Una historia de muchas historias
Almudena Grandes se aparta provisionalmente de sus Episodios¡ con una entretenida novela sobre las consecuencias de la crisis. No hay personajes, solo tipos representativos

Tras cinco a?os de saturaci¨®n informativa sobre la crisis, novelarla conlleva ciertos riesgos. M¨¢s si se pretende ofrecer un amplio panorama de ella y el tratamiento formal responde, grosso modo, a las premisas del socialrealismo. Almudena Grandes nunca fue ajena a la concepci¨®n de la novela como cr¨®nica hist¨®rica y ¨¦pica menor, especialmente en el reciente ciclo de los Episodios de una Guerra Interminable, pero ahora se aparta provisionalmente de ese marco y se detiene a mirar el presente. En su nueva novela, Los besos en el pan, narra las historias de una apretada gavilla de gentes que habitan un barrio del centro de Madrid. A modo de p¨®rtico se presentan las grandes coordenadas de ese espacio con figuras, as¨ª como las grietas abiertas recientemente. Tambi¨¦n se explicita ah¨ª el prop¨®sito y el enfoque que amarran estas p¨¢ginas, a modo de un directo alegato contra el olvido ?impuesto?, contra el miedo paralizante, y a favor de recuperar la rabia y la dignidad perdidas.
Los besos en el pan es una novela coral, llena de noticias del aqu¨ª y ahora, que, como en un gran fresco, pinta un a?o en la vida de estas gentes que se reparten en tres generaciones, ofreciendo as¨ª el contraste del tiempo. En su mayor¨ªa pertenecen a las clases medias y populares, con predominio de las figuras femeninas y perfiles que permiten a la autora desarrollar sucesos o situaciones representativas: el hambre infantil en las aulas desde la maestra Sof¨ªa Salgado, el desmantelamiento de la sanidad p¨²blica desde la ginec¨®loga Diana y sus compa?eros, las estafas bancarias (hipotecas o preferentes) desde la abogada Marita y los afectados-v¨ªctmas, la burbuja inmobiliaria desde el arquitecto t¨¦cnico Sebasti¨¢n o el joven Toni, la amenaza de las competidoras chinas explotadas por las mafias desde la peluquera Amalia, la tentaci¨®n yihadista de Ahmed desde la miseria y la desesperaci¨®n en que vive su familia¡ Hay adem¨¢s periodistas, polic¨ªas, emigrantes de variada procedencia, adolescentes combativos, universitarios, amas de casa, una asistenta, parados de larga duraci¨®n¡ La ligaz¨®n entre las numerosas piezas de este puzle est¨¢ muy bien resuelta a partir de los lazos familiares, la amistad, las relaciones laborales o la frecuentaci¨®n de espacios como el bar, la peluquer¨ªa o el edificio ocupado, si bien m¨¢s de un percance o situaci¨®n se f¨ªa en exceso a la casualidad y la coincidencia.
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Como es una novela que avanza en superficie, ramific¨¢ndose, la ley del suma y sigue rige un relato donde no todas las ramas tienen el mismo alcance ni similar peso. En rigor no hay personajes, s¨®lo tipos representativos; y algunos s¨®lo est¨¢n para a?adir otra nota a un friso m¨¢s vasto que profundo. De los enfocados en primer plano, eso s¨ª, sabemos bastante, porque en Los besos en el pan predomina lo contado frente a lo representado o propiamente novelado. Es ante todo el narrador quien nos explica las pulsiones, problemas, caprichos, gustos, rencillas, afectos, temores¡ de estas figuras. Y aunque hay bastantes escenas dialogadas, falta tensi¨®n en el lenguaje y variedad de registros. La cr¨ªtica o denuncia se apoya m¨¢s en la descalificaci¨®n directa y el exabrupto, el melodrama y el ¨¦nfasis, que en otros posibles recursos, no necesariamente m¨¢s complejos, pero s¨ª m¨¢s elaborados y sutiles. Por otra parte, la voluntad de trasladar al relato una referencia moral y una funci¨®n social paga su tributo al manique¨ªsmo. Casi todos los ¡°protagonistas¡± son buena gente, muy comprometida; perversos como el corrupto Juan Francisco Gonz¨¢lez entran en la escena s¨®lo de refil¨®n; y los que no resultan demasiado ejemplares (un viejo militar, una burguesita ociosa, cotilla y compradora compulsiva) acaban por tomar conciencia y enmendarse, de acuerdo con una l¨ªnea narrativa y un discurso donde el mensaje es siempre palmario.
Lectura entretenida, que celebrar¨¢n quienes gusten de ver en una novela lo que est¨¢ a la vista y ellos ya conocen. M¨¢s si coincide con la vida propia. O con sus opiniones.
Los besos en el pan. Almudena Grandes. Tusquets. Barcelona, 2015. 336 p¨¢ginas. 19 euros
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