Pros y contras de la lectura de un libro maldito
La primera lecci¨®n que recibi¨® Primo Levi al llegar a Auschwitz fue un ¡°aqu¨ª no hay que preguntar¡± (hier ist kein Warum) porque no hay respuestas que dar ya que esto no tiene sentido. Y, sin embargo, Levi se pas¨® toda la vida visitando centros escolares dando a conocer lo que hab¨ªa ocurrido, c¨®mo y por qu¨¦. Desconcertaba el superviviente italiano al afirmar una y otra vez que ¡°si comprender es imposible, conocer es necesario¡±. Conocemos, por ejemplo, el antisemitismo del hitlerismo pero no podemos comprender por qu¨¦ para Adolf Hitler era m¨¢s importante exterminar al pueblo jud¨ªo que ganar la guerra. Aunque hay muchas causas y motivaciones que concurrieron en esa locura colectiva, ninguna explica o justifica adecuadamente lo que sucedi¨®, por eso es incomprensible.
Pero, segu¨ªa diciendo Levi, estamos obligados a ¡°conocer d¨®nde nace y estar en guardia¡±. A esa tarea se han entregado muchos investigadores, aunque desde el primer momento surgi¨® la pregunta de si todo deb¨ªa ser conocido o representado. Al tiempo que se prohib¨ªa la publicaci¨®n de Mi Lucha, Adorno se preguntaba si nos pod¨ªamos permitir hacer poes¨ªa despu¨¦s de Auschwitz. Juan Mayorga, el autor de Himmelweg, potente obra teatral ubicada en el universo concentracionario, se proh¨ªbe a s¨ª mismo ¡°la manipulaci¨®n sentimental del sufrimiento, la exhibici¨®n obscena de la violencia, la explotaci¨®n del siniestro glamur del Lager¡± . Y Elizabeth Costelo , la aguda hero¨ªna del Nobel de Litgeratura J. M. Coetzee, reconoce que hay relatos sobre cr¨ªmenes que prolongan la acci¨®n criminal. No todo est¨¢ permitido. Hay zonas obscenas, esto es, hay libros o representaciones que deben abandonar el escenario.
Esas limitaciones no significan que se renuncie a la obligaci¨®n de conocer. En las escuela alemanas se ha hablado antes que en ninguna otra del Holocausto jud¨ªo y de la responsabilidad colectiva. Se ha recurrido a la historia, a los testimonios y al poder evocador de los lugares de la memoria con visitas bien preparadas a los campos de concentraci¨®n y exterminio. La Asociaci¨®n de Profesores Alemanes entiende ahora que ha llegado el momento de que los alumnos de secundaria se familiaricen con el libro maldito, Mi Lucha, argumentando que su lectura ¡°ayudar¨¢ a inmunizar a los j¨®venes contra el extremismo pol¨ªtico¡± y tambi¨¦n porque forma parte de una educaci¨®n moderna ¡°descubrir los mecanismos de propagada¡±, un asunto en el que el libro excede (el cap¨ªtulo sobre ret¨®rica pol¨ªtica es escalofriante por su actualidad: convertir la palabra en gesticulaci¨®n sentimental es lo que ahora practican tantos pol¨ªticos y tertulianos). Su estudio se abordar¨¢ s¨®lo en el bachillerato, con precauciones pues se manejar¨¢n s¨®lo extractos tomados de la edici¨®n cr¨ªticamente documentada que est¨¢ a punto de salir.
Es, desde luego, una medida acertada que llega en el momento justo. Al fin y al cabo estamos hablando seguramente del libro que, tras la Biblia de Lutero, m¨¢s ha influido en la vida alemana. El ¡°panfleto¡±de Hitler ¡ªas¨ª le califica la Asociaci¨®n de Profesores¡ª va a figurar en las estanter¨ªas de los centros escolares junto a obras maestras no por la calidad literaria, ni por su agudeza conceptual, sino por su capacidad movilizadora de sentimientos primarios que yac¨ªan dormidos en los entresijos alemanes. Lo que se espera de su lectura no es conocer as¨¦pticamente lo que Hitler dijo, sino que sirva a los nietos de espejo para que vean lo que, gracias a ese libro, hicieron los abuelos. El peligro de Mi lucha no es que convenza a sus lectores y los convierta en neo nazis, sino que se le banalice present¨¢ndole como un libro de un pasado que nada tiene que ver con nosotros.
Las informaciones que proporcionan Mi Lucha no van a desmentir la primera lecci¨®n de Primo Levi, ¡°aqu¨ª no hay por qu¨¦¡±. Quien recorra Auschwitz con el libro de Hitler como gu¨ªa seguir¨¢ sin comprender nada, pero s¨ª llegar¨¢ a la conclusi¨®n de que sin palabras como las ah¨ª escritas nunca Auschwitz habr¨ªa tenido lugar.
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