Tristan Tzara: poeta, cr¨ªtico y coleccionista del antiarte
El Museo de Arte Contempor¨¢neo de Estrasburgo acoge la primera gran exposici¨®n de uno de los padres del dada¨ªsmo
Si el mon¨®culo del escritor Tristan Tzara (Ruman¨ªa, 1896¨CPar¨ªs, 1963) se asomase hoy por los inmensos ventanales de colores del Museo de Arte Contempor¨¢neo de Estrasburgo (MAMCS), no solo ver¨ªa una retrospectiva de su vida y obra en el interior, sino una ciudad vestida de domingo y corbata all¨¢ fuera. Por el resquicio de estas vidrieras casi se atisban los lindes de la frontera alemana, la Selva Negra, el canal en calma. Dentro del museo est¨¢ su legado, el de un poeta, cr¨ªtico de arte y coleccionista que decidi¨® cambiarse el nombre. De Samuel Rosentock a Tristan Tzara. Tristan, por triste y Tzara, por patria. Como se sent¨ªa en su Ruman¨ªa natal. Ahora el MAMCS acoge la primera gran muestra de su trabajo, el de uno de los padres del dada¨ªsmo, del antiarte.
"La idea es descubrir a este poeta como nunca antes se hab¨ªa hecho. Tzara se nutri¨® de muchos artistas y movimientos. Desde el dada¨ªsmo al surrealismo. De personalidad discreta y agitada, lo reducimos a la imagen del mon¨®culo". As¨ª introduce la exposici¨®n la comisaria y directora del MAMCS, Estelle Pietrzyk. No es f¨¢cil explicar a Tzara; fue un hombre de mundo y de las artes que premi¨® el caos frente al orden, para romper todos los moldes.
Este espacio de dos plantas y 700 metros cuadrados va m¨¢s all¨¢ de su legado literario. Entre las 450 piezas expuestas, el paseante puede encontrar revistas, libros, cartas, dibujos, cuadros, fotograf¨ªas, documentos audiovisuales incluso parte de la colecci¨®n privada del autor, donde predominan las obras de arte africano.
La exposici¨®n Tristan Tzara: el hombre aproximativo invita al paseante a recorrer la muestra por orden cronol¨®gico a trav¨¦s de siete salas: Bucarest (1896-1915), Z¨²rich (1915-1919), Par¨ªs y m¨¢s all¨¢ (1920-1924), La retirada (1924-1929), el Surrealismo (1929-1935), el Periodo de entreguerras (1936-1945) y la Posguerra (1946-1963). "Tzara fue el poeta surrealista de su tiempo. Un hombre complejo y ¨¦pico que se aproxim¨® a su historia y vivi¨® los grandes momentos del siglo XXI en su tragedia", sostiene Pietrzyk.
Desde Ruman¨ªa a Par¨ªs, pasando por Z¨²rich
No se puede hablar de Tzara sin ahondar en su pa¨ªs natal. Nada m¨¢s entrar en el complejo, el turista se topa con la Ruman¨ªa del autor. La sala es la m¨¢s peque?a de todas, y en sus paredes cuelgan cuadros del paisaje art¨ªstico rumano de comienzos del siglo XX : "Por aquel entonces era un autor simbolista y, al mismo tiempo, centrado en la modernidad", explica Pietrzyk.
La llegada a Z¨²rich en 1915 para continuar sus estudios de Filosof¨ªa y Letras supuso para ¨¦l una ruptura con el panorama art¨ªstico anterior. A los 21 a?os hablaba rumano, ingl¨¦s y franc¨¦s, y pronto comenz¨® a codearse con artistas de todo el mundo que hu¨ªan de la Primera Guerra Mundial -Emmy Hennings, Hans Arp o Marcel Janco entre otros-. Al a?o siguiente, el artista Hugo Ball cre¨® el Cabaret Voltaire, de donde naci¨® la corriente dada¨ªsta, que cuestionaba la realidad imperante. En los cuadros de este sal¨®n hay fotos de este cabaret: "Aqu¨ª lo vemos, vestido de forma c¨®mica, con trajes rid¨ªculos. El espect¨¢culo era esperp¨¦ntico, Tzara gritaba los versos y los mezclaba. Era todo un personaje". Tzara hac¨ªa teatro como rebeld¨ªa, pero segu¨ªa escribiendo.
Cuatro a?os m¨¢s tarde lleg¨® a Par¨ªs, cuna de artistas. All¨ª escribir¨ªa los manifiestos del dada¨ªsmo, intervendr¨ªa en coloquios intelectuales y se codear¨ªa con los artistas del momento. En este periodo entr¨® en conflicto con los dada¨ªstas y sali¨® del c¨ªrculo: "Cuando Andr¨¦ Breton dijo que ¨¦l era el padre del surrealismo, Tzara lo neg¨®. Porque surrealistas eran todos", aclara?Pietrzyk. Entretanto, conoci¨® a la que se convertir¨ªa su mujer, la pintora sueca Greta Knutson, y se ir¨ªa a vivir con ella al barrio parisino de Montmartre.
Etapa surrealista
La ¨¦poca del surrealismo comenz¨® para el artista en 1929. Despu¨¦s de cinco a?os de silencio, logr¨® reconciliarse con Breton y el g¨¦nero. Durante los 10 a?os siguientes, el artista se convirti¨® en un gran coleccionista, en tanto que amigos como Joan Mir¨® o Pablo Picasso, ilustraban sus libros. Declarado antifascista, lleg¨® a formar parte de Asociaci¨®n de escritores y artistas revolucionarios en 1935, y fue en el mismo a?o cuando decidi¨® dejar de formar parte del grupo de los surrealistas.
Durante el periodo de entreguerras estuvo muy ligado a Espa?a. La Guerra Civil le caus¨® un fuerte impacto. Pis¨® territorio espa?ol hasta en tres ocasiones para hablar en coloquios al lado de los republicanos y la muerte de Federico Garc¨ªa Lorca le desol¨® de tal manera que le dedic¨® varios poemas.
Tzara no lo tuvo f¨¢cil en un escenario tan cruento. En Francia era extranjero, de izquierdas y jud¨ªo. Adem¨¢s ten¨ªa un arma: sus versos, combativos.
"En los ¨²ltimos a?os, cuando volvi¨® a Paris, consigui¨® la nacionalidad y se adhiri¨® al Partido Comunista, aunque romper¨ªa con ¨¦l por no estar de acuerdo con la represi¨®n sovi¨¦tica en Budapest", explica la comisaria.
Hoy, 52 a?os despu¨¦s de la muerte de Tristan Tzara en Par¨ªs, Estrasburgo rememora a este escritor revolucionario que no se estudia en los institutos. Por eso sorprende ver a tantos j¨®venes pasearse entre las obras. Tomando notas. Haciendo fotos sin que se percate el guardia, cercanos a la comisaria, que rememora una cita del poeta: "El arte no es serio, os lo aseguro".
Tristan Tzara: el hombre aproximativo. Poeta, escritor de arte y coleccionista. Desde el 24 de septiembre hasta el 17 de enero de 2016. Museo de Arte Moderno y Contempor¨¢neo de Estrasburgo (Francia).
Babelia
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