¡®Chi-Raq¡¯, la nueva pel¨ªcula de Spike Lee sobre el violento Chicago
La cinta se estrena ma?ana en EE UU precedida de cr¨ªticas por trivializar la violencia. El apodo mezcla el nombre de Chicago con Irak.
Huelga de sexo para acabar con la violencia armada que desangra la ciudad de Chicago. La iniciativa no es nueva. Se remonta al a?o 411 antes de Cristo, cuando Arist¨®fanes desarroll¨® para su comedia Lis¨ªstrata la historia de una mujer que crey¨® haber encontrado la manera de acabar con la interminable guerra del Peloponeso convenciendo a otras mujeres de que no tuvieran relaciones sexuales con sus parejas para forzarlos a negociar la paz. El desarrollo hist¨®rico prueba el fracaso de Lis¨ªstrata, a juzgar por la fecha de conclusi¨®n de la guerra entre Atenas y Esparta.
Casi 2.500 a?os despu¨¦s, Spike Lee abandona la Grecia cl¨¢sica (y el neoyorquino Brooklyn donde suele situar sus filmes) y se adentra en el contempor¨¢neo Chicago, cuyo South Side es tan violento que los raperos lo han asimilado a los campos de batalla de Bagdad y Faluya.
De ah¨ª el nombre de la ¨²ltima obra del director, Chi-Raq (por Chicago m¨¢s Irak, Iraq para los anglohablantes), que se estrena ma?ana viernes en Estados Unidos. Como muchas otras creaciones del hombre cuya productora se llama 40 Acres y Una Mula ¡ªlo que recibieron algunos antiguos esclavos al final de la Guerra de Secesi¨®n que aboli¨® la esclavitud-, Chi-Raq llega a las salas de cine precedida por la pol¨¦mica. Mucha pol¨¦mica.
Chi-Raq no es un documental gris y s¨®rdido basado en la dura vida de las calles de algunos barrios de Chicago, donde por ejemplo, a principios de este mes, el ni?o de nueve a?os Tyshawn Lee era conducido con mentiras a un callej¨®n sin salida, donde fue asesinado por los enemigos de la banda de su padre.
El filme es una comedia musical conducida por Samuel L. Jackson quien, en el papel de Dolmedes y enfundado en un estridente traje naranja y con bast¨®n en mano, da la bienvenida a una ciudad de ¡°dolor, miseria y lucha¡±.
¡°No podemos aceptarlo mucho m¨¢s tiempo¡±, avanza el int¨¦rprete.
Lee ha sido acusado de trivializar la violencia que arrasa Chicago, donde desde 2001 han muerto en el South Side m¨¢s personas que soldados de Estados Unidos en las guerras de Irak y Afganist¨¢n juntas.
El director de Malcolm X replic¨® en su defensa cuando se hizo p¨²blico el tr¨¢iler de la pel¨ªcula que habr¨ªa gente que malinterpretar¨ªa el argumento y lo tachar¨ªa de ser una comedia desenfadada. ¡°Chi-Raq no es una comedia. Chi-Raq es una s¨¢tira. Y hay una diferencia entre la s¨¢tira y la comedia¡±, sentenci¨®.
De lo que no hay duda es de que Chi-Raq no va a dejar a nadie indiferente. No tanto por el tel¨®n de fondo, tr¨¢gico como las trincheras de la guerra, sino por la forma. Que un grupo de mujeres, en su mayor¨ªa madres dolientes tras la p¨¦rdida de un hijo por las balas, decida utilizar el sexo como instrumento para acabar con la cultura de las armas que diezma los barrios negros es desconocer por completo la situaci¨®n en la que navegan, en la gran mayor¨ªa de los casos, estas mujeres.
¡°Decirle a una mujer que acaba de llegar a urgencias con la cara tan destrozada por la paliza que le acaba de dar su hombre, que hasta sus propios hijos gritan de horror cuando la ven, que se niegue a tener relaciones sexuales con ¨¦l a menos que se convierta en una paloma de paz es cuando menos absurdo, si no demoledor¡±, escribe en el diario Chicago Tribune Amy Ho, m¨¦dico de urgencias en un hospital de Chicago. ¡°Las mujeres tienen otros poderes que sus vaginas¡±, a?ade esta doctora.
Chi-Raq canjea vidas reales y tr¨¢gicas por un pu?ado de risas, se lee en el Tribune. Una huelga de sexo en las malas calles de Chicago est¨¢ destinada a enfadar. Pero, dicho esto, pasen y vean. De momento, el director ya ha declarado que no se considera ¡°el hijoputa portavoz de 45 millones de negros¡±. ¡°Es mi opini¨®n¡±. Y punto.
Babelia
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