Caballero Camilleri
'Mujeres' es un paseo agradable por el mapa de recuerdos del autor, que sin embargo ha escogido la bondad a la literatura
Imagina una soleada ma?ana de domingo. Bajas a la calle y un autom¨®vil, elegante y discreto, convenientemente pasado de moda, se detiene delante de ti. Una de las puertas se abre, te invita a subir. Lo haces, confiado. Da igual el ch¨®fer, hasta es posible que el veh¨ªculo circule sin nadie al volante. Porque lo importante es qui¨¦n dirigir¨¢ la ruta, qui¨¦n te explicar¨¢ los sitios a los que vas a ir, a la velocidad justa, ponderada, siempre dej¨¢ndote con ganas de m¨¢s. Y ¨¦se no es otro que quien comparte asiento, a tu lado: Camilleri, Andrea Camilleri. Paseando una soleada ma?ana de domingo con el signore Camilleri. Eso y nada m¨¢s que eso. Un paseo por un alfabeto de nombres de mujer, por ese mapa de recuerdos, personas inventadas, evocadas, fruto de los libros, de la historia, la f¨¢bula, polvo en el viento del anciano escritor siciliano. Escritos a ritmo de la voz que te explica qu¨¦ se esconde tras los nombres de Ingrid, Carmen, Yolanda, Francesca, Marika u Oriana.
Camilleri en estos 90 a?os, y debido a su pronunciada ceguera, que no total, pero que le impide escribir, ha dictado este mapa de mujeres, en parte como homenaje, recuento, deseo de retornar a un cierto erotismo, a una evidente grandeza, misterio, poder imparable de Pandora, bondad, generosidad, violencia, desespero, locura, amor de mujeres an¨®nimas y c¨¦lebres, mitos y leyendas. Y su compromiso social no resulta ajeno al hecho del fracaso de una sociedad, la italiana, que en 2013 ha de dictar una ley contra el ¡°feminicidio¡±, la violencia de g¨¦nero, algo de lo que nosotros sabemos demasiado.
Mujeres se nos presenta como ese paseo a ritmo lento, de ma?ana de domingo, de mueble viejo con un mont¨®n de cajones en el interior de los cuales estuviera un texto breve ¡ªraramente m¨¢s de cuatro, cinco p¨¢ginas¡ª. La voz dictada por Camilleri a la que lleva siendo su esposa es limpia y clara, calmada, con el don de explicar una historia o inventarla o urdir un aventis.El fest¨ªn se asemeja goloso. Las mujeres que ha conocido Camilleri, evocadas, sentidas, comprendidas. Amores, afectos, deseo, dolor, indiferencia, rechazo. Mujeres como modelos, sacadas de noticiarios, los amores, infortunios o deseos de otros, perdidas la pista, casadas con cualquiera.
El paseo es agradable. Te entretiene, y algunos de los lugares, algunas de esas cartas halladas en cajones de ese mueble antiguo son hermosos, te pinzan por dentro. Tambi¨¦n la mirada pedag¨®gicamente culta sobre Juana de Arco o Louise Brooks o Beatrice. Pero cuando te bajas del coche y signore Camilleri se aleja, te queda una sensaci¨®n cercana a lo que pudo ser y no fue. Y te preguntas qu¨¦ ha pasado si el paseo ha sido tan agradable. Quiz¨¢s el hecho de introducir peque?as historias, como relatos breves claramente desconectados de recuerdos o referencias a libros o mitos, hace desafinar la sinceridad de la m¨²sica que guarda Mujeres. O quiz¨¢ sean demasiados nombres. O simplemente que Camilleri, antes caballero que tibur¨®n, hace tiempo que decidi¨® que la bondad y la felicidad, el no herir a quien est¨¢ a tu lado es algo much¨ªsimo m¨¢s importante y grande que la literatura. Y si quien escribe lo que dictas es una mujer que se ha mantenido a tu lado durante 58 a?os, qu¨¦ tipo de crueldad ser¨ªa recordar, evocar o inventar todos aquellos cuerpos, amores, puertas, pozos y ventanas que conoci¨® el escritor Camilleri. O hasta es posible que ni hayan existido. Que no dejaran de ser fantas¨ªas que no compensan ni una miserable nube de tormenta en un domingo soleado cualquiera.
Mujeres. Andrea Camilleri. Traducci¨®n de David Paradela L¨®pez. Salamandra. Barcelona, 2015. 208 p¨¢ginas. 16 euros. Fecha de publicaci¨®n: 12 de noviembre
Copyright del adelanto ? RCS Libri, S.p.A., Mil¨¢n, 2014. Copyright de la edici¨®n en castellano ? Ediciones Salamandra, 2015.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.