Sufjan Stevens: La grandeza del alma
'Carrie and Lowell' cobra vida a trav¨¦s de canciones melanc¨®licas que captan recuerdos
Posiblemente, nadie, empezando por su propio autor, hubiese apostado que el disco por el que ha obtenido mayor reconocimiento y aclamaci¨®n popular Sufjan Stevens, uno de los grandes creadores del siglo XXI en el pop-rock independiente estadounidense, fuera el m¨¢s introspectivo, el menos ambicioso, el que no ofrece ning¨²n enganche comercial. Pero Carrie & Lowell, una magn¨ªfica obra de folk minimalista, guarda algo que ni los mejores estudios de producci¨®n, ni las voces m¨¢s potentes de conservatorio, ni la m¨¢s avanzada tecnolog¨ªa, ni incluso algunos de los m¨²sicos m¨¢s curtidos en el negocio saben mostrar. El disco de Sufjan Stevens guarda alma.
Los mejores discos de 2015
Internacionales
1. ?Sufjan Stevens - Carrie And Lowell
2. ?Kendrick Lamar ¨C To Pimp a Butterfly
3. ?Courtney Barnett - Sometimes I Sit And I Think
4. ?Sleater-Kinney ¨C No Cities to Love
5. ?Father John Misty - I Love You, Honeybear
6. ?Tame Impala ¨C Currents
7. ?Jaime XX ¨C In Colour
8. ?Alabama Shakes ¨C Sound & Color
9. ??Natalie Prass - Natalie Prass
10.? Ezra Furman -Perpetual Motion People
No es una cuesti¨®n metaf¨ªsica, ni nada que ver con un acto de fe. Simplemente, Carrie & Lowell, como las m¨¢s arrebatadoras obras de arte que se hacen universales, cobra vida a trav¨¦s de canciones melanc¨®licas que captan recuerdos y pasajes emocionales, algunos bellos, otros dolorosos, todos ellos redentores, de la infancia y la adolescencia del m¨²sico marcados por su madre, Carrie, una mujer con problemas mentales y alcoh¨®lica que falleci¨® en 2012, y su padrastro, Lowell, a los que dedica el ¨¢lbum.
Para este viaje al pasado llamado Carrie & Lowell, Stevens abandona las orquestaciones o las incursiones electr¨®nicas de trabajos anteriores, destacando sus sobresalientes Greetings from Michigan: The Great Lake State, Ilinois o The Age of Adz, y se centra exclusivamente en instrumentos ac¨²sticos y su hipn¨®tico susurro, aut¨¦ntico eje vertebrador del disco, como si fuera la voz de un cuenta cuentos que nos lleva a conocer a los personajes de otra ¨¦poca. Con esa sencillez a conciencia, su folk tangible y desnudo se recrea en una atm¨®sfera nost¨¢lgica. Con un valor a?adido: suena con una pureza extraordinaria. All¨ª donde muchos terminan haci¨¦ndose anodinos, planos, impostados o exageradamente tristes, el compositor de Michigan encuentra el punto exacto de lo real, de un sentimentalismo cre¨ªble y, seg¨²n en qu¨¦ momentos, cortante.
Death with Dignity, Should Have Known Better, Eugene o Fourth of July deslumbran por esa emotividad aplastante. Son canciones fr¨¢giles, que nos recuerdan los irregulares trazos de humanidad del que se componen las personas. Son canciones de imponente folk ¨ªntimo, que en los ¨²ltimos a?os ha gozado de importantes embajadores como Bon Iver, Josh Ritter, Damien Rice o Ray Lamontagne, pero que aqu¨ª enlazan mucho m¨¢s con el universo original y a?orado de Elliott Smith, un cosmos personal¨ªsimo, de luces y sombras, en el que la m¨²sica purifica por su extra?a espiritualidad, aunque al propio Stevens no le guste hablar de esta connotaci¨®n de su mejor cancionero.
Dec¨ªa precisamente Elliott Smith que "si no hay nada m¨¢s que aquello que puedes ver, entonces, el mundo se presenta muy peque?o". En este 2015, otro a?o no falto de dolor y paranoia, otro curso repleto de personajes mediocres y voceros de la banalidad, otro n¨²mero que se consume y al que habr¨¢ que darle alg¨²n significado, si lo tiene, Sufjan Stevens nos muestra la grandeza de la m¨²sica. Nos hace ver con sus canciones nuestra alma.
Babelia
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