Lo que fue y lo que es

Quien tiene un pueblo al que volver sabe que es f¨¢cil o dif¨ªcil seg¨²n las circunstancias, depende del por qu¨¦ y tiene mucho que ver con el cu¨¢ndo. Si han pasado dos d¨¦cadas desde la ¨²ltima vez que se cruz¨® el cartel blanco enmarcado por esa l¨ªnea negra o roja que tienen todos los carteles de pueblo de Espa?a, una balsa de aceite, desde luego, no ser¨¢. Aunque los ciclones emocionales no tienen por qu¨¦ ser negativos, no siempre. Algo parecido a una tormenta de verano es lo que ocurre en Siempre me resist¨ª a que terminara el verano, la ¨²ltima producci¨®n de Asier Etxeand¨ªa (Bilbao, 1975), en el Teatro Marquina de Madrid hasta el pr¨®ximo 13 de diciembre. ¡°Improrrogable¡±, avisan desde la compa?¨ªa.

Los mismos seis personajes (uno de ellos lo interpretan dos actores) que danzan entre el pasado y el presente sobre el escenario se sientan, en fila y para nada en silencio, en las butacas del Marquina. Est¨¢n a punto de retomar el ensayo de esa obra escrita y dirigida por Lautaro Perotti (Argentina, 1974), una suerte de terapeuta teatral para los propios actores.

Dice el director que es una pieza que tiene que ver con el encuentro, en este caso el de cuatro amigos tras 20 a?os sin verse y en el momento en el que cruzan el ecuador de sus vidas: ¡°Esto genera revisiones, planteos, qu¨¦ han hecho durante este tiempo, qu¨¦ so?aban y qu¨¦ tienen¡±.

No es una pieza sobre la crisis de los 40. En eso todos est¨¢n de acuerdo. Es sobre esas peque?as cosas que generan evaluaciones con uno mismo. A Perotti le interesaba ver c¨®mo cuatro personas se planteaban de distinta forma la b¨²squeda y el encuentro del sentido de sus propias vidas. ¡°Poder escapar un poco a los miedos, al ego¨ªsmo que genera el miedo¡±, matiza. Uno de esos lugares seguros en los que refugiarse es, delante de bambalinas, El Caim¨¢n. Un prost¨ªbulo de pueblo en el que, durante su adolescencia, esos amigos conocieron a Isabel ¡ªen la realidad Estefan¨ªa de los Santos (Sevilla, 1975)¡ª.

Cuenta Pablo Rivero (Madrid, 1980) que son ese lugar y esa mujer el catalizador, no su personaje (Andr¨¦s) ni el del amigo al que acompa?a, Andr¨¦s Gertrudix (Madrid, 1977) como Ra¨²l, ese que desata la historia al volver al lugar donde naci¨® tras la muerte de su padre: ¡°Es intr¨ªnseco a la condici¨®n humana lo que se te mueve cuando vuelves a aquellos lugares que te vieron crecer¡±.

Unax Ugalde (Vitoria, 1978) hace el amago de impostar tristeza cuando comenta que ¨¦l interpreta a ¡°ese que nunca sali¨® del pueblo¡±. Ellos tres se reencontrar¨¢n en ese lugar sagrado que es el del descubrimiento del sexo para un adolescente, y como una especie de chamana del pasado y el presente, Isabel, la prostituta que les ¡°ense?¨®¡± cuando a¨²n la barba no terminaba de romper. El cuarto es Diego, interpretado por Santi Mar¨ªn (Valladolid, 1983) y en sustituci¨®n, por Samuel Viyuela (Madrid, 1988). Es el contrapunto, alguien que no se hace las preguntas que taladran a los tres amigos, alguien que lo ve todo con practicidad, alguien a quien a¨²n no le hace falta hacer balance.

En ese contexto se mueve el texto de Siempre me resist¨ª a que terminara el verano, tambi¨¦n la m¨²sica, y el espacio. ¡°Y el sonido de la lluvia, que es muy importante¡±, puntualiza alguno de ellos mientras contin¨²a la conversaci¨®n a siete voces. No es una comedia, ni tampoco un drama, como la vida. De todo un poco.