Amaral, Tote King y Tigran Hamasyan
Tres discos, tres rese?as, tres calificaciones
EL DISCO DE LA SEMANA: Amaral - Nocturnal
Espa?a es un pa¨ªs sobradamente preparado para sacar colmillo ante el primer signo de que alguien se ha vendido,pero poco acostumbrado a quien toma el camino inverso, a quien se compra la libertad de albedr¨ªo para no dar ni pedir explicaciones. Cuando Amaral materializ¨® este salto al vac¨ªo en 2011 (dejar el cobijo econ¨®mico y publicitario de una multinacional para asumir todos los riesgos), muchos corrieron a encasillarlos (ese otro deporte nacional) en la ¨®rbita independiente, donde descubrieron que tambi¨¦n ped¨ªan credenciales. Igual que a un futbolista que cambia de equipo le exigen que bese el escudo bajo amenaza de desafecci¨®n.
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Artista: Amaral
Disco: Nocturnal
Sello: Discos Ant¨¢rtida
Calificaci¨®n: 8 sobre 10.
En medio de esa mudanza de piel, cuando publicaron Hacia lo salvaje (2011), la atenci¨®n se centr¨® m¨¢s en el movimiento que estaban llevando a cabo que en el propio disco. Porque no solo ellos se mov¨ªan. Una parte del p¨²blico, medios e industria que antes les hab¨ªa sido ajena tuvo que posicionarse ante este nuevo vecino y el hecho de que encabezaran el santuario indie patrio del Sonorama, de que acabaran de obtener ese Premio Nacional a las M¨²sicas Actuales que sonaba a patrocinio p¨²blico¡ Lleg¨® un punto en que parec¨ªa que, por un lado, estaban Eva Amaral y Juan Aguirre, un d¨²o que escrib¨ªa y tocaba canciones; y, por otro, Amaral, un concepto sobre el que se debat¨ªa hasta el rid¨ªculo y que parec¨ªa escaparse de las manos de sus due?os.
Han tenido que pasar cuatro a?os (de mucha gira y mucha reafirmaci¨®n) para que ahora Amaral, para su bien, sea simplemente otro grupo que saca un disco nuevo con nuevas canciones. Quiz¨¢ por eso Nocturnal es mucho mejor que Hacia lo salvaje. Mucho m¨¢s cohesionado y pensado, con un t¨ªtulo que no s¨®lo est¨¢ aupado en el tema titular, sino que impregna el tono de un repertorio en el que, adem¨¢s del single Ll¨¦vame muy lejos, destacan mucho Unas veces se gana y otras se pierde, La ciudad maldita o Lo que nos mantiene unidos.
Quien busque un Sin ti no soy nada que vaya al Grandes ¨¦xitos, porque las de Nocturnal son canciones de segundas escuchas, menos efervescentes, con m¨¢s poso (favorecidas tambi¨¦n por las texturas con las que Juan Aguirre, aun sin inventar nada, mejora cada melod¨ªa). Canciones nacidas del desequilibrio, de cosas que no funcionan, de los peque?os terremotos emocionales que provocan el amor y la amistad cuando fracasan, dan miedo o esperanzas.
Igual que siempre, se puede decir, igual que El universo sobre m¨ª, Toda la noche en la calle o casi cualquier otro de sus ¨¦xitos. Pero desde la aceptaci¨®n del tiempo que ha pasado y que ha sumado decepciones a la mochila. M¨¢s grave, por tanto, m¨¢s oscuro, aunque siempre a pie de calle, sin pretender nunca alejarse de su objetivo principal, que, como recordaba hace poco el guitarrista en la presentaci¨®n del disco, no es otro que ¡°hacer m¨²sica popular¡±.
A Nocturnal le hubiera venido bien una revisi¨®n final con un par de canciones menos (el ¨²ltimo tercio del disco no aguanta la altura anterior), pero el resultado es muy notable. Familiar pero distinto, con las zonas comunes atravesadas y moduladas por los a?os de experiencia, resulta el mejor disco posible para explicar que los Amaral de 2015 son los de entonces, pero ya no son los mismos. Josu Lapresa
Tote King - 78
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Artista: Tote King
Disco: 78
Sello: Octubre Music
Calificaci¨®n: 6'5 sobre 10.
Tote King despotricaba abiertamente de aquellos raperos que apelaban a la fusi¨®n de estilos para ampliar su espectro popular. Pero desde hace algunos discos es inevitable toparse con canciones en las que busca un choque estil¨ªstico entre el hip hop y otros g¨¦neros como el rock o el flamenco; tambi¨¦n en 78, donde cuenta con la ayuda del cantaor El Canijo de Jerez o el vocalista Andreas Lutz. Tote King demonizaba y sigue demonizando la televisi¨®n y su capacidad para abducir intelectualmente a la gente. Pero es precisamente la tele, y sus personajes ¨Cde Risto Mejide a Sandro Rey¨C, quienes integran muchas de las referencias culturales y populares que utiliza en 78. Tote King ha manifestado su indiferencia y pasividad ante las cr¨ªticas, sobre todo negativas, y de las acusaciones m¨¢s recurrentes de sus haters ¨Cque si se ha vendido, que si ya no rapea como en sus inicios¡¨C, pero son muchos los momentos de 78 en los que hay alusi¨®n directa y expl¨ªcita a quienes le critican y le ponen a caldo.
Podr¨ªa enumerar m¨¢s ejemplos, pero el mensaje creo que queda claro: Tote King es pura contradicci¨®n. Pero es esta constante lucha consigo mismo y contra sus propias palabras y hechos lo que le convierte en un personaje tan interesante dentro de la aburrida y predecible escena de raperos espa?oles. El sevillano, como pone de manifiesto su nuevo disco, 78, presuntamente el m¨¢s autobiogr¨¢fico de su carrera, siempre tiene cosas que decir y proponer al p¨²blico, y no le importa desdecirse o pisarse a s¨ª mismo si considera que es el momento de hacerlo. Es un ¨¢lbum de calculada y conciliadora variedad sonora ¨Cdonde el trap convive con las canciones de crossover, y ¨¦stas con fogonazos nost¨¢lgicos de hip hop cl¨¢sico¨C, guiado por la inquietud socio-pol¨ªtica del momento y dominado en todo momento por la verborrea cabreada y resentida del MC sevillano.
M¨¢s all¨¢ de su baile de citas y referencias, que van de su obsesi¨®n con Enrique Vila-Matas a sus s¨®lidos conocimientos cinematogr¨¢ficos y deportivos, Tote es relevante porque se moja. Y en 78 m¨¢s que nunca. Se moja musicalmente, con un paso definitivo hacia producciones expansivas y accesibles a todo tipo de p¨²blico, aunque le falta un single redondo que complete del todo ese paso; se moja ideol¨®gicamente, con un posicionamiento expl¨ªcito a favor de Podemos y la nueva izquierda y contundente en su rechazo a la derecha espa?ola; y se moja personalmente, con interesantes reflexiones sobre su p¨¦rdida de relevancia entre las generaciones m¨¢s j¨®venes, sobre su distanciamiento progresivo con la comunidad rap y sobre el discutible papel de las redes sociales en la actualidad. M¨¢s intencionado e impulsivo que brillante e inspirado, 78 es, ante todo, un disco de posicionamiento y afirmaci¨®n en plena de crisis de identidad del hip hop nacional. David Broc
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Artista: Tigran Hamasyan
Disco: Luys i Luso
Sello: ECM / Distrijazz
Calificaci¨®n: 9 sobre 10.
Tigran Hamasyan ?- Luys i Luso
No es nada nuevo volver la vista atr¨¢s cuando el objetivo es ir hacia adelante. Gran parte de la historia de las vanguardias en la m¨²sica se ha construido sobre la tradici¨®n, algo que, en el caso del pianista armenio Tigran Hamasyan, ha sido una aut¨¦ntica constante. En mayor o menor medida, toda su discograf¨ªa ha estado impregnada de sonidos importados de la tradici¨®n folcl¨®rica de su pa¨ªs, una ra¨ªz que ha cultivado a trav¨¦s de diferentes prismas, desde el acercamiento m¨¢s ortodoxo de ¡°New Era¡± o ¡°A Fable¡± a la simbiosis con rock y electr¨®nica en ¡°Shadow Theater¡± o ¡°Mockroot¡±.
En aras de ese anhelo de fusi¨®n, y a pesar de lo manido del lema, hay que decir que ¡°Luys i Luso¡± es el disco de Tigran Hamasyan que todos est¨¢bamos esperando: una grabaci¨®n muy valiente en la que m¨²sica vocal religiosa, folclore armenio y jazz se entrelazan en perfecta sinton¨ªa, alcanzando un equilibrio inimaginable entre lo secular y lo contempor¨¢neo. Hamasyan parte de un pu?ado de obras religiosas armenias, escritas entre el siglo cinco y el veinte, y se plantea dos retos: por un lado, arreglar obras de tradici¨®n monof¨®nica para un coro polif¨®nico y, por otro, integrar en ellas un piano con intenci¨®n jazz¨ªstica, pero sin renunciar al car¨¢cter folcl¨®rico de las melod¨ªas. En la uni¨®n de estos patrones est¨¢ el sentido tan vanguardista del disco, el que lo convierte en una obra colosal. En ¡°Luys i Luso¡±, Hamasyan consigue convertir un sharakan de m¨¢s de diez siglos en una obra personal, desafiando la forma sin llegar a salirse de ella, y neg¨¢ndose a escribir las partes de piano, que son improvisadas sobre las suntuosas polifon¨ªas tejidas por el Coro de C¨¢mara Estatal de Erev¨¢n.
Un disco as¨ª solo pod¨ªa salir en un sello como ECM, que ha cuidado cada detalle al m¨¢ximo, desde la grabaci¨®n en la capital armenia, producida por Manfred Eicher, hasta la deliciosa edici¨®n con un libreto que incluye versi¨®n biling¨¹e de las letras y documentaci¨®n sobre los manuscritos originales.
Entonces, ?esto es un disco de m¨²sica sacra vocal o de jazz? En realidad es ambas cosas pero, sobre todo, es un disco de Tigran Hamasyan. Echando un vistazo a su inquieta carrera esta ¨²ltima d¨¦cada nadie dir¨ªa que tiene solo 28 a?os, una precocidad que ya ha superado los t¨®picos del ni?o prodigio. Hamasyan es un pianista de jazz, s¨ª, pero tambi¨¦n afirma sin dudar que su sue?o era tocar la guitarra en una banda de thrash metal, y habla con la misma devoci¨®n de jazzistas como Jason Moran o Herbie Hancock que de Black Sabbath, Tool o la banda de metal extremo Meshuggah. Solo un talento permeable a sonidos tan dispares podr¨ªa haber grabado un disco tan atemporal como este. Yahv¨¦ de la Cavada
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