Kurt Masur, un director de orquesta entre dos mundos
El alem¨¢n transform¨® la orquesta neoyorquina durante su direcci¨®n entre 1991 y 2002
El director de orquesta Kurt Masur (Brieg, Silesia -ahora Brzeg, Polonia-, 1927) fue un gran l¨ªder y un m¨²sico inolvidable. El orden importa. La talla humana de este gigante del podio con aspecto mefistof¨¦lico tuvo su prueba de fuego el 9 de octubre de 1989. Masur evit¨® aquella noche la reedici¨®n de la tragedia de Tiananm¨¦n en Leipzig. Abri¨® las puertas del edificio de la Gewandhaus para alojar a los numerosos manifestantes contra el Gobierno comunista de la RDA. Fue un gesto valiente, pero tambi¨¦n decisivo. Inici¨® como mediador un debate entre los manifestantes y el Gobierno. Consigui¨® cambiar la violencia por el di¨¢logo. Y fue el principio del fin pac¨ªfico para la Alemania comunista. Incluso su nombre ser¨ªa propuesto como presidente de transici¨®n en la RDA.
Como m¨²sico se form¨® durante la Segunda Guerra Mundial entre Breslau y Leipzig. Lo hizo en contra de su padre, que le hab¨ªa preparado para ser ingeniero el¨¦ctrico como ¨¦l. Sigui¨® a partir de 1948 el cursus honorum habitual de todo director orquestal en Alemania. Desde las labores de asistente en Halle a grandes orquestas como la Filarm¨®nica de Dresde y la Gewandhaus de Leipzig, pasando por puestos en teatros como Erfurt, Leipzig y la ?pera C¨®mica de Berl¨ªn. Su principal orquesta fue la Gewandhaus lipsiense, que dirigi¨® como responsable entre 1970 y 1996, y consolid¨® como emblema musical de la Alemania del Este. Masur uni¨® dotes pol¨ªticas a su talla musical, lo que le permiti¨® mantener excelentes relaciones con Erich Honecker sin ser miembro del SED. El resultado fue la construcci¨®n de la nueva sede de la Gewandhaus en la antigua plaza Karl Marx y frente a la ?pera Estatal que fue inaugurada en octubre de 1981.
Masur uni¨® dotes pol¨ªticas a su talla musical, lo que le permiti¨® mantener excelentes relaciones con Erich Honecker sin ser miembro del SED
Los a?os de Masur en Leipzig fortalecieron la tradici¨®n sonora t¨ªpicamente alemana de la orquesta, en el pasado dirigida por Wilhelm Furtw?ngler o Bruno Walter. Pero tambi¨¦n alentaron su presencia fonogr¨¢fica con importantes integrales de las sinfon¨ªas de Beethoven, Mendelssohn, Bruckner y Brahms junto a la obra orquestal de Liszt en los sellos Philips, Teldec y EMI. Ciertamente no fue uno de los directores m¨¢s geniales de su tiempo, pero defendi¨® valores musicales muy importantes como la disciplina, la integridad y el compromiso. Su estilo como director se debati¨® entre la magia milagrosa de Furtw?ngler y la precisa belleza de Karajan, pero nunca alcanz¨® a ninguno de los dos. Dio m¨¢s importancia a tocar las notas correctas que a conseguir prodigios, y sus interpretaciones siempre fueron consideradas competentes pero previsibles.
En 1991 inici¨® su etapa m¨¢s internacional con su nombramiento como nuevo titular de la Filarm¨®nica de Nueva York. Fue un revulsivo de 11 a?os para la orquesta norteamericana tras las titularidades de Boulez y Mehta. Una inyecci¨®n de vigor musical que permiti¨® recuperar contratos discogr¨¢ficos, aumentar la audiencia de sus conciertos o mejorar la maltrecha ac¨²stica del Avery Fischer Hall. All¨ª se le recuerda tambi¨¦n por su talante humano y dialogante, y por la emotiva versi¨®n del R¨¦quiem alem¨¢n de Brahms que dirigi¨® en memoria de las v¨ªctimas del 11-S. En 2000 inici¨® una nueva titularidad con la Filarm¨®nica de Londres y en 2002 con la Orquesta Nacional de Francia. A los 80 a?os termin¨® progresivamente su relaci¨®n con ambas pero con un hist¨®rico concierto en los Proms londinenses de 2007, donde dirigi¨® a ambas orquestas en una de sus composiciones favoritas: la S¨¦ptima sinfon¨ªa de Bruckner.
A Espa?a vino innumerables veces siempre con sus orquestas titulares hasta 2008. Ese a?o dirigi¨® en varias ciudades, y con visibles signos de la enfermedad de Parkinson, un inolvidable programa de sinfon¨ªas de Beethoven en la Nacional de Francia que form¨® parte de una integral orquestal del compositor de Bonn. Aunque su especialidad fue siempre el repertorio alem¨¢n desde Beethoven a Richard Strauss, Masur tuvo tambi¨¦n inter¨¦s por la m¨²sica contempor¨¢nea con estrenos e interpretaciones importantes de obras de Adams, Henze, Gubaidulina, Schenker o Kancheli. Deja un heredero en el podio: su hijo y tambi¨¦n director de orquesta Ken-David Masur.
Babelia
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