El ¡®neoespa?ol¡¯ que nos invade
Una misteriosa Ana Durante define el idioma de nuestros d¨ªas en un libro luminoso
Una enigm¨¢tica Ana Durante ha escrito Gu¨ªa pr¨¢ctica de neoespa?ol para denunciar c¨®mo el idioma que antes le¨ªamos va desapareciendo ante nuestros ojos y a toda velocidad. En su lugar, toma cuerpo el ¡°espa?ol aproximado¡±, una lengua nueva que se aleja de la precisi¨®n, estira artificialmente palabras y locuciones, aporta neologismos innecesarios o construye absurdos sem¨¢nticos.
Nada se sabe del autor o autora, pues se oculta tras ese seud¨®nimo. S¨®lo podemos intuir alguna influencia catalana en su escritura (¡°no ha mirado en la tele ninguna pel¨ªcula¡±; ¡°se ir¨¢ viendo m¨¢s claro con el avance del cap¨ªtulo¡±; ¡°le ha ido del canto de un duro¡±), rasgos que en ning¨²n caso tildaremos de incorrectos, pues pertenecen al espa?ol de Catalu?a y tambi¨¦n forman parte de nuestro idioma.
Poco se sabe asimismo sobre los divertidos, disparatados, ilustrativos ejemplos que Ana Durante aporta, pues silencia deliberadamente autores, t¨ªtulos, fechas, repercusiones¡ Eso nos impide diferenciar entre posibles tendencias preocupantes asumidas por novelistas consagrados y probables despistes ocasionales de escritores intrascendentes.
Pero se pueden seguir las pistas que va dejando la autora (o autor) con sus denuncias. As¨ª, un pleonasmo como ¡°susurr¨® en voz baja¡± da 29.400 resultados en Google, lo cual parece inquietante. En cambio, ¡°nadaba en deudas¡± (en vez de ¡°se ahogaba¡±) nos aporta s¨®lo ocho menciones, tres de las cuales reproducen precisamente esa cita de este libro. ¡°Le dio la espalda con la vista¡± no ha tenido repercusi¨®n en Internet (salvo por otro ejemplo de esta obra), y ¡°abraz¨® mis dedos entre los suyos¡± ofrece tres casos que son en realidad uno solo que se repite en la Red. La b¨²squeda de ¡°sus ojos tintinearon¡± proporciona en cambio 144 resultados, que suben a 183 si cambiamos el tiempo verbal a ¡°sus ojos tintineaban¡±. M¨¢s de los que cabr¨ªa esperar de una met¨¢fora tan sorprendente.
De cualquier forma, se reconocen en esta obra cientos de incongruencias, desatinos, cursiler¨ªas y errores que nos asaltan a menudo al leer peri¨®dicos, novelas, ensayos, libros de texto, prospectos o manuales de instrucciones.
Muchos de los ejemplos recogidos provocan risas o sonrisas: ¡°Ten¨ªa las manos apretadas formando pu?os¡± (cerr¨® los pu?os); ¡°sus ojos se abnegaron en l¨¢grimas¡± (se anegaron); ¡°por m¨¢s que me rebano el cerebro, no doy con la soluci¨®n¡± (me devano los sesos). O esta original descripci¨®n de una persona chimuela (y que Google Libros nos descubre en dos autores distintos): ¡°Sonri¨® mostrando los dientes que le faltaban¡±.
En ese neoespa?ol ¡°no es necesario que las expresiones tengan significado¡±. Ni que sean precisas. Da igual ¡°o¨ªr¡± que ¡°escuchar¡± (se ¡°escuchan¡± a cada rato explosiones o tiroteos), o se confunde el sill¨®n con el sof¨¢, o la cara con las facciones (¡°dice cari?oso, frot¨¢ndose en mis facciones¡±).
Pero el virus de este neoidioma no respeta nada. Todos podemos pecar. La propia autora (o autor) cae a veces en ¨¦l. Por ejemplo, habla de ¡°un peri¨®dico de ¨¢mbito estatal¡± y de ¡°un diario estatal¡± (ya no los hay, aunque s¨ª una cadena de televisi¨®n y otra de radio); y de ¡°personas de otras zonas del Estado¡±, lo cual forma parte quiz¨¢s de una lengua artificial m¨¢s. Tambi¨¦n usa 12 veces expresiones como ¡°el mismo¡±, ¡°la misma¡±, ¡°los mismos¡±¡, alguna de ellas justamente en el cap¨ªtulo Antieconom¨ªa del lenguaje: ¡°¡ comprender la evoluci¨®n del mismo¡± (comprender su evoluci¨®n); ¡°¡ una vez se conoce la base del mismo¡± (una vez se conoce su base)¡ Estos elementos anaf¨®ricos se pueden sustituir casi siempre por un posesivo, como en los casos anteriores; o suprimirse: ¡°¡ los cap¨ªtulos que constituyen esta parte no contar¨¢n con ejercicios al final de los mismos¡±. Y hallamos estiramientos como ¡°en el transcurso de poco tiempo¡± (en poco tiempo, dentro de poco); o ¡°absolutamente todos¡± (que significa lo mismo que ¡°todos¡±).
En cualquier caso, nadie est¨¢ libre de esos charcos o de otros similares. Nadie. El problema, cuando se da, radica en su n¨²mero. En este libro son muy escasos los desatinos, y por eso no impiden disfrutar de un relato luminoso, certero, divertido, ir¨®nico, que tiene el m¨¦rito de describir y definir ese neoespa?ol que gana terreno sobre todo en la lengua escrita, amparado por editores de aqu¨ª y de all¨¢, por periodistas de escasas lecturas, por malos subtituladores y dobladores de pel¨ªculas, traductores apresurados, profesores de universidad sin conciencia de su idioma¡ y por fabricantes que reducen sus costes a cambio de ofrecer manuales y prospectos ininteligibles. Todos se juegan con sus palabras una buena parte de su prestigio; sin que parezcan conscientes de ello.
Gu¨ªa pr¨¢ctica de neoespa?ol. Ana Durante. Debate. Barcelona, 2015. 254 p¨¢ginas. 18,90 euros.
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