?Pint¨® El Bosco los ¡®pecados¡¯ de El Prado?
Dos cuadros del maestro holand¨¦s, uno de ellos, ¡®Mesa de los pecados capitales¡¯, en el museo madrile?o, salieron de su taller pero no de sus pinceles, seg¨²n el Proyecto de Investigaci¨®n de Holanda. El Prado refuta esa teor¨ªa


Casi cincuenta a?os han tardado los expertos en fijar en 340 el cat¨¢logo de obras leg¨ªtimas de Rembrandt, el maestro del Siglo de Oro holand¨¦s. Con El Bosco (1450-1516), el famoso pintor de Brabante que no fech¨® y apenas firm¨® su producci¨®n, las sorpresas sobre la atribuci¨®n no han hecho m¨¢s que empezar. Seg¨²n el Proyecto de Investigaci¨®n y Conservaci¨®n, en Holanda, dedicado desde 2010 a su trabajo, tanto Mesa de los pecados capitales (El Prado) como Cristo con la cruz a cuestas (Museo de Bellas Artes de Gante), no son suyos. Si bien fueron ejecutados en su entorno y en su ¨¦poca, ¡°lo m¨¢s probable es que se deban a sus seguidores y por tanto no se le pueden adjudicar¡±. As¨ª lo afirma el historiador del arte Matthijs Ilsink, coordinador del Proyecto, que sustent¨® ayer su hallazgo en el programa Nieuwsuurde la televisi¨®n p¨²blica holandesa. El Museo del Prado, de Madrid, por el contrario, cree que la tabla s¨ª es del artista, y sus propias conclusiones aparecer¨¢n en mayo, cuando la exposici¨®n viaje a Madrid.
La desatribuci¨®n de la obra a El Bosco es el aperitivo del ambicioso ensayo sobre el pintor que ser¨¢ presentado en Holanda en febrero de 2016, durante la apertura de la muestra conmemorativa del 500 aniversario de su muerte. El Proyecto de Investigaci¨®n y Conservaci¨®n de El Bosco es la rama cient¨ªfica de la Fundaci¨®n (oficial aunque opera de forma independiente) creada en Holanda con motivo del 500 aniversario del fallecimiento del artista. Integrado por historiadores del arte, conservadores y restauradores de centros internacionales, su labor consiste en estudiar las 45 obras guardadas en 18 colecciones repartidas por diez pa¨ªses ¡°para elaborar un cat¨¢logo documentado y estandarizado del pintor¡±. En el comit¨¦ cient¨ªfico aparecen, por ejemplo, expertos del MoMa (Nueva York) y universidades en Ontario (Canad¨¢), Bruselas y Holanda. Entre los 20 centros de arte participantes figura El Escorial, Museo de Bellas Artes (Valencia), Louvre y National Gallery of Art (Washington).
Grandes obras desatribuidas
1. El hombre del yelmo dorado. En 1986 los expertos del museo estatal de Dahlem, en Berl¨ªn, dijeron que el cuadro no era de Rembrandt. La obra fue pintada entre 1650 y 1655 y tras ser analizada fue asignada a un disc¨ªpulo del artista holand¨¦s.
2. El coloso. Atribuido a Francisco de Goya, en 2008, la experta del Museo del Prado, Manuela Mena, dijo que "el cuadro es de otra mano distinta de la de Goya". Podr¨ªa ser de un disc¨ªpulo, el valenciano Asensio Juli¨¢.
3. Infanta do?a Margarita de Austria. Siempre se pens¨® que era de Diego Vel¨¢zquez, en el Prado. Pero recientes estudios lo han descartado y la han atribuido a su yerno, Juan Bautista Mart¨ªnez del Mazo.
4. La educaci¨®n de la virgen. La obra apareci¨® en 2010 en los almacenes del museo de la Universidad de Yale. Se dijo que era un Vel¨¢zquez temprano, pero en un congreso de expertos en Sevilla, en 2014, Javier Port¨²s, jefe del Departamento de Pintura Espa?ola del Prado, y Jonathan Brown, experto internacional, dijeron que no reun¨ªa los elementos suficientes para atribuirlo a Vel¨¢zquez.
5. Isabel de Este, ?de Leonardo Da Vinci? El cuadro fue hallado en 2013 en el b¨²nker de una familia suiza. La justicia italiana pidi¨® su incautaci¨®n y antes de ser vendido por 120 millones de euros lo rescat¨® de una caja fuerte. Los expertos estudian si el ¨®leo es o no de Da Vinci.
Despojar de la firma de un creador reputado a un cuadro igualmente conocido es un ejercicio arriesgado. No solo pierde gran parte de su valor mercantil. Tambi¨¦n revoluciona las colecciones privadas y p¨²blicas, que se resisten a aceptar a veces el veredicto de los analistas. En el caso de El Bosco, la atenci¨®n se hab¨ªa centrado m¨¢s en el significado de sus composiciones, llenas de simbolismo. Tal vez porque su rendimiento es relativamente escaso (45 pinturas y dibujos) y es sabido que no fech¨® nada y rubric¨® pocas piezas. De ah¨ª que el grupo internacional haya intentado ¡°arrojar la luz m¨¢s clara posible sobre su legado¡± con ayuda de la tecnolog¨ªa. ¡°Un empe?o loable¡±, afirma en conversaci¨®n telef¨®nica Pilar Silva, comisaria de la pr¨®xima antol¨®gica del Prado. ¡°Pero se trata solo de las conclusiones del equipo de investigaci¨®n. El comit¨¦ cient¨ªfico, del que formamos parte varios expertos internacionales, no ha sido consultado ni hemos le¨ªdo nada. Por mi parte, siempre he cre¨ªdo que Mesa de los siete pecados capitales es de El Bosco¡±.
Los t¨¦cnicos del Proyecto holand¨¦s estudiaron a fondo en Madrid tres obras: La adoraci¨®n de los Magos, El carro de heno y La piedra de la locura. Ninguna ofrece dudas. Son del pintor. El jard¨ªn de las delicias tampoco lo investigaron, ¡°pero solo faltar¨ªa que lo pusieran en duda¡±, apunta Silva. ¡°Para Mesa¡ no se les dio muchas facilidades porque la estamos analizando por nuestra cuenta. Piense que es excepcional permitir a terceros el examen de obras propias de un museo. Por otro lado, es l¨®gico restringir el acceso si ya se opera sobre ello. Los miembros del Proyecto s¨ª vieron la documentaci¨®n de infrarrojos y de rayos X, adem¨¢s de la observaci¨®n de superficie. Tenga en cuenta que contamos con los mismos medios y los estamos aplicando a la pieza¡±, contin¨²a Silva. Al contrario que Rembrandt, del que se conoce bien su biograf¨ªa, El Bosco es un enigma. ¡°Ignoramos el detalle de su taller o bien a sus seguidores, y esto no es una ciencia exacta. Mucho depende de la vista del experto¡±.
Ciencia y arte
Entre las t¨¦cnicas aplicadas por el Proyecto El Bosco, figura la dendrocronolog¨ªa (dataci¨®n de la obra) y la fotograf¨ªa infrarroja. La primera observa los anillos que marcan el crecimiento de la madera y fecha las tablas flamencas, pintadas sobre roble importado del B¨¢ltico. Con la otra se puede penetrar en la pintura para descubrir sus componentes profundos. La reflectograf¨ªa infrarroja, otra herramienta, permite atravesar el pigmento negro, opaco para la fotograf¨ªa infrarroja. Los bocetos hechos por el pintor sobre la propia madera han sido asimismo rastreados para seguir la composici¨®n y el estilo.
Armados asimismo con aparatos de rayos X y fotograf¨ªas hechas con microscopio, o bien ampliadas al m¨¢ximo, los expertos han visitado el Museo Fundaci¨®n L¨¢zaro Galdiano (Madrid), la Gem?ldegalerie (Berl¨ªn), la Galer¨ªa de Arte de la Universidad de Yale (EE?UU) y el Museo de Bellas Artes de Boston. Tambi¨¦n han viajado a B¨¦lgica, Portugal, Austria, Francia e Italia. Un dibujo con escenas del infierno, guardado en una colecci¨®n particular, y asignado a un alumno, ha vuelto ya gracias a ellos al pintor.
Jer¨®nimo van Aken pas¨® a la posteridad como Jer¨®nimo Bosch, o simplemente El Bosco. Nacido en Den Bosch (sur de Holanda) de la que luego tom¨® el nombre, su familia era originaria de la alemana Aquisgr¨¢n (Aken), y estaba formada por pintores de varias generaciones. Se presume que aprendi¨® el oficio en casa y pudo ampliar su repertorio pict¨®rico gracias a la dote de su esposa, Aleid, hija de un rico comerciante. Aunque pintaba directamente sobre tabla o lienzo (alla prima), el detalle final se debe a un extenso trabajo de preparaci¨®n. En todos sus personajes, ya sean sagrados o profanos, hay caricatura y eso los hace vulnerables cercanos para el espectador.
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