Santa Teresa, de ¡®performance¡¯
El Museo Nacional de Escultura hila el legado de la m¨ªstica con artistas contempor¨¢neos
?Qu¨¦ conexi¨®n hay entre la obra l¨ªrica y la vida m¨ªstica de Santa Teresa de Jes¨²s con el arte contempor¨¢neo? El camino que une a la poeta del ¨¦xtasis religioso con artistas actuales est¨¢ trazado por "la fuerza con que la espiritualidad de todos ellos alimenta su creaci¨®n". Esa es la idea que sostiene la exposici¨®n Nada temas, dice ella. Cuando el arte revela verdades m¨ªsticas, en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid.
Para conseguir ese objetivo, la comisaria, Rosa Mart¨ªnez, ha reclutado a 21 artistas espa?oles y extranjero que a trav¨¦s de cer¨¢micas, dibujos, v¨ªdeos o performances intentan transmitir los valores de Teresa de Cepeda y Ahumada (1515-1582), de la que se ha celebrado en 2015 los 500 a?os de su nacimiento. La muestra ¡ªorganizada con la colaboraci¨®n de la entidad p¨²blica Acci¨®n Cultural Espa?ola¡ª interpreta en su t¨ªtulo el de uno de los poemas m¨¢s conocidos de la abulense, Nada te turbe, explic¨® durante la presentaci¨®n la comisaria, directora art¨ªstica de bienales como Venecia y Estambul. Para esta ocasi¨®n se han dispuesto los tres espacios que dispone el museo. As¨ª, esta mirada contempor¨¢nea al legado de santa Teresa se inicia en el palacio de Villena, sede de las exposiciones temporales. All¨ª hace de entrada la conocida espiral de ne¨®n del estadounidense Bruce Nauman que, a modo de anuncio publicitario, despliega el ir¨®nico axioma El verdadero artista ayuda al mundo revelando verdades m¨ªsticas (1967).
La primera sala acoge la impresionante talla en madera policromada Santa Teresa de Jes¨²s (1625), de Gregorio Fern¨¢ndez, obra del museo vallisoletano que muestra a la autora con una tez muy blanca y la cara redonda, tal y como la describieron quienes la conocieron. Esta escultura la retrata en su faceta de escritora: en una mano sostiene la pluma y en la otra un libro. A su derecha, una obra realizada para esta exhibici¨®n: dos enormes paneles (239 por 270 cent¨ªmetros) en forma de libro abierto del paquistan¨ª Waqas Khan, con l¨ªneas sinuosas de tinta roja que representan las dificultades que se encuentran en la existencia. En ese espacio se expone tambi¨¦n por primera vez en un museo Sky Ladder (Escalera al cielo), del chino Cai Guo-Quiang. Es una imagen que recoge el momento en que este artista logr¨®, el pasado 15 de junio, tras dos d¨¦cadas de intentos, que un globo aerost¨¢tico elevara una escalera de 500 metros forrada de pirotecnia que despu¨¦s encendi¨® para convertirla en llamas que ascend¨ªan al cielo.
Laberinto de algod¨®n
Tambi¨¦n espec¨ªfica para esta exposici¨®n ¡ªque se puede visitar hasta el 28 de febrero de 2016 y cuenta con un presupuesto de 215.000 euros¡ª es la espectacular pieza de la valenciana Soledad Sevilla, Ser¨ªa la de la noche, un peque?o laberinto de hilos de algod¨®n que puede rodearse para dejarse envolver en su luz negra y ambiente de quietud.
Toda una sala abarca la instalaci¨®n Intersections (Intersecciones), de la paquistan¨ª Anila Quayyum Agha. Se trata de un cubo suspendido, de seis caras de acero cortado con l¨¢ser, que proyecta luces y sombras de sus dibujos geom¨¦tricos gracias a una bombilla, la luz interior del alma.
Muy distinto es lo que se encuentra el espectador m¨¢s adelante. Una veintena de los enigm¨¢ticos dibujos de "una artista descubierta" para Nada temas, dice ella, seg¨²n la comisaria. Es la catalana Josefa Tolr¨¤ (1880-1959), una mujer de vida muy sencilla que solo sali¨® de su pueblo, Cabrils (Barcelona), un par de veces y que a pesar de su nula formaci¨®n acad¨¦mica produjo en los ¨²ltimos a?os de su vida un universo de seres extra?os a ra¨ªz una serie de visiones.
El segundo espacio de esta exposici¨®n es el colegio de San Gregorio, en el que entre las salas con la extraordinaria colecci¨®n de tallas, retablos y coros de la sede hist¨®rica del museo, se juega a las comparaciones de piezas. As¨ª ocurre con el v¨ªdeo A Needle Woman (Mujer aguja), de la coreana Kimsooja, en el que la artista aparece tumbada de lado, pl¨¢cidamente, sobre unas rocas, y la talla La Magdalena en el desierto, de Felipe de Espinabete, en la que el artista de Tordesillas (1719-1799) esculpi¨® a la cortesana reclinada y entregada a la meditaci¨®n.
Otro juego es el que se propone con la contemplaci¨®n del espejo redondo y c¨®ncavo, te?ido de rojo, de la india Anish Kapoor, que comparte espacio con la magistral y sangrante talla barroca del Cristo yacente, de Gregorio Fern¨¢ndez.
El recorrido finaliza en el palacio de la Casa del Sol. Entre dos hileras de reproducciones en yeso de esculturas cl¨¢sicas, se proyecta al fondo y en alto Habla, el v¨ªdeo de una performance de Cristina Lucas en la que la artista jienense destruye con un mazo una copia del Mois¨¦s de Miguel ?ngel. "Es un ataque contra una figura que simboliza el autoritarismo patriarcal", sostiene Mart¨ªnez. Es la otra forma de ver a la santa de Vivo sin vivir en m¨ª como una mujer cuyo arrojo la llev¨® a enfrentarse a la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, que la proces¨® y confin¨® por su af¨¢n reformador.
Babelia
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