Lleg¨® Dieu
Zidane era alguien que desprend¨ªa buen rollo, naturalidad, limpieza moral, respeto hacia s¨ª mismo y a los dem¨¢s
No habiendo agitado nunca una bandera (incluida la roja y negra, la ¨²nica cercana a mi coraz¨®n) dentro de unas horas estoy dispuesto a mover una hasta el espasmo si lleva grabado el careto de Zidane, si se trata de darle la bienvenida a un fulano que me regal¨® algo parecido a la felicidad. Y sabes que alguien con plaza a perpetuidad en los altares del f¨²tbol, o del arte a secas, tiene mucho m¨¢s que perder que ganar asumiendo la capitan¨ªa de un barco suntuoso con frecuentes amenazas de naufragio, que se le va a exigir como entrenador la magia, la belleza, la elegancia y la eficiencia que marcaron sus se?as de identidad como futbolista, que llega a una empresa muy mezquina que impone resultados inmediatos, sin respeto hacia sus mitos, proclamando sin tregua y sin sonrojo que es el mejor del mundo aunque las estad¨ªsticas se burlen de esa machacona, arrogante y grotesca certidumbre.
Aunque los humanos atravesemos ¨¦pocas muy duras, en mi caso recuerdo que las penas se esfumaban durante un rato escuchando a Coltrane, leyendo Rojo y negro, en mi eterno amor hacia El apartamento, o despu¨¦s de asistir a controles, pases, regates y goles prodigiosos del bailar¨ªn Zidane, a su clase, su estampa, su coreograf¨ªa. Y encima era alguien que desprend¨ªa buen rollo, naturalidad, limpieza moral, respeto hacia s¨ª mismo y a los dem¨¢s. Aseguran que no es un prodigio de elocuencia ni de expresividad. Me da igual. Me conformo con que sepa transmitir a sus jugadores la cuarta parte de su idea del f¨²tbol.
Y ya s¨¦ que a veces se le han cruzado los cables. Que no ha existido despedida tan tr¨¢gica para una leyenda como el cabezazo del rey a un mat¨®n s¨®rdido en su ¨²ltimo partido, en la final del Mundial. Ojal¨¢ que le ofrezcan tiempo. Muchos dudaron de su magisterio a los dos meses de haberlo fichado el Real Madrid. A todos les cerr¨® la boca y les regal¨® un placer inolvidable. Zidane es la noticia del d¨ªa. ?Qu¨¦ importa Mas?
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