Muere Jaime Camino, director de ¡®Drag¨®n Rapide¡¯

Jaime Camino falleci¨® ayer en Barcelona a los 79 a?os tras m¨²ltiples complicaciones de salud que arrastraba desde hac¨ªa tiempo y que ¨¦l mismo contaba en una entrevista, la ¨²ltima de su vida, celebrada hace un mes en su casa. ¡°Al poco tiempo de acabar el documental Los ni?os de Rusia en 2001, me descubrieron un c¨¢ncer de pulm¨®n con met¨¢stasis cerebral, y me operaron, entonces sal¨ª bien, pero he ido perdiendo facultades. Estoy fuera de servicio como si fuera una gasolinera. El cerebro no te obedece para hacer lo que quieres. Podr¨ªa escribir otra novela, s¨ª, pero no tengo ganas¡±.

Hab¨ªa nacido en Barcelona un mes antes de que estallara la sublevaci¨®n militar que provoc¨® la Guerra Civil. El recuerdo de aquella guerra marc¨® buena parte de su filmograf¨ªa. Seis de sus mejores trabajos versan sobre el conflicto. El primer acercamiento fue Espa?a otra vez (1969), con la colaboraci¨®n de Rom¨¢n Gubern y de Alvah Bessie, que hab¨ªa sido voluntario de la Brigada Lincoln y uno de los Diez de Hollywood castigados por su presunta pertenencia al Partido Comunista. Y a pesar de que la pel¨ªcula fue seleccionada por el Festival de Cannes, no dej¨® por ello de sufrir los rigores de la censura.

No fue este el ¨²nico encontronazo que Jaime Camino tuvo con ella. El de Las largas vacaciones del 36 (1976) fue a¨²n mayor: ¡°Del ministerio llamaron al Festival de Cannes pidiendo que ellos mismos la censuraran, y el festival se neg¨® a hacerlo. Cuando se present¨® en el de Berl¨ªn, fue premiada, un detalle que las autoridades espa?olas quisieron ocultar¡±. A los censores les indign¨® especialmente la secuencia final, en la que las tropas franquistas y la caballer¨ªa mora entraban en Barcelona, o mejor, en el pueblecito en que se desarrollaba la acci¨®n: ¡°El periodista y mediador de la censura Carlos Sent¨ªs tuvo parte de culpa. Fui a verlo y me dijo que todo era mentira, que no era cierto lo de la caballer¨ªa mora y que hab¨ªa en la pel¨ªcula un abuso de banderas republicanas¡±. El caso es que Las largas vacaciones del 36 a punto estuvo de no poder verse en Espa?a. Camino rememoraba que Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n la hab¨ªa definido como una ¡°urgente necesidad p¨²blica por lo que tiene de normalizaci¨®n del derecho a la libertad de memoria hist¨®rica¡±.

Camino recordaba los rodajes de otras de sus pel¨ªculas fundamentales, como Drag¨®n Rapide (1986), la primera de ficci¨®n que se atrevi¨® a encarnar a Franco, responsabilidad que recay¨® en el actor Juan Diego (¡°me admir¨® su rigor¡±); El largo invierno (1991), relato de una familia dividida por la guerra vista a trav¨¦s del sirviente, que interpretaba Vittorio Gassman, a quien Camino evocaba con cari?o (¡°estaba deprimido, se hab¨ªa hecho viejo, pero fue estupendo trabajar con ¨¦l¡±); la pel¨ªcula experimental sobre Garc¨ªa Lorca El balc¨®n abierto (1984), con guion de Caballero Bonald, y los documentales La vieja memoria (1978), ¡°la mejor reflexi¨®n que desde el cine se ha hecho nunca sobre la guerra espa?ola¡±, como se escribi¨® en su momento, y el estremecedor Los ni?os de Rusia (2001), repaso a las vivencias de aquellas ni?os evacuados en 1937 que crecieron y vivieron en la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Fue su ¨²ltima pel¨ªcula.

En 1960, antes de hacer cine, escribi¨® su primera novela, La coraza, que present¨® al Premio Nadal, pero que permanece in¨¦dita. Y en 1996 public¨® Morir¨¦ en Nueva York, que iba a ser originalmente un guion para el cine, ¡°pero cuando iba por la p¨¢gina 40 me di cuenta de que me sal¨ªa una novela, y continu¨¦ adelante. Dicen que una imagen vale m¨¢s que mil palabras, pero en aquel momento prefer¨ª las mil palabras¡±.

Reflejo de una ¨¦poca

En nuestra relajada conversaci¨®n se mezclaron temas y recuerdos de forma espont¨¢nea, como los comentarios sobre los inicios de su carrera cinematogr¨¢fica, amparada en lo que en los a?os sesenta se llam¨® ¡°la escuela de Barcelona¡±, que se enfrentaba al cine de Madrid, ¡°que ol¨ªa a cocido¡±. Ya entonces dec¨ªa Camino que lo que hac¨ªan en Barcelona ¡°era aburrid¨ªsimo, no lo ve¨ªa nadie¡±. Suyas fueron entonces Los felices 60 (1963), historia de una mujer casada que encuentra su aut¨¦ntico amor en el contexto en una sociedad reprimida a pesar de la eclosi¨®n tur¨ªstica; Ma?ana ser¨¢ otro d¨ªa (1966), que era ¡°muy desenfadada, muy loca¡±; Un invierno en Mallorca (1969), sobre los amores ad¨²lteros de Chopin y Georges Sand y el rechazo social que sufrieron, o Mi profesora particular (1973), con un jovenc¨ªsimo Serrat como actor, cuyos ¡°aditamentos pilosos preocupaban mucho a los productores, cuando lo importante es que era un actor insuficiente¡±.

Con mayor o menor acierto en todas aquellas pel¨ªculas, Camino se empe?aba en plasmar de forma cr¨ªtica aspectos de la Espa?a del momento. Fue un director de cine noble y s¨®lido. De su ciclo sobre la Guerra Civil se ha dicho, con raz¨®n, que constituye en su conjunto la aportaci¨®n m¨¢s relevante que cualquier cineasta espa?ol haya hecho sobre este acontecimiento hist¨®rico.