El hallazgo del gale¨®n ¡®San Jos¨¦¡¯ se convierte en un secreto de Estado

Al amanecer del viernes, 27 de noviembre, en el sonar del buque Malpelo, de la Armada colombiana, apareci¨® lo que los expertos en arqueolog¨ªa submarina denominan una anomal¨ªa. La alteraci¨®n sobre el fondo marino del Caribe, en una zona nunca antes explorada, era el gale¨®n San Jos¨¦, el buque espa?ol hundido a ca?onazos por el almirante brit¨¢nico Charles Wagner en la batalla de Bar¨², en 1708. ¡°?C¨®mo lo supieron?¡±, pregunt¨® Juan Manuel Santos, presidente de Colombia. ¡°No tuvimos ninguna duda al ver los ca?ones de bronce con tallas de delfines¡±, contest¨® el investigador Ernesto Montenegro, director del Instituto Colombiano de Antropolog¨ªa e Historia (ICANH), al frente de la expedici¨®n.

El anuncio del hallazgo de ¡°uno de los yacimientos m¨¢s importantes de la historia de la arqueolog¨ªa¡±, seg¨²n Santos ¡ªcon un tesoro valorado en varios miles de millones de euros, seg¨²n los expertos¡ª se hizo en Twitter el pasado viernes, 4 de diciembre, y se materializ¨® en una declaraci¨®n p¨²blica menos de 24 horas despu¨¦s en la ciudad de Cartagena, en la base naval ARC de Bol¨ªvar. Santos, escoltado por los ministros de Cultura, Defensa y Exteriores, se mostr¨® exultante por el descubrimiento, pero aport¨® pocos datos. ¡°La informaci¨®n es un asunto de Estado, por lo que est¨¢ bajo reserva de ley¡±, especific¨®.

La operaci¨®n, comandada por el ICANH en colaboraci¨®n con la Armada y un grupo de cient¨ªficos nacionales e internacionales de los que solo se detall¨® que eran ¡°del m¨¢s alto nivel¡±, ha encontrado ¡°solo en la superficie, m¨¢s de 100 objetos¡±, explic¨® Montenegro ante las im¨¢genes captadas, que mostraban vasijas y frascos de cer¨¢mica y cristal, una empu?adura de espada y las tablas que confirman que el gale¨®n descansa sobre uno de sus lados. No se confirm¨® el lugar exacto en el que se encuentran los restos de la embarcaci¨®n, ni la cantidad de material encontrado.

Tras la aprobaci¨®n de la Ley de protecci¨®n de patrimonio sumergido, en 2013, y su posterior confirmaci¨®n por el Constitucional, el Gobierno de Santos pudo conformar una alianza p¨²blico-privada que, en palabras de la titular de Cultura, Mariana Garc¨¦s, ¡°ha permitido contar con los recursos necesarios para esta primera fase exploratoria y las que est¨¢n por llegar¡±.

Ahora comienza una fase de estudios de suelo y profundidad para poder continuar con el trabajo y desarrollar la investigaci¨®n cient¨ªfica. ¡°Este patrimonio es de todos los colombianos¡±, dijo el presidente. Fue la ¨²nica referencia a la propiedad de lo hallado que remach¨® con otro anuncio: ¡°Vamos a construir un museo en Cartagena al estilo escandinavo, porque nuestro compromiso es que parte de este patrimonio se quede en esta ciudad¡±.

Posibles reclamaciones

Durante la explicaci¨®n se cit¨® de manera recurrente la ley de 2013 como parapeto legal para evitar cualquier tipo de posibles reclamaciones. ¡°Habr¨ªa que preguntar a los abogados¡±, respondi¨® Montenegro cuando se le plante¨® la posibilidad de que Espa?a pudiera solicitar parte del tesoro. Un portavoz del Ministerio de Cultura asegur¨® ayer a este diario que todav¨ªa no hab¨ªa una reacci¨®n oficial por parte del Gobierno espa?ol.

"Este patrimonio es de todos los colombianos", dijo el presidente

Tampoco se hizo menci¨®n a los litigios que desde los ochenta persiguen al gale¨®n. Ni a la empresa protagonista de las denuncias, la estadounidense Sea Search, que en 1982 asegur¨® que hab¨ªa localizado los restos ¡ªalgo que neg¨® el Gobierno colombiano tras encargar una investigaci¨®n¡ª, y que desde entonces ha ido perdiendo juicios en distintos organismos, incluido el proceso que, finalmente, en 2011 dio la raz¨®n al Estado colombiano en la Corte Suprema de EE UU.

Quedan otras cuestiones en el aire. La ley de 2013 permite la comercializaci¨®n de parte del contenido encontrado como pago en especias a las empresas o particulares que hayan participado de la investigaci¨®n siempre que no se supere el 50% del material hallado. Se desconoce la identidad de los colaboradores privados que forman parte de la expedici¨®n.

Los secretos del gale¨®n San Jos¨¦ seguir¨¢n sumergidos alg¨²n tiempo m¨¢s. Y con ellos las historias de las 600 personas que perecieron en la batalla naval de una embarcaci¨®n que pretend¨ªa seguir llenando las arcas de Felipe V con las contribuciones de las colonias en Am¨¦rica.