Un abismo generacional se abre en el ¡®hip hop¡¯ espa?ol
Casi tres d¨¦cadas despu¨¦s de la irrupci¨®n del rap en Espa?a, m¨²sicos como Pxxr Gvng, Jarfaiter, C. Tangana o El Coleta rompen con el pasado estil¨ªstico y ling¨¹¨ªstico del g¨¦nero
Los 25 a?os que median entre Hey Pijo de MC Randy y DJ Jonco y Tu co?o es mi droga, de Pxxr Gvng, ilustran el abismo que se abre entre aquel "ni?o yupi que jura por Snoopy" y la actual "fucking drogadicci¨®n" de estos. Y puede ser un baremo del derribo de barreras estil¨ªsticas y ling¨¹¨ªsticas del g¨¦nero, desde que a mitad de los ochenta la cultura b boy, el breakdance y los graffittis sentaran las bases para el hip hop espa?ol. Desde sus trincheras, bandas como Pxxr Gvng y solistas como Jarfaiter o El Coleta esgrimen el pulso del rap como lenguaje de asfalto y adoquines, trapicheos y supervivencia.
Pxxr Gvng suscita encendidas controversias por su deslenguado y desasosegante discurso
Sugieren una vuelta de tuerca al g¨¦nero, al igual que los madrile?os Agorazein (proyecto en el que milita C. Tangana) -desde presupuestos m¨¢s coloristas- justo cuando documentales como Dos platos y un micro. 30 a?os de hip hop en Espa?a, de Rafa de los Arcos, levantan acta notarial de la evoluci¨®n del rap espa?ol. Hay motivos para recapitular, pero tambi¨¦n para evaluar si estos puntos de fuga, ligados tem¨¢ticamente a nuestro pasado (el reflejo del cine quinqui de Eloy de la Iglesia o Jos¨¦ Antonio de la Loma entre finales de los setenta y principios de los ochenta, el cuestionamiento de la Movida) pero log¨ªsticamente adscritos a una nueva realidad (su difusi¨®n se mide por reproducciones en Youtube, recept¨¢culo de una incontinencia cifrada en miles de canciones), suponen una ruptura en el discurso del hip hop patrio, o solo un escal¨®n m¨¢s en su diversificaci¨®n.
El cuarteto -afincado en Barcelona- Pxxr Gvng suscita encendidas controversias por su deslenguado y desasosegante discurso, inscrito en la dial¨¦ctica trap: sexo s¨®rdido, drogas y nihilismo. La paradoja: su ¨¢lbum fue editado por la multinacional Sony. Yung Beef (25 a?os), portavoz del trap quinqui, considera que el hip hop en Espa?a "siempre ha sido m¨²sica de burgueses, que no cantan sobre temas de la calle". Khaled, Steve Lean y D. G¨®mez completan el cuarteto, cuyo ¨¢lbum Los pobres (Sony, 2015) es punta de iceberg de una producci¨®n de m¨¢s de 2.000 temas repartidos en Youtube. "Hice el disco porque me ven¨ªa muy bien el dinero que me iban a dar, pero saco m¨²sica todos los d¨ªas igual de v¨¢lida que la del disco", comenta Yung Beef. Su extracci¨®n humilde puede justificar ese ¨¢nimo por reflotar el pulso callejero que una vez dio raz¨®n de ser al hip hop, pero el influjo de Camar¨®n de la Isla (patente en Como el agua o Leyenda del tiempo) perpet¨²a la horma aut¨®ctona con la que Solo Los Solo o la Mala Rodr¨ªguez dotaron al rap de una denominaci¨®n de origen hispana a finales de los a?os noventa.
El abulense Jarfaiter (21 a?os) tambi¨¦n habla, en su ¨¢lbum Antih¨¦roe, de "ni?os de pap¨¢ hablando de working class... si no has crec¨ªo entre robos y pu?al¨¢s, normal que no te guste porque no lo entender¨¢s". Tambi¨¦n honra a Camar¨®n en Flamencore, y registra junto a El Coleta Navajeros, como la pel¨ªcula dirigida por Eloy de la Iglesia en 1980, acicate del cine quinqui. El madrile?o El Coleta defiende temas como M¨²sica para pegar tirones. Su web lo define: rap makarra de Moratalaz. El reciente M.O. vida madrile?a es su cuarto largo.
Un abismo se abre entre ellos y el sevillano Tote King (36 a?os), quien se considera "un chaval de estudio de grabaci¨®n y de conciertos: no soy un t¨ªo de la calle, pero eso no quita para que tenga m¨¢ximo respeto por cualquier m¨²sica, salga de la calle, de la Universidad o de un estudio". Abierto al rock, el soul o el funk, lejos de ortodoxias, tambi¨¦n rinde en su ¨²ltimo ¨¢lbum, 78, pleites¨ªa al flamenco en El premio pa ti, con El Canijo de Jerez. "No soy un t¨ªo de vieja escuela receloso, en mis discos hay gente m¨¢s joven que me refresca, como Nestakilla, Ni?ato Garc¨ªa o Jota", afirma.
Atendiendo a las producciones frondosas de otros raperos de su quinta y de los que inmediatamente le precedieron (7 Notas 7 Colores, Club de los Poetas Violentos, Nach, SFDK, Violadores del Verso, La Excepci¨®n) y a la menesterosa austeridad de esta nueva generaci¨®n, ?hay un socav¨®n en el relato del hip hop espa?ol? Tote King niega: "Mucho Muchacho o Juan Solo ten¨ªan una est¨¦tica parecida. Es m¨¢s una evoluci¨®n, por su edad". Quiz¨¢ la brecha se aprecie en aspectos de factura musical y mercadotecnia: "Ahora todo es m¨¢s autom¨¢tico, se graba un clip y se cuelga al d¨ªa siguiente, pero a mi me siguen gustando los ¨¢lbumes compactos, y los mas grandes en EE UU a¨²n los hacen, como Rick Ross o Kendrick Lamar".
Su DJ, Nexxa, apostilla: "Esta nueva generaci¨®n est¨¢ importando cosas que se llevan en EE UU, m¨²sicos trap como Young Thug y Future, y no digo que est¨¦n copiando: es normal que se fijen en ello". Para Pxrr Gvng, el influjo del reggaeton y el auto tune es natural: "No sabemos cantar, ni una nota de m¨²sica, ?entiendes?". Insiste en que hay abismo generacional, porque ellos operan al margen de cualquier ¨¦lite: "Salimos todos los d¨ªas a la plaza y todo el que quiere cantar tiene una oportunidad, y si vale lo vamos a ayudar. Eso en Espa?a no exist¨ªa. Vamos a abrir un sello musical y a distribuir toda nuestra m¨²sica y la de ellos, y no queremos convertirnos en lo mismo que los que han venido antes".
An¨¢lisis: Los nuevos pobres
Visten distinto. Hablan distinto. Piensan distinto. Rapean distinto. Y, lo que resulta a¨²n m¨¢s evidente, su m¨²sica suena totalmente distinta. Salta a la vista, y al o¨ªdo, que el nuevo rap espa?ol, representado por Pxxr Gvng o C. Tangana, ha encontrado su propio camino lejos, muy lejos, de la tradici¨®n y los referentes cl¨¢sicos del hip hop en nuestro pa¨ªs. Pero el cambio m¨¢s dr¨¢stico y notorio que se aprecia entre una generaci¨®n y otra no tiene que ver con la est¨¦tica ¨Cahora m¨¢s swagger¨C, las influencias ¨Cel reggaet¨®n, el trap o el electro latino pegan fuerte¨C, el sonido ¨Cm¨¢s electr¨®nico y accesible; ni rastro del modelo de la vieja escuela¨C o su expansi¨®n popular ¨Cm¨¢s inmediata y constante gracias a internet y las redes sociales¨C, sino con la actitud de sus protagonistas.
La gran ruptura se produce en la mentalidad: cuando empezaron, Mucho Muchacho, CPV o S¨®lo Los Solo simplemente aspiraban a publicar su m¨²sica y tener la oportunidad de hacer algo con ella. Estaban seguros de s¨ª mismos y de su enorme talento, pero ni de largo ten¨ªan las ideas tan claras ni eran tan desafiantes en sus intenciones de conquista popular. La m¨²sica era el fin. Ahora es el medio. Porque esta nueva generaci¨®n lo quiere todo, y lo quiere ya, cuanto antes. Y el contexto est¨¢ de su parte: sin las injerencias de una industria plomiza que lo ralentiza todo, con Youtube como el mejor departamento de marketing posible y con un p¨²blico joven con muchos menos prejuicios musicales que el de hace dos d¨¦cadas, la nueva generaci¨®n de raperos espa?oles seduce y fascina por esta agresiva concepci¨®n pop del g¨¦nero. No tienen nada que perder y s¨ª mucho que ganar.
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