De novelas negras, ¡®arge?oles¡¯ y venganzas
¡°Argentina no tiene remedio, Espa?a tampoco¡± dicen con iron¨ªa Carlos Salem y Ernesto Mallo con quienes hablamos en BCNegra
La cita es en un bar oscuro y algo t¨¦trico, un lugar negro en el que parece que es de noche y donde la vida transcurre ajena a la soleada ma?ana de Barcelona. Huele ligeramente a fritanga, hay maniqu¨ªes en distintos lugares y todo tiene pinta de escenario de un crimen a punto de ocurrir. Carlos Salem (Buenos Aires, 1959) llega el primero, sempiterno pa?uelo en la cabeza, voz ronca como se?a de identidad. Despu¨¦s es el turno de Ernesto Mallo (La Plata, 1948), chaqueta sin corbata, pa?uelo en el bolsillo, ademanes tranquilos y acento todav¨ªa marcado. Los dos viven en Espa?a y disfrutan desde ¨¢ngulos muy distintos de su car¨¢cter arge?ol; los dos escriben novela negra; los dos quieren levantar la voz; ninguno est¨¢ dispuesto a parar de hablar.
¡°Hace poco que vivo ac¨¢, as¨ª que pesa mucho la identidad argentina, pero espero curarme. Aunque tambi¨¦n he observado que Espa?a, como otros pa¨ªses, se est¨¢ argentinizando¡± cuenta Mallo al ser preguntado sobre qu¨¦ identidad pesa m¨¢s. El caso de Salem es distinto. El autor de Camino de ida lleg¨® a Espa?a hace 28 a?os. Su acento casi olvidado y su vocabulario porte?o aparecen como por arte de magia en cuanto la conversaci¨®n se dispara. A punto de publicar el libro de cuentos Relatos negros, cerveza rubia (Navona) es ahora, parad¨®jicamente, cuando Salem mira atr¨¢s para recuperar en sus pr¨®ximos libros los temas de su pa¨ªs natal, para reargentinizarse.
A los dos les gusta la venganza, la iron¨ªa, repartir estopa y disfrutar. Durante una hora de conversaci¨®n con EL PA?S, se miran, se complementan, se corrigen y hablan de sus libros y sus personajes. Y de Argentina, siempre Argentina.
"Es tal el ansia de publicar que hay gente dispuesta a lo que sea. Hay gente que paga por publicar y a esos deber¨ªan fusilarlos"
Con la literatura marcada a fuego en sus vidas, los dos llegaron a la novela por caminos abruptos y tras serias crisis personales. Salem pas¨® por el periodismo y la publicidad, donde, cuenta, se hart¨® de vender culos. Despu¨¦s de una larga experiencia en el teatro, el cine y el ensayo, el salto de Mallo con la serie de El Perro Lascano (Siruela ha publicado las cuatro novelas), un polic¨ªa argentino llamado a convertirse en un referente de la novela negra en espa?ol, es tard¨ªo: ¡°A los 56 a?os, en vez de ir a la plaza a dar de comer a las palomas me busqu¨¦ otro trabajo¡±, afirma con esa iron¨ªa que invade su discurso. Salem, poeta y letrista, francotirador de la palabra, lo resume con esta copla: ¡°Mi amante era la poes¨ªa y me cas¨¦ con la novela, y tuve lo que quer¨ªa que es un tr¨ªo con gemelas¡±.
La crisis de la p¨¢gina 40
Al torbellino creativo de Carlos se contrapone la calma de Ernesto, que sufri¨® durante a?os un curioso bloqueo. "Me pas¨® que estuve m¨¢s de 10 a?os intentando escribir novelas y se me mor¨ªan. Llegaba a la p¨¢gina 40 y perd¨ªa la voz, el inter¨¦s. Lo llamo el s¨ªndrome de la p¨¢gina 40. Hasta que lleg¨® Crimen en el barrio del Once y de repente me di cuenta de que iba por la 70¡±.
Coinciden, eso s¨ª, en el diagn¨®stico de lo que hacen, que ven como un privilegio, y en que no conocen la crisis de la p¨¢gina en blanco, parte del ¡°circo¡± en torno a la literatura. Aqu¨ª va su an¨¢lisis del g¨¦nero y la actividad literaria:
ERNESTO MALLO: Es tal el ansia de publicar que hay gente dispuesta a lo que sea. Hay gente que paga por publicar y a esos deber¨ªan fusilarlos. Y hay otros que ni pagando. Hay una cosa que ni se ense?a, ni se aprende y es el talento.
CARLOS SALEM: Hay gente que confunde escribir con redactar. Cualquiera que termine los ciclos b¨¢sicos de la educaci¨®n puede redactar. Escribir es otra cosa. Siempre digo en broma que escribir es mejor que el sexo, o que la comida, o que la ¨®pera. O lo hac¨¦s bien o no lo hag¨¢s. Pero muchos lo hacen de todas maneras.
E. M: A m¨ª me gusta m¨¢s el sexo. Si me dan a elegir entre escribir un cap¨ªtulo o echar un polvo lo tengo claro. Sobre todo si hay amor. Si no lo hay, prefiero escribir.
"Hay gente que confunde escribir con redactar. Cualquiera que termine los ciclos b¨¢sicos de la educaci¨®n puede redactar. Escribir es otra cosa"
C. S: Bueno, eso depende (risas). Es como eso que dijo Woody Allen de que el sexo solo es sucio cuando se hace bien.
Si hay algo que une al autor de Los hombres te han hecho mal con el de Muerto el perro es la iron¨ªa y la mala uva. ¡°La iron¨ªa es un signo de inteligencia y hay mucha novela muy poco inteligente. Muchas¡± ataca Mallo. ¡°A m¨ª me ha pasado factura. porque se simplifica mucho y se me ha etiquetado, pero el precio lo he pagado gustoso. Hay tantas cosas del mundo que me dan asco que para no llenarme de ira me gusta jugar con esa iron¨ªa¡±, resume Salem. Lo argentino regresa de la mano de Mallo: ¡°Por formaci¨®n, los argentinos manejamos mucho la iron¨ªa. La argentina es una sociedad muy ir¨®nica, tal vez porque es un pa¨ªs muy ir¨®nico¡±. ¡°Ser argentino o ser espa?ol es una forma de asomarse a una ventana. El argentino sabe que se la van a dar pero va de canchero. Es el saludo ese de ?C¨®mo est¨¢s? Bien pero no importa¡±. a?ade Salem, ya totalmente porte?o.
La venganza como motor
La conversaci¨®n pasa de lleno a sus libros, a sus personajes, a la construcci¨®n literaria en el g¨¦nero negro y a ese peque?o lujo llamado venganza y ejercido con placer e insistencia en sus obras. Una venganza que viene, claro, de la derrota previa, de la injusticia que dota a la novela negra de sentido social.
C.S: Se confunde la cr¨ªtica con el pegote, con decir ¡°esta novela va del tr¨¢fico de ni?os¡± y ya est¨¢. Y eso no es. En la vida real ganan los hijos de puta y yo quiero que por lo menos en mis novelas no sea as¨ª.
E. M: La novela negra es una novela moralista y la novela social de nuestro tiempo. Si no hay cr¨ªtica lo que sale es entretenimiento. Se ha perdido capacidad cr¨ªtica para dar una visi¨®n m¨¢s complaciente y a favor del espect¨¢culo. En mis novelas ganan los hijos de puta varias veces. Yo tengo varias venganzas en mis libros.
C.S: Es que sos malo.
E.M: No, no soy malo, pero s¨ª muy vengativo. Es que la venganza tiene mala prensa, pero para m¨ª es deliciosa, maravillosa. La justicia es venganza. La justicia nunca arregl¨® a nadie.
C.S: Si no tuvi¨¦ramos venganza no tendr¨ªamos mucho de qu¨¦ escribir.
Ponerse a hablar de c¨®mo crean a sus personajes es abrir un rosario de an¨¦cdotas, procesos e historias reales inabarcables en este espacio. Los dos viven con sus creaciones, pero de manera muy distinta. ¡°Mi relaci¨®n con Lascano es rara ya¡±, asegura Mallo, que habla con El Perro, ve a su personaje por la calle, lo mira. Los de Salem duran m¨¢s. ¡°Soy vago. Si tengo un detective pues ya me vale con ese y lo uso en varios libros. Adem¨¢s, en mis novelas no muere tanta gente como en las de Ernesto, as¨ª que puedo seguir con ellos¡±, cuenta Salem divertido.
El drama argentino
La ¨²ltima pregunta cierra el c¨ªrculo del encuentro. Las respuestas tienen tanto vigor, tanta vehemencia, tanto sarcasmo que parece que la entrevista acaba de empezar ?Tiene remedio Argentina?
E.M: Argentina es incurable.
C.S : Como Espa?a.
E.M: El ser humano es incurable.
C.S: Igual Ernesto me corrige pero el nivel de corrupci¨®n que se alcanz¨® despu¨¦s de la dictadura que a partir de ah¨ª se pierde la verg¨¹enza. Tengo la sensaci¨®n de que no hab¨ªa tanto para robar..
E.M: O simplemente no hab¨ªa Internet. No, Argentina naci¨® corrupta. En la partida de nacimiento viene: Pedro de Mendoza, que era un tipo que ten¨ªa s¨ªfilis y que la contrajo en Italia cuando particip¨® en el saqueo de Roma, que se robaron todo. Y cuando vuelve a Espa?a descubre que tiene s¨ªfilis y alguien le dice que en las Indias hay una planta que lo cura. Y le mandan para all¨¢, con dinero robado, a ver. Naci¨® fruto de un robo. Y despu¨¦s ni hablemos. Despu¨¦s vinieron los contrabandistas. Buenos Aires era un lugar de mierda: bajo, malsano y pantanoso en un momento en que hab¨ªa ciudades como Lima o Asunci¨®n y sin embargo Buenos Aires las supera. ?Por qu¨¦? Porque monopolizaron el contrabando. ?De qu¨¦? De negros, oro y plata. Argentina es corrupta estructuralmente. Eso no tiene arreglo.
C.S: El problema es que ac¨¢ tampoco se puede solucionar, se ha generalizado todo. Ahora no se quiere ser el Dioni. Se quiere ser un ejecutivo, con tarjeta black, que sacas m¨¢s plata y luego va preso uno de cada 50. O te haces pol¨ªtico y te forras a comisiones, o construyes un aeropuerto sin aviones.
E.M: El mundo se argentiniza. Es as¨ª. A nosotros nos ten¨ªan que llamar para dar c¨¢tedra sobre c¨®mo tratar con estos pol¨ªticos, que ya los hemos tenido a todos.
C.S: Ernesto, estamos conquistando el mundo.
Terminada la conversaci¨®n, salen al sol como vampiros reci¨¦n despertados. Es mediod¨ªa. Buenos Aires queda un poco lejos, pero cr¨ªmenes hay en todas partes.
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