La hermandad de la mezcla

Se conoce como gaitero a Carlos N¨²?ez (Vigo, 44 a?os), pero es m¨¢s bien un m¨²sico que toca la gaita. Un artista de m¨²sica tradicional capaz de actuar con la Sinf¨®nica de Galicia ante la Catedral de Santiago, o de interpretar el Concierto de Aranjuez con la magistral orquesta austr¨ªaca Tonk¨¹nstler en el Musikverein, el m¨ªtico teatro vien¨¦s de los conciertos de A?o Nuevo (cuyo p¨²blico no tuvo m¨¢s remedio que levantarse y bailar). O de llenar estadios en Francia. O de interpretar bandas sonoras para el cine como la de Mar adentro, sin la cual no se reconocer¨ªa la pel¨ªcula.

El pasado noviembre fue galardonado con el premio europeo Agapito Marazuela, quiz¨¢ el mayor reconocimiento que se pueda otorgar en el ¨¢mbito de la m¨²sica tradicional. Estas semanas est¨¢ de gira por Espa?a (terminar¨¢ en Barcelona el 30 de diciembre). Y ahora, adem¨¢s, ha vivido una nueva experiencia cinematogr¨¢fica, porque acaba de rodar su participaci¨®n en La jota, el nuevo documental musical de Carlos Saura.

La jota, s¨ª, tal vez uno de los hilos que cosen la m¨²sica tradicional espa?ola. N¨²?ez lo ratifica: "Sin duda, sin duda, sin duda". Cuando Saura le habl¨® de su participaci¨®n en esa pel¨ªcula, ¨¦l le propuso reunir a 20 j¨®venes m¨²sicos de toda la Pen¨ªnsula ¡ªincluido Portugal¡ª que tocaran instrumentos tradicionales. Acometi¨® la selecci¨®n aprovechando sus actuaciones por Espa?a, y el 1 de diciembre se juntaron todos ante la c¨¢mara del director aragon¨¦s. Y Saura le dijo a N¨²?ez: "Os voy a poner a todos en un c¨ªrculo celta".

"Hizo como un c¨ªrculo", cuenta el gaitero, "con los bailarines en el centro, y los m¨²sicos alrededor. Fue incre¨ªble, est¨¢bamos tocando jotas y yo me daba cuenta de que con eso triunfar¨ªamos en cualquier teatro del mundo. Era m¨²sica universal".

Y all¨ª estaban Ant¨ªa Ameixeiras, violinista y rabelista de 20 a?os ("nos la llevamos de gira y es una estrella"); la gaiteira Lorena Freijeiro ("exalumna m¨ªa que est¨¢ triunfando en la televisi¨®n en Galicia"); el bailar¨ªn vasco Jon Maya (que acaba de ganar un premio Max con una producci¨®n sobre la jota y el fandango junto con el core¨®grafo catal¨¢n Cesc Gelabert); miembros de Coetus (percusiones ib¨¦ricas de Barcelona); o varias chicas que nacieron el a?o en que se public¨® A irmandade das estrelas (1996), el primer disco de N¨²?ez (para cuyo 20 aniversario, el a?o que entra, prepara diversas celebraciones); una trikitilari navarra, una gaitera de Asturias, una gaitera de Arag¨®n, una chica catalano-francesa que tocaba la tenora, otra con la dulzaina castellana... "Gente de toda la Pen¨ªnsula hablando el mismo lenguaje musical; incre¨ªble, ni ellos mismos sab¨ªan que exist¨ªa toda esta conexi¨®n. Estaban alucinando".

La jota y sus ramificaciones se hallan en casi todas las comunidades espa?olas (tambi¨¦n en Andaluc¨ªa, en las Tierras del Ebro catalanas...), a veces con ese nombre y a veces con otros (como la "isa" en Canarias).

En la pel¨ªcula participan adem¨¢s Sara Baras, Miguel ?ngel Bernal, Juan Manuel Ca?izares, Ara Malikian¡­

Carlos N¨²?ez ofrece unos cien conciertos al a?o. En los ¨²ltimos cinco, ha actuado en EE UU (120), Espa?a (100), Alemania (60) Francia (50)¡­ y en Brasil, Argentina, M¨¦xico, Jap¨®n, Reino Unido, Irlanda, Italia¡­ Esas actuaciones tienen a menudo todos los elementos de un concierto de rock. Grandes escenarios, m¨²sica que casi obliga a bailar¡­

No en vano le han llamado "el Jimi Hendrix de la gaita". "Eso me han dicho algunos periodistas estadounidenses, s¨ª. Hay algo de rock en la gaita. Es un instrumento que lleva 1.000 a?os en la Pen¨ªnsula, y cuando lleg¨® sorprend¨ªa mucho porque se pod¨ªa tocar al aire libre para que lo oyesen cientos de personas. Yo de forma intuitiva fui sacando de la gaita esa parte de rock. Me vi tocando con The Chieftains, The Who, Alice Cooper, Bob Dylan¡­ y yo ten¨ªa la gaita en las manos. Y comprend¨ª que nosotros ten¨ªamos nuestra guitarra el¨¦ctrica".

El mundo celta

El mundo celta es un camino de expansi¨®n: Galicia abre las puertas de Portugal, Espa?a y Latinoam¨¦rica; las dos Irlandas y Escocia abren las puertas de todas las islas Brit¨¢nicas y tambi¨¦n de Estados Unidos; la Breta?a tiene vistas a toda Francia. N¨²?ez lo sabe bien: "Cuando tocamos en pa¨ªses protestantes (Alemania, EE UU¡­), la frase que m¨¢s nos repiten es: ¡®?Pon¨¦is a todo el mundo a bailar juntos, los latinos con los escoceses¡­!, ?c¨®mo se hace eso?".

Incluso una tarantela italiana tiene conexiones con la m¨²sica celta, como le demostr¨® el propio N¨²?ez a Francis Ford Coppola el pasado septiembre en Gij¨®n. "?l es norteamericano, pero hijo de italiano. Y lo entendi¨® perfectamente. Le tocamos con gaita y flautas una tarantela compuesta por su padre [el compositor y director de orquesta Carmine Coppola], y comprendi¨® que ¨¦ramos mediterr¨¢neos y tambi¨¦n atl¨¢nticos; norte y sur al mismo tiempo. Eso es nuestra m¨²sica tradicional. Un tesoro capaz de juntar al mundo".

La m¨²sica de este gaitero mezcla bien, como ha demostrado con The Chieftains, Omara Portuondo, Compay, Le¨®n Gieco, Carlinhos Brown, Ryuichi Sakamoto, Luz Casal, Dulce Pontes, Vicente Amigo, Jordi Savall o Montserrat Caball¨¦.

Y tambi¨¦n ha interpretado La entradilla, del gran dulzainero y folclorista castellano Agapito Marazuela. ¡°Supe de ¨¦l cuando yo ten¨ªa 10 a?os. Mi abuela lo conoci¨® porque era segoviana (yo soy gallego por parte de padre, y madrile?o por parte de madre, de una familia que proced¨ªa de Segovia). Y de peque?o ya recortaba art¨ªculos sobre ¨¦l y sobre la dulzaina. De una forma inconsciente, yo sent¨ªa que aquel maestro estaba hablando de los mismos c¨®digos que yo ten¨ªa con la gaita. Y que hab¨ªa toda una filosof¨ªa com¨²n. Eso lo comprend¨ª desde ni?o¡±.

Carlos N¨²?ez toca la dulzaina "en la intimidad" (se r¨ªe tras decirlo). "Pero prometo", aclara enseguida, "que alg¨²n d¨ªa lo har¨¦ en p¨²blico".

Mientras tanto, sigue buscando ra¨ªces, esperando que alg¨²n d¨ªa se mire la m¨²sica tradicional sin complejos, como el tesoro que es. Y ahora conf¨ªa en que la jota deslumbre en el cine. Quiz¨¢ se pueda bailar en el patio de butacas.