Ni?o de Elche, la voz desde la grieta
El cantaor ilicitano se eleva por encima del flamenco para crear una propuesta que bebe de la danza contempor¨¢nea, la experimentaci¨®n vocal o el ¡®krautrock¡¯
Ni?o de Elche ensaya Informe para Costa Rica con el guitarrista Ra¨²l Cantizano a la hora de comer. Una pieza extra?a construida sobre un precioso poema de Antidio Cabal que suena entre instrumentos artesanales y cacharrer¨ªa anal¨®gica en un estudio en los bajos de unas antiguas caballerizas en el centro de Sevilla, donde tambi¨¦n se reparan estos d¨ªas los pasos dorados de Semana Santa. El espacio, que utilizan otros grupos como Pony Bravo o Los Voluble, explica la exuberante intersecci¨®n art¨ªstica en la que vive este cantaor ilicitano que un d¨ªa gan¨® concursos, perteneci¨® al cerrado mundo de las pe?as flamencas y pag¨® el alquiler subido a tablaos. Hoy, en cambio, es imprescindible acudir a la danza contempor¨¢nea, la experimentaci¨®n vocal o al rock alem¨¢n para encontrar respuestas a la desbordante propuesta con la que Francisco Contreras Molina (Elche, 1985) ha pasado en apenas un a?o del circuito de entendidos a ser la comidilla de la m¨²sica espa?ola independiente. ¡°Antes de que sea indigno ser campesino, antes de que se proh¨ªba los jardines y los parques despu¨¦s de las 6 de la tarde¡¡±, sigue cantando.
Antes tambi¨¦n de toda esta aceleraci¨®n, el Ni?o de Elche se fue dos veces de Elche. La primera, a los 17 a?os, cuando gan¨® un concurso y una beca en Sevilla. Se supon¨ªa que iba a profundizar en la vertiente cl¨¢sica, pero sucedi¨® lo contrario. ¡°Me sirvi¨® para muchas cosas, pero sobre todo aprend¨ª todo lo que no quer¨ªa hacer, que es la mejor experiencia. Me alej¨¦ antes de tener confrontaci¨®n. Mi impulso no me llevaba a intentar convencerles o a renovar el flamenco. Ese mundo es irrenovable¡±, explica mientras su inseperable guitarrista -Cantizano es parte fundamental de ese viaje a la experimentaci¨®n sonora- enfunda el instrumento.
Es imprescindible acudir a la danza contempor¨¢nea, la experimentaci¨®n vocal o al rock alem¨¢n para encontrar respuestas a esta desbordante propuesta?
La segunda vez se instal¨® en Sevilla y se integr¨® en una especie de familia art¨ªstica en la que convergen la mayor¨ªa de sus ¨²ltimos proyectos: el espect¨¢culo de danza VaconBacon (con Ra¨²l Cantizano y Benito Jim¨¦nez), el disco de krautrock Voces del extremo (Con Pony Bravo) o RaVerdial, la particular visi¨®n de una forma festiva flamenca pasada por el tamiz del sintetizador y el video arte que present¨® con abrumador ¨¦xito en el ¨²ltimo S¨®nar con Los Voluble. En esa hiperactividad creativa ¨C"como Scott Walker, pero sin su talento", bromea ¨¦l-, fue invitado por el Festival d¡¯ Avignon y lanz¨® tambi¨¦n S¨ª a Miguel Hern¨¢ndez, un disco basado en poemas del poeta alicantino.
En su ¨²ltimo concierto en la barcelonesa sala Apolo llevaba una camiseta en la que se le¨ªa: Barcelona mata. Tiene ese punto provocador y de activismo desde el humor inteligente. Hoy viste otra de la banda de los ochenta Grauzone y su m¨ªtico tema Eisbear. La ¨¦poca cl¨¢sica pas¨® y la libertad creativa es total. En la conversaci¨®n surgen Pepe Marchena, el techno de Detroit o el fil¨®sofo y escritor Paul B. Preciado. Es una esponja y podr¨ªa parecer que el flamenco cada vez ocupa menos espacio en su trabajo. Lo ha dicho mucho, pero si se le pregunta, lo repite: no le interesan nada los nuevos estandartes del g¨¦nero como Arc¨¢ngel o Miguel Poveda. ¡°Yo me considero cantaor, pero es solo una parte de m¨ª. A nivel est¨¦tico s¨ª me puedo alejar, pero el flamenco forma parte de lo que soy. No te puedes desprender de eso, como de una educaci¨®n religiosa, un abuso o una paliza. Todo eso te acompa?a. Y surge de una forma u otra¡±.
En su enorme voz y en su m¨²sica hay ahora rastros de la experimentaci¨®n sonora de Diamanda Galas, Fatima Miranda, Be?at Axiari o Blixa Bargeld. El cante flamenco se transforma a veces en ruido o en una especie de loop org¨¢nico producido por la garganta y sincopado con la palma de la mano capaz de rebotar en distintas direcciones a la vez. En esos momentos, tanto en sus conciertos como en los que ha compartido con su amiga Roc¨ªo M¨¢rquez, es cuando alg¨²n autoproclamado guardi¨¢n de las esencias flamencas se levanta del p¨²blico ofendido y suelta alg¨²n rebuzno.
Me alej¨¦ antes del mundo del flamenco antes tener confrontaci¨®n.? Ese mundo es irrenovable¡±
Y puede que tras ese portazo tambi¨¦n se entienda mejor lo que hace, m¨¢s cerca del arte contempor¨¢neo que de un trabajo puramente discogr¨¢fico. M¨¢s pr¨®ximo a veces del spoken word o el beatboxing, que al cante jondo. ¡°En realidad no son t¨¦cnicas nuevas. Es un intento de imitar sonidos. Lo hice m¨¢s desde un sentido emp¨ªrico en sesiones de danza contempor¨¢nea, espacios de libertad donde vivir de otra forma la voz y el cuerpo. Puedo escuchar a Be?at y trasladarlo a mi cuerpo. A m¨ª me gusta la aleatoriedad y contemporaneidad del canto. Depende de donde est¨¦s, tu cuerpo reacciona de una forma u otra¡±. Sole¨¢s, como se?ala su compa?ero y cerebro musical detr¨¢s de Voces del extremo, Daniel Alonso, ya ha cantado muchas.
Todo es pol¨ªtica. No solo por las expl¨ªcitas letras compuestas por distintos poetas de su ¨²ltimo disco [¡°que os metan una gaviota por el culo¡±] o por rechazar un contrato para cantar en Las Ventas por su aversi¨®n a lo taurino. Lo es tambi¨¦n por la actitud, por licenciar al margen de la SGAE, por la aplicaci¨®n de la teor¨ªa queer en su trabajo o por el uso que hace del espacio y el cuerpo para desarrollar su propuesta. Pero sobre todo, por esa manera de trabajar desde la grieta, un lugar oculto en todos los sistemas: museos, festivales, instituciones pol¨ªticas... Todos esos espacios, opina, poseen una fisura que escapa a la la l¨®gica est¨¦ril del control. ¡°Eso lo aprend¨ª con Pedro G. Romero y la gente del activismo. En el mundo delirante que puede llegar a ser un sistema siempre hay espacios donde se puede trabajar desde la libertad. Pero hay que meterse ah¨ª dentro".
De alguna manera, Voces del Extremo tambi¨¦n funciona as¨ª. Un disco que le abri¨® las salas de pop y rock y le reserv¨® un espacio en la portada de las revistas de culto del circuito musical independiente. Con ¨¦l lleg¨® la bendici¨®n de un p¨²blico heterog¨¦neo, los festivales y, aunque a ¨¦l no le guste, las cr¨ªticas que corrieron a buscarle parentesco con Omega, el disco que Enrique Morente dedic¨® al Poeta en Nueva York de Garc¨ªa Lorca con Lagartija Nick. ¡°Es por falta de escucha, de lo contrario a nadie se le ocurrir¨ªa hacerlo. Pero creo que me acompa?ar¨¢ mucho tiempo. Morente es un referente para m¨ª, pero como Antonio Mairena, Pepe Marchena o Lebrijano. Es una f¨®rmula preestablecida: rock y voz, igual a Morente y Omega. Joder, ?y el pensamiento cr¨ªtico? Es una pena que lo que hago se resuma as¨ª. Igual que lo de ¡®vanguardia¡¯ o ¡®transgresi¨®n¡¯. Yo no me muevo en esos c¨®digos¡±. Ni en esos, ni probablemente en ning¨²n otro que conoci¨¦semos.
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