¡°No dejes que la verdad te estropee un buen reportaje¡±
Algunas pel¨ªculas de periodistas glorifican el oficio, otras lo destrozan
Spotlight, la pel¨ªcula que narra c¨®mo The Boston Globe destap¨® el encubrimiento de los abusos a menores por parte de sacerdotes, muestra a la vez la grandeza y el tedio del gran periodismo de investigaci¨®n: el enorme servicio a la sociedad que pueden prestar los diarios con trabajos de verificaci¨®n que se prolongan durante meses. El filme, que se estrena este viernes, retrata las discusiones y los pasos en falso que requiere montar una gran historia. Sin hero¨ªsmo, s¨®lo con oficio y paciencia. Sin embargo, el cine no siempre ha sido tan clemente con este oficio y las grandes pel¨ªculas de periodistas son despiadadas. Ya se sabe: ¡°?No ir¨¢s a dejar que la verdad te estropee un buen reportaje¡±.
Esta frase no pertenece a Primera plana, como mucha gente cree, sino a La p¨ªcara solterona (Sex and the single girl), en la que Tony Curtis interpreta al ¡°m¨¢s rastrero periodista de la m¨¢s rastrera y traidora de las revistas sensacionalistas¡± (definici¨®n que el susodicho se aplica con la cabeza bien alta). Pero Primera Plana es sin duda la pel¨ªcula que con m¨¢s brillantez, gracia y mala leche refleja los bajos fondos del periodismo. Ben Hecht, periodista de sucesos en Chicago en los a?os veinte, relata en sus memorias, Los actores son asco, que decidi¨® irse a Hollywood ¡°porque est¨¢ lleno de idiotas y se pueden ganar millones¡±. Hecht escribi¨® una obra de teatro en la que despellejaba a los reporteros que hab¨ªa conocido en sus a?os de plumilla de la que surgieron dos obras maestras.
Al igual que el mundo se divide entre la gente que baja por las escaleras o en ascensor o entre los que piden pescado o carne en las bodas, tambi¨¦n est¨¢n los prefieren Luna nueva ¨Cla segunda versi¨®n de Hecht dirigida por Howard Hawks con Cary Grant como el despiadado y amoral director Walter Burns y Rosalind Russell como Hildy Johnson¨C o Primera plana ¨Cla versi¨®n de Billy Wilder, con Walter Matthau como Burns y Jack Lemmon como Hildy, un personaje que pasa a ser un hombre¨C. La competencia m¨¢s feroz, las putadas entre compa?eros, la falta absoluta de escr¨²pulos para conseguir una exclusiva, o para invent¨¢rsela si hace falta, los enfrentamientos con el poder: todo est¨¢ en el Chicago Examiner de Primera plana. Y un di¨¢logo inolvidable, que era v¨¢lido cuando los peri¨®dicos se imprim¨ªan solo en papel y que lo sigue siendo ahora que se leen en m¨®viles y se podr¨¢n leer en gafas: ¡°?Qui¨¦n demonios va a leerse el segundo p¨¢rrafo?¡±.
Existen otras pel¨ªculas que critican y reflexionan sobre el periodismo desde ¨¢ngulos m¨¢s serios ¨Caunque no necesariamente menos cercanos a la realidad¨C como Ausencia de malicia, El dulce sabor del ¨¦xito ¨CBurt Lancaster interpreta al periodista m¨¢s terrible y corrupto que haya retratado el cine¨C, El dilema, la estupenda Network. Un mundo implacable, que planteaba con enorme fuerza la irrupci¨®n del entretenimiento en los informativos, la quinta temporada de The Wire o El gran carnaval, que anticipa la crisis de los mineros atrapados de Chile. Pero tambi¨¦n hay muchos filmes que nos reconcilian con el oficio, desde Buenas noches y buena suerte, sobre la libertad de expresi¨®n, o el maravilloso cl¨¢sico de Richard Brooks El cuarto poder hasta todas las pel¨ªculas de periodistas en guerra, como Las flores de Harrison o Los gritos del silencio.
Sin embargo no hay tantos filmes que reflejen el periodismo de verdad. Spotlight es, tal vez junto a Todos los hombres del presidente ¨Cel relato de la investigaci¨®n del Watergate¨C, la pel¨ªcula que relata con mayor precisi¨®n y justicia lo que significa este oficio. Una suma de interminables series de llamadas, de retrasos, discusiones, de oportunidades perdidas ¨Cen el Boston Globe tuvieron la historia de los abusos mucho antes pero no supieron verla¨C que, al final, gracias al olfato, la perseverancia y el trabajo en equipo, se convierten en un periodismo fundamental. Eso no quiere decir que la sala de prensa de Primera Plana no refleje la realidad y que, desde luego, alguien vaya a leerse alguna vez un segundo p¨¢rrafo.
Babelia
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