Se besan mucho
Al escritor Juan Jos¨¦ Mill¨¢s le llam¨® la atenci¨®n la cantidad de besos que se dan las gentes de la far¨¢ndula. Lo coment¨® en la SER en una charla con los actores Juan Diego y Aitana S¨¢nchez Gij¨®n que el d¨ªa anterior hab¨ªan recibido de la Academia de Cine sendas medallas de oro por el conjunto de sus trabajos. Mill¨¢s hab¨ªa acudido al acto en su condici¨®n de amigo de Juan Diego que contin¨²a representando en los escenarios su monologo La lengua madre. Es cierto, como apreci¨® el escritor, que en aquel acto abundaron los besos, los ¡°te quiero¡±, las lisonjas, los requiebros, ¡°un ba?o empalagoso de amor y cari?o¡±, como afirm¨® Aitana que, sin embargo, no duda en tirarse de cabeza ¡°a esa piscina de miel en la que me rebozo con mucho placer,¡± porque los actores y actrices, continu¨®, ¡°dependemos de la mirada de los dem¨¢s, y en nuestro trabajo la dependencia hacia el otro crea estas sinergias emocionales¡±.
Es saludable que la gente se quiera, que los c¨®micos se apoyen y se besen. No siempre ha sido as¨ª. Sin ir m¨¢s lejos la pr¨®xima semana podremos comprobarlo en el programa de la 2 Historia de nuestro cine que dedicar¨¢ sus pel¨ªculas al mundo de la far¨¢ndula, y aunque no todas las programadas versan con el mismo tino sobre el tema, en Los farsantes, estupenda opera prima de Mario Camus (y masacrada por la censura), el mundo de los c¨®micos ¨Clos farsantes- est¨¢ visto con tanta amargura y desolaci¨®n que no s¨®lo es una cr¨®nica sobre ellos sino sobre la triste Espa?a de 1963. En aquel tiempo los c¨®micos de la legua no ten¨ªan motivos para tanta zalamer¨ªa, les bastaba con lograr sobrevivir al hambre. Como igualmente se muestra en la aplaudida El viaje a ninguna parte, de Fern¨¢n G¨®mez, y de otro modo en Variet¨¦s, de Bardem y Las cosas del querer, de Ch¨¢varri, que se ver¨¢n a partir del lunes en dicho espacio. Los c¨®micos han inspirado cr¨®nicas sobre ellos mismos y sobre todos nosotros; en cierta manera nos representan, tambi¨¦n fuera de los focos¡ aunque los dem¨¢s humanos no seamos tan besucones. ¡°No me imagino a los escritores abraz¨¢ndonos dici¨¦ndonos que nos queremos mucho¡±, fantaseaba Mill¨¢s. A los ojos de este escritor los c¨®micos mostraron un lenguaje tan erotizado que no se pod¨ªa dar cr¨¦dito. Hacen bien. Somos los dem¨¢s quienes nos lo perdemos¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.