Churchill por ¨¦l mismo
Boris Johnson escribe una biograf¨ªa de excelente digesti¨®n sobre el gran estadista, sin omitir las profusas cr¨ªticas al art¨ªfice de la victoria brit¨¢nica en la Segunda Guerra Mundial
El periodista y pol¨ªtico brit¨¢nico ¡ªtory, por supuesto¡ª Boris Johnson ha escrito una biograf¨ªa de Churchill que es un manifiesto, un panfleto ¡ªen el sentido anglosaj¨®n del t¨¦rmino¡ª, una disquisici¨®n iconogr¨¢fica que nos dice casi tanto del autor como del reputado art¨ªfice de la victoria brit¨¢nica en la II Guerra Mundial.
La t¨¦cnica de Johnson es, como corresponde a su formaci¨®n profesional, muy period¨ªstica y de excelente digesti¨®n para el lector. No compone un texto cronol¨®gico, ni vive preocupado por lo que pueda dejar fuera, sino que proyecta una serie de estampas de la vida del estadista concebidas a modo de reportaje, en el que se comporta como si fuera la cuarta pared de un rodaje cinematogr¨¢fico, la c¨¢mara que estuviera recogiendo lo que sucede en su presencia. Y todo ello se hace a la mayor gloria de una narraci¨®n apasionada, subjetiva sin remordimientos, y, especialmente, del inter¨¦s que ha despertado siempre el personaje. Es lo que podr¨ªa llamarse una ficci¨®n veraz, formada por pasajes revisitados con imaginaci¨®n literaria, pero ateni¨¦ndose a una bibliograf¨ªa y una eficaz investigaci¨®n personal, en los que la excelente opini¨®n que las clases poseedoras brit¨¢nicas tienen sobre s¨ª mismas est¨¢ siempre presente, tanto en lo tocante a Churchill como al propio autor.
El premier conservador es un esp¨¦cimen fuera de serie. Y para justificar esa excepcionalidad el bi¨®grafo se protege cuidadosamente los flancos no omitiendo ni una de las profusas cr¨ªticas que el personaje tuvo que sufrir, pero siempre de forma que su enumeraci¨®n no haga sino engrandecer su obra y figura: pecadillos de una personalidad exuberante, desbordante y con frecuencia cabreante, que fue capaz, sin embargo, de contribuir decisivamente a la derrota del nazismo. Ah¨ª es donde aparece en primer plano la idea central que Reino Unido ha sostenido secularmente sobre s¨ª mismo: la del pa¨ªs que ha sacrificado sangre, sudor y l¨¢grimas para combatir y derrotar a quienes han pretendido tiranizar Europa; pero que eso ocurriera, una y otra vez, desde la Armada Invencible, pasando por Luis XIV y Napole¨®n, hasta la m¨¢s reciente vesania de Hitler, se deb¨ªa, como es familiar a los que acu?aron el t¨¦rmino ¡°P¨¦rfida Albi¨®n¡±, al inter¨¦s en impedir que una Europa unificada arrebatara a Britannia el dominio de las olas.
Johnson expone la bater¨ªa de cr¨ªticas que se le han formulado al l¨ªder conservador, tach¨¢ndole b¨¢sicamente de reaccionario, a las que contrapone la legislaci¨®n social que en tantas ocasiones propici¨®, y como subraya el bi¨®grafo, porque era un inteligente partidario de que algunas cosas cambiaran para que se salvara lo esencial: el dominio de una minor¨ªa rectora; pero por donde pasa menos que de puntillas es por la disoluci¨®n del Imperio, cataclismo que Churchill nunca pudo digerir y del que no supo ver la inevitabilidad. El subcontinente se perdi¨® a fin de los a?os cuarenta con el laborista Attlee de primer ministro, y cuando Chur?chill recuper¨® el poder en 1951 para desempe?ar su ¨²ltimo mandato hasta 1955, las independencias del ?frica negra estaban ya a la vuelta de la esquina.
La traducci¨®n es buena, aunque los frecuentes coloquialismos con los que se adivina que florea el texto el autor suenan quiz¨¢ demasiado castizos. Pero El factor Churchill es siempre una lectura estimulante e informativa, de la que quien m¨¢s habr¨ªa disfrutado hubiera sido el propio protagonista, al que Johnson proclama sin dudarlo el mayor estadista de la historia de Inglaterra. Winston Spencer Churchill fue un hombre de su tiempo que con energ¨ªa, humor socarr¨®n, convicci¨®n y ego inconmensurables llev¨® a la victoria a la gran naci¨®n brit¨¢nica en lo que se ha llamado su mejor hora; la suya y la de su pa¨ªs.
El factor Churchill. Boris Johnson.Traducci¨®n de Ram¨®n Buenaventura. Alianza. Madrid, 2015. 471 p¨¢ginas. 22 euros
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