Blanchett, a la b¨²squeda de la verdad
La actriz australiana produce y protagoniza un drama sobre un esc¨¢ndalo period¨ªstico
Ya quisieran muchos haber sido Bob Dylan. Pero de momento a quien siempre recordaremos en la piel del m¨ªtico m¨²sico es a la electrizante Cate Blanchett. Ella fue el gran regalo que brind¨® hace ya ocho a?os la pel¨ªcula I am not there sobre la vida del artista. Pero, ?cu¨¢ndo no ha sido Blanchett capaz de sorprender? A sus 46 a?os la actriz australiana -a la que el manido adjetivo camale¨®nica no le hace justicia- se ha sumergido en pr¨¢cticamente todos los g¨¦neros, con papeles m¨ªnimos como en Coffee and Cigarettes, de Jim Jarmush, o protagonistas, como el de Jasmine en?Blue Jasmine, de Woody Allen, por el que fue premiada con el Oscar a la mejor actriz hace dos ediciones (tiene otro por El aviador). Ha encarnado a un elfo de sangre azul en la saga del Hobbit y pr¨®ximamente la veremos como una mujer enamorada de otra en el represivo universo de los a?os cincuenta (Carol). Adem¨¢s lleva desde sus 20 a?os subida a los escenarios teatrales y durante cinco ha sido directora art¨ªstica de la Sydney Theatre Company junto a su marido, con quien adem¨¢s dirige la productora Dirty Pictures. Le da igual que la maten en la p¨¢gina ocho del guion o antes de los t¨ªtulos de cr¨¦dito: lo que m¨¢s saborea de cualquiera de sus trabajos es que ¨¦stos provoquen ¡°conversaciones interesantes tanto entre quienes trabajamos en la pel¨ªcula como entre los espectadores¡±, explica durante un encuentro con EL PA?S en Londres, adonde acude sin maquillaje y vestida de persona normal (jersey y pantal¨®n negro), no de estrella.
El debate se ve¨ªa venir cuando decidi¨® producir y protagonizar La verdad, que se estrena hoy, en la que se pone a las ¨®rdenes de uno de los m¨¢s exitosos guionistas de Hollywood, James Vanderbilt, que debuta en la direcci¨®n, para contar una historia real sobre periodismo ocurrida hace una d¨¦cada, basada en las memorias de la productora de informativos de televisi¨®n Mary Mapes. En ella muchos reporteros actuales se ver¨¢n reflejados, igual que tambi¨¦n los consumidores de informaci¨®n se ver¨¢n obligados a hacer examen de conciencia. ¡°Mary Mapes [Blanchett en la pantalla] era una de las periodistas m¨¢s valoradas de la CBS hasta su fulminante defenestraci¨®n en 2004 junto esa vaca sagrada del periodismo estadounidense llamado Dan Rather [Robert Redford en pantalla]. Sus carreras terminaron tras firmar un reportaje de investigaci¨®n en el que se denunciaba que Bush hab¨ªa evitado ir a Vietnam consiguiendo un enchufe para entrar en la Guardia Nacional y despu¨¦s habr¨ªa sido encubierto por mandos militares para evitar sus obligaciones. La blogosfera republicana, entonces incipiente, se lanz¨® sobre ellos y les acus¨® de presentar pruebas falsas¡±, explica la actriz. La pel¨ªcula sigue el via crucis de Mapes desde las dificultades para la elaboraci¨®n del reportaje hasta la investigaci¨®n interna que acab¨® con su carrera ¨Cnunca se prob¨® que falseara informaci¨®n-.
El esc¨¢ndalo pas¨® a la historia como el Rathergate, pero para Blanchett el caso trasciende el detalle para contar una historia universal sobre periodismo. ¡°La ¨²nica raz¨®n para examinar lo que ocurri¨® en el pasado es si tiene relevancia en el presente. En aquella ocasi¨®n muchas cosas importantes quedaron tras una cortina de humo y muchos periodistas dejaron de hacer las preguntas necesarias. Estados Unidos estaba en plena campa?a electoral y la CBS, con demasiadas conexiones pol¨ªticas con el poder, cedi¨® a las presiones [la cadena se ha negado ahora a emitir publicidad sobre el filme]. La proximidad de los pol¨ªticos a las grandes empresas period¨ªsticas es peligrosa para la verdad y eso es hoy m¨¢s patente que nunca. Por eso era relevante hacer esta pel¨ªcula¡±, cuenta una actriz que se declara esc¨¦ptica ante esa idea tan popular de que Internet nos ha dado mucha m¨¢s libertad de informaci¨®n que antes. ¡°La Red est¨¢ llena de opini¨®n pero, ?c¨®mo se construyen hoy los reportajes? ?D¨®nde ha quedado el periodismo de investigaci¨®n? ?Y el periodismo como servicio p¨²blico? ?C¨®mo consumimos hoy la prensa? Si el poder pol¨ªtico y el medi¨¢tico tienen tantas conexiones, ?hasta que punto conocemos la verdad? Tenemos muchos m¨¢s titulares que antes pero no sabemos m¨¢s, s¨®lo creemos que sabemos m¨¢s. La pel¨ªcula invita a hacerse esas preguntas¡±.
Me gusta todo. Yo soy as¨ª. Por eso no puedo conformarme con ser s¨®lo actriz"
Habla de periodismo con la misma pasi¨®n con la que hablaba de m¨²sica en relaci¨®n a Bob Dylan o de interpretaci¨®n cuando encarn¨® a Katharine Hepburn en El aviador. ¡°?se es mi problema. Me gusta todo. Yo soy as¨ª. Por eso no puedo conformarme con ser s¨®lo actriz y me atrevo a dirigir y producir, aunque a veces me parezca una osad¨ªa¡±. Como prueba, su matr¨ªcula universitaria: arte y econom¨ªa, un binomio no muy c¨¦lebre. ¡°Me gustaban las dos cosas. Luego me fui de viaje y al volver dej¨¦ la econom¨ªa pensando en dedicarme a la arquitectura. Sin embargo, me present¨¦ a una audici¨®n y me cogieron¡±. Y as¨ª comenz¨® una carrera como int¨¦rprete en la que a¨²n dice asustarse cada vez que le dan un nuevo papel. ¡°Tienes que encontrar la manera de meterte en cada personaje y no siempre es f¨¢cil encontrar c¨®mo¡±.
Ama el teatro: ¡°Te obliga a no olvidarte de la audiencia y eso tambi¨¦n te hace mejor actriz de cine¡±. Tambi¨¦n el cine: ¡°Te obliga a pensar muy r¨¢pido y eso tambi¨¦n es bueno para el teatro¡±. Desde hace 17 a?os comparte vida y pasiones profesionales con su marido, Andrew Upton, guionista y director, y si no tuviera cuatro hijos dirigir¨ªa una pel¨ªcula. ¡°Pero es algo que tendr¨¢ que esperar. Como actriz una pel¨ªcula significa estar comprometido tres meses. Dirigir son a?os¡±. ?Llegar¨¢? ¡°Me encantar¨ªa¡±.
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