¡°Tengo una atracci¨®n por lo intenso¡±

Los surferos dir¨ªan que Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu (Ciudad de M¨¦xico, 1963) ha cogido la ola buena. El domingo pasado su pel¨ªcula El renacido se llev¨® tres Globos de Oro y el jueves obtuvo 12 candidaturas a los Oscar, convirti¨¦ndose as¨ª en la favorita. En Espa?a este prewestern, seg¨²n definici¨®n del director, basado en hechos reales, se estrena el 5 de febrero. Rodada con luz natural, en agrestes localizaciones canadienses y argentinas, las dificultades de su filmaci¨®n parece que hubieran dado para otra pel¨ªcula. Antes de que empiece la batalla por la estatuilla de Hollywood, I?¨¢rritu est¨¢ presentando por Europa la historia de Hugh Glass, un trampero que en 1823 es abandonado y dado por muerto por sus compa?eros. El viernes por la tarde, v¨ªa telef¨®nica, el mexicano responde desde Roma. Y advierte: ¡°Te hablo con resaca. Tengo en la cabeza un guacamole de cosas¡±.

Pregunta. El a?o pasado gan¨® cuatro oscars, tres para usted, con Birdman. Este a?o es el favorito.

Respuesta. Hago lo que puedo para no ser engullido.

P. Cuando estren¨® Birdman me dijo que estaba cansado de platos mexicanos picantes, que quer¨ªa algo dulce. Pero con El renacido vuelve a ese picante.

R. (Risas). Esto es lo m¨ªo. Ha sido una pel¨ªcula intensa, complicada. M¨¢s que hacerlo, es un filme al que he sobrevivido. Tengo una atracci¨®n por lo intenso y complicado, y solo puedo ser fiel a m¨ª mismo.

P.Cumpli¨® los 50 a?os y se defini¨® como ¡°tocado por la melancol¨ªa¡±. ?Lo ha superado?

R. En cuanto empec¨¦ con la preproducci¨®n de El renacido, no hubo hueco para la melancol¨ªa. Mi padre dec¨ªa que la depresi¨®n es una enfermedad de la burgues¨ªa. Los trabajadores no se pueden regodear en la melancol¨ªa.

¡°Tengo una atracci¨®n por lo intenso¡±

P. ?Qu¨¦ ha encontrado en Leonardo DiCaprio que no le han dado otros actores?

R. Un compromiso insistente en la b¨²squeda de la perfecci¨®n. Compartimos una insatisfacci¨®n cr¨®nica en donde nos exigimos lo m¨¢ximo. Es ¨ªntegro como pocos actores. Yo le expliqu¨¦ con precauci¨®n y meticulosidad la forma en que yo iba a rodar esta pel¨ªcula, que no es f¨¢cil, porque exig¨ªa que confiara en m¨ª. Y as¨ª fue, nunca me retir¨® la confianza. Es un caballero. De su arte ni hablo. Bueno s¨ª, es muy meticuloso y tiene un ritmo interior extraordinario, con el que bailaba en pantalla un tango con El Chivo [Emmanuel Lubezki, director de fotograf¨ªa habitual de I?¨¢rritu].

P. ?D¨®nde encontr¨® la historia de Hugh Glass?

R. Hace siete a?os le¨ª un tratamiento de guion. No hab¨ªa mucho m¨¢s all¨¢ del ataque del oso que casi le mata y el t¨ªtulo. Me atrajo la sencillez y lo primitivo de la an¨¦cdota. Sobre eso reescrib¨ª el guion. Hace cinco busqu¨¦ las localizaciones, ya con DiCaprio, pero se cruz¨® El lobo de Wall Street y yo pas¨¦ a Birdman.

P. En todas sus pel¨ªculas obliga a reflexionar sobre la trascendencia y lo que significa vivir.

R. A m¨ª me gustaba explorar la fisicalidad de esos infinitos horizontes del paisaje americano, y al mismo tiempo tener delante esa respiraci¨®n en primer plano del protagonista, quer¨ªa que la gente experimentara lo que siente alguien que ha perdido todo. Me atra¨ªa mostrar el silencio en la naturaleza, y de la interacci¨®n del hombre y la naturaleza. Explorar qu¨¦ lleva a un hombre a sobrevivir.

P. Es un hombre no vivo, casi un fantasma con ecos shakespearianos.

R. Es un ¨¢ngel, un demonio, un esp¨ªritu flotante al que sigue la c¨¢mara. Intent¨¦ abordar la espiritualidad del personaje. No s¨¦ si lo he logrado. Si algo no me emociona, lo abandono. En el arte busco catarsis, y cuando la obtengo, me libero. Vivo una transformaci¨®n. Si no la encuentro, me quedo flojo.

P. ?Cu¨¢ndo es la ¨²ltima vez que ha sentido esa catarsis?

R. Uff, no me acuerdo. Mi resaca¡­

P. El renacido habla de un pa¨ªs en construcci¨®n, donde todos son inmigrantes. Es casi imposible no ver una respuesta a Trump.

R. En el meollo est¨¢ la germinaci¨®n de Estados Unidos, que se ha visto poco en el cine. Hab¨ªa franceses, canadienses, espa?oles, los mexicanos acab¨¢bamos de independizarnos de ustedes¡­ Y por supuesto, nativos americanos. Como artista solo puedo ser fiel a m¨ª mismo y a mis circunstancias. Y estas son las de un mexicano que desde hace 15 a?os vive en EE UU. Me siento un outsider con mi piel oscura. Y el entorno actual no es favorable a los mexicanos en este pa¨ªs. Por eso he jugado con las razas, he reflexionado sobre el racismo en mi pel¨ªcula. La pureza de la raza, como apunta Trump, es una masturbaci¨®n enferma e inexistente: la naturaleza es una org¨ªa de mezclas. Todos tenemos sangre de todos.

P. Hay una espiritualidad en Glass que escasea hoy en d¨ªa.

R. M¨¢s que espiritualidad, es compasi¨®n. Hoy en d¨ªa alguien compasivo es calificado como d¨¦bil, rid¨ªculo.

P. ?Usted hubiera entrevistado a El Chapo? ?Har¨ªa una pel¨ªcula sobre ¨¦l?

R. Entiendo a Sean Penn. Lleva 30 a?os de activista. Y ha escrito muchos art¨ªculos. Posee una gran curiosidad y le atraen figuras controvertidas. Tiene todo el derecho a buscar a El Chapo. Hizo una cr¨®nica fant¨¢stica sobre c¨®mo lleg¨® a ¨¦l y, desafortunadamente, una entrevista no muy lograda porque no le pudo preguntar. El resultado informativo es pobre; la experiencia, muy rica. Julio Scherer dijo: ¡°Si el diablo me ofrece una entrevista, voy a los infiernos¡±. Yo tambi¨¦n; otra cosa es el resultado.

P. ?Se plantea alguna pel¨ªcula sin que aparezcan volando algunas personas?

R. (Risas). Puede que haya llegado el momento. Pero, ?sabes qu¨¦? ?ltimamente he so?ado mucho que levito. Me pasaba tambi¨¦n de ni?o. Aunque ahora en mis sue?os me acompa?a flotando mi padre, que muri¨® hace tres a?os y yo estaba muy unido a ¨¦l¡­ Siempre con ligereza, ¨¦l, que era muy gordo. Esas relaciones que me impactan emocionalmente y que explican mi percepci¨®n de la vida me llaman la atenci¨®n lo suficiente como para que la sobrenaturalidad marque mi cine.