El teatro para ni?os es tambi¨¦n para adultos
Las compa?¨ªas derrochan creatividad para atraer a toda la familia
La compa?¨ªa Aracaladanza present¨® en 1995 su obra Catalina y el cubo m¨¢gico en la sala Cuarta Pared. Fue uno de los primeros espect¨¢culos de danza contempor¨¢nea para p¨²blico infantil que se estrenaba en Madrid. Una extravagancia en una cartelera dominada por t¨ªteres, cuentos y peque?as producciones para escolares. ¡°Hab¨ªa poca variedad. Los montajes eran simples, abusaban de los colores y trataban a los ni?os como tontos. A veces eran solo una forma de hacer caja mientras se intentaba hacer teatro para adultos¡±, recuerda Cabrera, fundador y core¨®grafo de la formaci¨®n. Tampoco parec¨ªa haber fe en propuestas como la suya: en principio solo fue programada un fin de semana en la Cuarta Pared. Finalmente, se qued¨® un a?o.
Dos d¨¦cadas despu¨¦s el panorama de las artes esc¨¦nicas para ni?os ha cambiado radicalmente en Espa?a. Solo hay que echar un vistazo a la programaci¨®n navide?a para comprobar su vigor: musicales, circo, magia, t¨ªteres, teatro de objetos, adaptaciones de cuentos cl¨¢sicos, textos contempor¨¢neos y hasta ¨®peras inundan los escenarios estos d¨ªas. Y la danza ya no se ve como una rareza. Desde aquel primer ¨¦xito hace dos d¨¦cadas Aracaladanza ha presentado casi un nuevo trabajo cada a?o, acumula galardones como el Premicia y acaba de estrenar otra pro Nacional de Teatro para la Infanoducci¨®n, Vuelos, inspirada en Leonardo da Vinci. Coincide en la cartelera madrile?a con Pinoxxio, de Ananda Dansa, otra formaci¨®n veterana en el g¨¦nero.
Seg¨²n los registros del Centro de Documentaci¨®n Teatral, hay 1.181 compa?¨ªas especializadas en p¨²blico infantil o familiar. No todas se dedican exclusivamente a los ni?os, pero la cifra da una idea de c¨®mo el sector ha estallado en los ¨²ltimos a?os. Aunque lo importante no es que haya crecido en cantidad, sino en calidad. ¡°Ha avanzado hacia el rigor y la creatividad. Tanto o m¨¢s que el teatro para adultos. Incluso podr¨ªamos decir que el riesgo art¨ªstico es mayor. Los trabajos pobres sobreviven de forma residual en peque?os escenarios. Hay mucha competencia y los que no dan la talla se quedan fuera¡±, afirma Mari¨¢n Os¨¢car, directora de la feria Feten, que se celebra desde hace 25 a?os en Gij¨®n y que ha sido clave en este impulso. Para la edici¨®n del pr¨®ximo febrero se han recibido nada menos que 618 propuestas de 20 pa¨ªses (m¨¢s de 500 son espa?olas), de las que se han seleccionado 150 funciones.
Una caracter¨ªstica del g¨¦nero es la fusi¨®n de t¨¦cnicas y disciplinas. ¡°Es muy visual, suele combinar textos, m¨²sica, danza, expresi¨®n corporal, t¨ªteres, nuevas tecnolog¨ªas. De ah¨ª su creatividad. Hay verdaderas joyas que disfrutan no solo los ni?os, sino toda la familia. De hecho, cada vez m¨¢s se utiliza la expresi¨®n ¡®p¨²blico familiar¡¯ en lugar de ¡®p¨²blico infantil¡¯. Igual que en el cine. Los padres ya no quieren dejar a los hijos en la puerta y recogerlos a la salida. Quieren compartir esa experiencia. Y esta exigencia ha empujado tambi¨¦n el desarrollo del sector¡±, explica Os¨¢car.
Esto explica adem¨¢s la pujanza de los musicales ¡°familiares¡±, impulsados por el ¨¦xito de los musicales para adultos. En Madrid confluyen en estas fechas desde grandes producciones como El rey le¨®n hasta adaptaciones de cl¨¢sicos como Caperucita Roja, Hansel y Gretel o La ratita presumida y t¨ªtulos m¨¢s recientes como El principito o Alicia en el pa¨ªs de las maravillas. En Barcelona pueden verse, entre otros, Patufet, El principito o Sonrisas y l¨¢grimas.
Muchos profesionales que intervienen en estos montajes lo hacen tambi¨¦n en musicales para adultos. ¡°Trabajamos igual en los dos casos, con el mismo rigor y la misma exigencia¡±, afirma Jorge Ahijado, compositor, cantante y actor que, tras actuar en grandes producciones como El rey le¨®n y Jesucristo Superstar, se lanz¨® a la producci¨®n de su propio musical, Esos locos fantasmas, que lleva ya dos temporadas llenando el teatro Lara de Madrid. ¡°Quer¨ªamos hacer algo distinto, que no fuera un cuento conocido ni personajes de animaci¨®n ni t¨ªtulos de Disney, que es lo que abunda porque tienen el p¨²blico asegurado¡±, explica Ahijado. El ¨¦xito de su apuesta, que empez¨® como una pieza de microteatro, prueba que tambi¨¦n hay espacio para el riesgo.
Espectadores del presente
Las campa?as escolares y el apoyo de las instituciones han ayudado a sostener econ¨®micamente a las compa?¨ªas. No hay teatro p¨²blico que no tenga programaci¨®n infantil, con matinales abiertas y para colegios, aunque solo hay tres en toda Espa?a dedicadas a ello exclusivamente: el Alameda de Sevilla, el Escalante de Valencia y el C¨¢novas de M¨¢laga. ¡°Es fundamental que existan espacios como estos, sin objetivos comerciales, para dar cabida a proyectos arriesgados¡±, afirma Guadalupe Tempestini, que dirigi¨® el Alameda desde 1990 hasta que se jubil¨® hace dos meses.
Tempestini, que acaba de ser premiada por la Asociaci¨®n de Teatro para la Infancia, ha sido testigo excepcional de la transformaci¨®n del sector. ¡°Hemos pasado de un desierto a una explosi¨®n de creatividad. Pero tenemos que seguir trabajando para no caer en tentaciones f¨¢ciles. No podemos contentarnos con org¨ªas de colores, cuentacuentos o mu?ecos de Disney. Eso contenta f¨¢cilmente a los chicos, pero igual que se contentan con una bolsa de patatas. Padres y programadores tenemos la obligaci¨®n de ofrecerles otras maneras de disfrutar que a la vez les ayuden en su desarrollo¡±, advierte Tempestini. La clave para ello, seg¨²n Enrique Cabrera, ¡°es tratarles con el mismo respeto que a los adultos. No pensar en ellos como el p¨²blico del futuro, sino como el del presente¡±.
No a la realidad edulcorada
El teatro para p¨²blico infantil suele ser un h¨ªbrido de disciplinas. Es m¨¢s visual y no se apoya tanto en el texto como el de adultos. De hecho, la mayor¨ªa de los espect¨¢culos est¨¢n firmados de forma colectiva. Pero eso no significa que no existan dramaturgos que escriban obras para ni?os. En Espa?a hay dos referentes: Valle-Incl¨¢n y Lorca. M¨¢s actual es Luis Matilla, con una treintena de t¨ªtulos, y otros autores reconocidos como Juan Mayorga o Itziar Pascual tambi¨¦n tienen piezas.
Precisamente Itziar Pascual acaba de ganar el premio SGAE de teatro infantil por La vida de los salmones, una obra que aborda los miedos infantiles. "Para m¨ª no hay temas tab¨². Si el mundo de los ni?os es tan cruel, complejo y dif¨ªcil como el nuestro, ?por qu¨¦ empe?arnos en darles espect¨¢culos edulcorados, con finales felices y con un concepto de fantas¨ªa simplista?", se pregunta Pascual, que cita a la canadiense Suzanne Lebeau como referente mundial actual. "Una de su obras la protagoniza una ni?a soldado", explica.
Pascual defiende tambi¨¦n la necesidad de crear nuevos personajes femeninos. ¡°Tenemos que dotarlos de experiencias que desaf¨ªen la carga de sexismo que arrastran¡±, afirma. ?Y que hacemos con los cuentos cl¨¢sicos? ¡°Se pueden reinterpretar profundizando en los propios textos. Pulgarcito es en realidad la historia de un abandono familiar. Todos los miedos de nuestros ni?os est¨¢n en los cl¨¢sicos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.