cuando, el que est¨¢ al lado, en la guerra o en la huida, se convierte en todo lo que existe en el mundo. ¡°Agarrar su brazo, la b¨²squeda de ese resquicio humano, el sentimiento del abrazo. Siempre digo que esta obra empieza con un ladrido y termina con un abrazo¡±.
Pregunta, ret¨®ricamente, c¨®mo se siente uno cuando est¨¢ en urgencias. ¡°Cuando ya vas de mayor, no sabes si vas a salir ese d¨ªa, o al siguiente o a no salir. Hay biombos que te separan de otras personas mayores y el ¨²nico consuelo que hay es cuando llega el celador y te agarra¡±. El contacto de la piel con la piel. La argamasa de lo racional y lo emotivo. Esa l¨®gica po¨¦tica en la que asegura que se mueve y que traspasa su propio discurso. Sabe que su obra est¨¢ cargada de pol¨ªtica, pero no es su objetivo; sabe que el arte puede educar, pero es un camino indirecto; juzga con arreglo a su gusto, aunque es consciente de que no es objetivo. Y asegura, vehemente, que si no hubiese tenido ¨¦xito, no habr¨ªa gastado su vida en ello: ¡°No tengo coraje ni soy tan vocacional. No hubiera hecho esfuerzos bald¨ªos si desde un principio no hubiese gustado a nadie¡±.
Es un rom¨¢ntico pr¨¢ctico. Lo sabe, lo reconoce y sonr¨ªe.
El dramaturgo y el humor
La conversaci¨®n se fue desdoblando hasta llegar al azar en la vida de los creadores, al hecho de que sus obras c¨®micas se han reproducido mucho m¨¢s que sus tragedias, a la idea de que no todo el arte es para todos y al humor.
¡°El humor quita trascendencia y rigidez, seriedad. Relaja¡±. Ya dijo Alonso en su d¨ªa que era un ¡°investigador del humor¡±. Era 1989 y el dramaturgo estrenaba en Madrid Pares y Nines. Sigue hilvanando los dramas con pinceladas que provocan la carcajada o esa media sonrisa que aflora con la sorna. ¡°Los pol¨ªticos no es que metan la pata, es que les falta flexibilidad. Pasa lo mismo en los problemas matrimoniales. El humor es un arma humana de defensa¡±.
?Hasta qu¨¦ punto? El debate infinito sobre si hay temas que no pueden ser tocados por ¨¦l. "Estamos en un momento delicado, s¨ª. Pero por esas, el 50% de las obras de teatro no se podr¨ªan escribir. O hay violencia de g¨¦nero, o insultos a una minusval¨ªa. Recuerdo Tres sombreros de copa y su '?usted es negro desde peque?o o se ha ca¨ªdo de una bicicleta?'".
Ladea la cabeza y alude a la censura moral y un h¨¢bito muy social instaurado ahora en nuestra sociedad: hablar es gratis, y no parece comprometer a nada. ¡°Y hay un discurso moral de bondad general que a veces va contra el humor. Ya se sabe, los bufones eran los ¨²nicos que pod¨ªan decirle algo al rey¡±. Est¨¢ convencido de que los humoristas deber¨ªan tener permiso para salt¨¢rselo casi todo. ¡°Si no, existir¨¢ la censura, de palabras, pero censura. La libertad es un factor esencial¡±.
Babelia
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