'Manhattan': un drama ¨¦pico sobre el holocausto nuclear
?Es posible crear tensi¨®n en torno a un grupo de freaks que discuten sobre f¨ªsica? ?Ver¨ªan una serie cuyo final conocen desde el minuto uno? ?Se puede ser espectacular con una puesta en escena teatral en medio de un desierto en medio de la nada? La respuesta a las tres preguntas es un S¨ª con may¨²sculas. La respuesta a las tres preguntas es Manhattan.
La serie sobre el proyecto m¨¢s secreto de la historia de los Estados Unidos empieza ahora su segunda temporada, estrenada en Movistar + un d¨ªa despu¨¦s de su puesta de largo en EE UU, y lo hace con todos sus m¨¦ritos reforzados. El argumento b¨¢sico de la serie, una carrera a vida o muerte por construir la bomba at¨®mica antes que los alemanes, es la excusa para un drama de grandes dimensiones, donde la lealtad, la integridad personal frente al bien com¨²n, la discriminaci¨®n por g¨¦nero o el g¨¦nesis de la guerra ideol¨®gica contra el comunismo se despliegan en toda su complejidad. No se asusten: no es ning¨²n rollo intelectualoide, y ah¨ª est¨¢ su magia. Prep¨¢rense para temblar y emocionarse con el proyecto Manhattan.
Planteamiento inicial: un variopinto grupo de f¨ªsicos discute en una destartalada casa de madera sobre c¨®mo avanzar en el m¨¦todo de la implosi¨®n. Su jefe, Frank Winter (muy bien llevado por John Benjamin Hickey) es una de las mentes m¨¢s brillantes de EE UU y ha sido reclutado y recluido, como ellos, en un lugar en ninguna parte, sometido a vigilancia en una ciudad polvorienta convertida a su vez en un Gran Hermano. La seguridad es lo primero en el proyecto m¨¢s secreto de la historia de EE UU. Otro grupo trabaja en otro m¨¦todo, el Thin Man, el proyecto estrella, el que recibe los fondos, el que est¨¢ condenado al fracaso. La lucha por llegar m¨¢s lejos, saber m¨¢s, conseguir el arma perfecta, la que funciona, la que ponga fin a la guerra, desata todo tipo de alianzas, espionajes y traiciones entre estos dos grupos. Y el esquema funciona. Todos trabajan para Robert Oppenheimer, el jefe, una figura oscura, que casi no sale en la primera temporada y que mueve todos los hilos.
De quedarse ah¨ª, la serie ser¨ªa un folleto historicista con tintes cient¨ªficos. Pero su desarrollo valiente la lleva mucho m¨¢s lejos. Los personajes trabajan y viven con el peso de estar construyendo el arma m¨¢s mort¨ªfera de todos los tiempos. Una siniestra pizarra en el despacho de Winter recuerda el n¨²mero de soldados americanos muertos en la contienda. Algunos personajes se tratan de convencer a s¨ª mismos de que es lo correcto, de que en realidad evitan muertes terminando con las guerras para siempre. El secreto destruye sus vidas personales, el peso de la responsabilidad aniquila poco a poco su existencia.
Charlie Isaacs (Ashley Zukerman) es un joven y ambicioso f¨ªsico que representa mejor que nadie lo que est¨¢ en juego. Es jud¨ªo, como muchos de los que estaban en aquellas instalaciones de Nuevo M¨¦xico, tiene familia en Europa y har¨¢ lo que sea para vencer a los nazis. Y, sin intenci¨®n de hacer spoilers, lo que sea significa eso mismo: traici¨®n, mentiras, utilizaci¨®n de tus seres queridos, lo que sea. En un momento del derrumbe continuado que es su vida personal discute con su mujer Abbie (genial la bella Rachel Brosnahan en el papel) que le reprocha su mutismo y su adicci¨®n al trabajo. ?l le dice: ¡°Te estoy protegiendo¡± y ella le reprocha: ¡°?C¨®mo? ?Construyendo una m¨¢quina que nos borre de la faz de la tierra?¡±.
El propio Winter tiene una colecci¨®n de frases lapidarias para justificar las faenas, por ser fino, que hace a los de su alrededor: ¡°Cuando llegue hasta all¨ª a nadie le habr¨¢ importado c¨®mo¡± o ¡°Esto es un juego de suma cero y cada movimiento cuesta una pieza¡±.
Entre todos los grandes temas que se tratan me gusta la valent¨ªa con la que se ataca la discriminaci¨®n de la mujer, tan bien mostrado en el caso de la mujer de Winter, la doctora Liza Winter, una eminente bi¨®loga que se pudre en el desierto, intelectualmente arruinada, desesperada, sola. Hay tambi¨¦n historias de amor entre mujeres y una f¨ªsica holandesa que se come el mundo y se adelanta varias d¨¦cadas. Todas ellas muestran el amplio retrato que se hace de la sociedad de la ¨¦poca.
Pero si hay algo que me gusta especialmente es la subtrama de esp¨ªas. EE UU sabe que terminar¨¢ ganando esa guerra y ya se est¨¢ preparando para la siguiente, la que sabe que no puede perder, la guerra contra el comunismo. Este objetivo se materializa en la figura de X4 (all¨ª todo el mundo tiene un c¨®digo, pero s¨®lo ¨¦l no tiene nombre), interpretado de maravilla por Richard Schiff, un siniestro inquisidor que extiende su manto de sospecha y paranoia por todo el campamento, que interroga, arruina vidas y busca en cada mirada, en cada salida de tono un culpable. ¡°Yo me preparo para la siguiente guerra¡±, dicen en una ocasi¨®n en una sala de interrogatorios digna del peor Guant¨¢namo. Lo dram¨¢tico es que a veces acierta.
La segunda temporada ha empezado con m¨¢s presencia de Oppenheimer, las mismas claves y las consecuencias de los secretos revelados al final de la primera temporada a flor de piel. La luz post-apocal¨ªptica usada en la fotograf¨ªa de la primera temporada, donde a veces parec¨ªa que ya hab¨ªa explotado la bomba, se ha sustituido por una preeminencia de la noche y la lluvia. Es el signo de los tiempos. Est¨¢n a tiempo de engancharse y disfrutar con un drama at¨ªpico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.