¡®Narcos¡¯: Cinco mentiras de la serie sobre Pablo Escobar
La producci¨®n combina episodios de la vida del capo con reinterpretaciones de los hechos
La historia del narcotraficante colombiano Pablo Escobar es el relato inveros¨ªmil de un pa¨ªs que estuvo a punto de caer arrodillado a los pies de su majestad la coca. Narcos, la serie que Netflix estren¨® el pasado agosto sobre el traficante, combina episodios de su vida con numerosas reinterpretaciones de los hechos. La organizaci¨®n de Escobar generaba 60 millones de d¨®lares diarios en ganancias por el tr¨¢fico de coca¨ªna y para defender este negocio se enzarz¨® en una guerra contra el Estado, que a principios de los noventa dej¨® cerca de 9.000 asesinatos solo en Medell¨ªn, el centro de operaciones del cartel. La ciudad se convirti¨® en la m¨¢s peligrosa del mundo: en 1991 lleg¨® a los 381 asesinatos por cada 100.000 habitantes. San Pedro Sula, Honduras, la ciudad m¨¢s violenta hoy, tiene una tasa de 171.
Pinochet libr¨® del narco a Chile. No existen indicios lo suficientemente s¨®lidos que permitan concluir que, como dice Steve Murphy, el agente de la DEA narrador de la serie, "en el 73 Chile [fuera] camino a convertirse en el mayor centro mundial de procesamiento y exportaci¨®n de coca¨ªna". La serie presenta al dictador Augusto Pinochet como el mal por el que tuvo que pasar el pa¨ªs para no convertirse en un gran productor de droga. El experto chileno Ib¨¢n de Rementer¨ªa se?ala en una investigaci¨®n sobre el tema que en los 70 hab¨ªa una secuencia de producci¨®n que pasaba por Bolivia, Per¨² y Colombia. Chile apenas aparece en la categor¨ªa "otros".
Manuel Contreras, el exjefe de la DINA, la polic¨ªa secreta del r¨¦gimen, acus¨® en 2006 a Pinochet de haberse enriquecido con el narcotr¨¢fico durante la dictadura (1973-1990). El general retirado, uno de los m¨¢s fieles del Gobierno, asegur¨® que la coca¨ªna era fabricada por un qu¨ªmico que pertenec¨ªa al cuerpo que ¨¦l dirig¨ªa. En la serie, uno de los traficantes que se salva de la represi¨®n de Pinochet ense?a el negocio de la droga a Escobar.
El cartel ten¨ªa la espada del Libertador. La guerrilla del M-19 no le regal¨® la espada de Sim¨®n Bol¨ªvar a Pablo Escobar. El grupo insurgente anunci¨® su aparici¨®n en la prensa bogotana en los setenta con anuncios misteriosos que dec¨ªan: "Par¨¢sitos... gusanos? espere M-19"; "Decaimiento... falta de memoria? espere M-19". El ¨²ltimo d¨ªa de la campa?a publicitaria el grupo irrumpi¨® en el museo de Bol¨ªvar en Bogot¨¢ y rob¨® su espada. Estuvo escondida en la casa de los poetas Le¨®n de Greiff y Luis Vidales, luego la llevaron a Cuba en los ochenta y finalmente la regresaron al Gobierno de Colombia durante el proceso de paz de esta guerrilla en 1991.
El narcotr¨¢fico incendi¨® el Palacio de Justicia. A lo largo de su campa?a, el M-19 busc¨® dar golpes espectaculares como la toma de la embajada de Rep¨²blica Dominicana, el robo de cerca de 5.000 armas de un cuartel militar y la toma del Palacio de Justicia. Narcos presenta a un Escobar que financi¨® este ¨²ltimo asalto para que los guerrilleros quemaran los expedientes en su contra. Una comisi¨®n integrada por tres expresidentes de la Corte Suprema colombiana valid¨® en 2009 esta versi¨®n, basada en los testimonios de un sicario del cartel, un jefe paramilitar, una amante de Escobar (que la actriz mexicana Stephanie Sigman interpreta en la serie) y dos exguerrilleros. El grueso de los desmovilizados del M-19 no acepta esta acusaci¨®n.
La Catedral era un templo del crimen. La Catedral, la c¨¢rcel en la que estuvo recluido Escobar tras su entrega en los noventa, estaba construida en terrenos que eran suyos. El lugar ten¨ªa una ba?era, una cama de agua, un televisor, un bar, una nevera y otra serie de comodidades. El capo celebraba fiestas y segu¨ªa manejando su negocio desde all¨ª. Existen rumores sobre las estrellas de f¨²tbol que supuestamente jugaron partidos organizados por el traficante en la cancha del penal. Ren¨¦ Higuita, portero de la selecci¨®n colombiana y de Atl¨¦tico Nacional de Medell¨ªn (que Escobar financiaba en ese entonces), es uno de los pocos que ha aceptado haber ido de visita. Los guardias de la c¨¢rcel estaban en la n¨®mina del cartel.
Dos millones de d¨®lares para la chimenea. El narcotraficante quem¨® dos millones de d¨®lares para evitar que su hija muriera de fr¨ªo cuando hu¨ªan de las autoridades y de un cartel rival en 1993, seg¨²n el hijo mayor del narco, Juan Pablo Escobar. La desmesura de la fortuna que construy¨® el criminal colombiano deriv¨® en otras situaciones incre¨ªbles, como el hecho de que las ratas devoraran unos 500 millones de d¨®lares suyos y otro tanto se pudriera en caletas que no estaban bien acondicionadas para conservarlo. Tras la muerte de Escobar, los buscadores de tesoros y antiguos empleados desmantelaron sus propiedades en busca del dinero escondido.
El realismo m¨¢gico alem¨¢n
La primera interpretaci¨®n libre de Narcos es su definici¨®n de realismo m¨¢gico. El narrador de la serie empieza diciendo que este "se define como un entorno realista y detallado que se ve invadido por algo tan extra?o que resulta incre¨ªble. No por nada naci¨® en Colombia". El t¨¦rmino, sin embargo, lo acu?¨® el cr¨ªtico de arte alem¨¢n Franz Roh para describir una escuela de pintura de principios del siglo XX que se opon¨ªa al expresionismo. El concepto recorri¨® un largo camino antes de vincularse a la obra del Nobel Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Primero lo us¨® el escritor venezolano Arturo Uslar Pietri en 1947, aunque su verdadera irrupci¨®n fue dos a?os despu¨¦s con la publicaci¨®n del ensayo De lo real maravilloso americano, de Alejo Carpentier.
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