Grotesca miseria moral
Es imposible leer 'Fosa com¨²n', sin los constantes estorbos del narrador, muy satisfecho de anclarse en una verbosidad cultista o zafia
Tanto por la resonancia pol¨ªtica del t¨ªtulo, descaradamente aprovechada, como por encarar el periodo de la Transici¨®n, enfocado desde una perspectiva muy porosa a la actualidad, Fosa com¨²n podr¨ªa constituir el tipo de novela que demanda nuestra sociedad para saber de d¨®nde venimos, ahora que se presupone que hay un giro hist¨®rico. Los t¨ªtulos de los cap¨ªtulos as¨ª lo sugieren: ¡®Un entonces¡¯, ¡®Un despu¨¦s¡¯, ¡®Que sirva para algo¡¯. Y no puede obviarse en la propuesta de Javier Pastor (Madrid, 1962) esa ambici¨®n literaria. Esta es su marca, expuesta con imponente desproporci¨®n, sobre todo en Esa ciudad (Bruguera, 2006), con la que esta novela tiene no pocas concomitancias, en especial la estructura acumulativa, el gusto por la indignaci¨®n estridente y el inexistente decurso de la trama, que al cabo desfigura la narraci¨®n hasta la caricatura.
La adolescencia en una capital de Castilla en el curso 1976-1977 confiere a la primera parte la panoplia de los primeros trances vitales de Jaime Arzain, en una emergencia memor¨ªstica, en tercera persona, donde la mediocridad ambiental se entreteje al albur, sin distinguir las experiencias de las an¨¦cdotas docentes o familiares. En la segunda parte, casi cuarenta a?os despu¨¦s, tras la muerte de su mujer, Arzain vuelve a la ciudad que no se nombra (Burgos, desvelada en la tercera parte) para confrontar sus recuerdos, e inquirir su propia degradaci¨®n y la dimensi¨®n del agravio con interlocutores reales o indefinidos, mediante di¨¢logos descompuestos y cr¨ªpticos. Esta parte se superpone a la primera; pero, si deb¨ªa revelar zonas insinuadas del cap¨ªtulo anterior, las nerviosas digresiones y malabarismos verbales solapan la introversi¨®n pol¨ªtica de un retorno que dif¨ªcilmente disimula su artificiosidad. En el ¨²ltimo cap¨ªtulo la voz corresponde a Pastor que, sin refuerzo de personaje, se compromete a divulgar un crimen ¡ªun militar mat¨® a tiros a su mujer y a sus cuatro hijos y se quit¨® la vida¡ª, sucedido en 1975, mientras Franco agonizaba, suceso que apenas asom¨® a la prensa para no desprestigiar al Ej¨¦rcito. Un caso atroz, sin duda, que Pastor eleva a significaci¨®n ¡ªuna hija asesinada comparti¨® pupitre con ¨¦l¡ª en una pedestre investigaci¨®n, con notas de diario que incluye, para fastidio del lector, la desaz¨®n de sus pesquisas, aunque sinceramente admite que ¡°se ahoga en trivialidades¡±.
El escritor se sirve de una materia relevante para hacer chisporrotear su estilo indigesto y confuso
Es imposible leer Fosa com¨²n, como suced¨ªa tambi¨¦n en la novela mencionada, sin los constantes estorbos del narrador, muy satisfecho de anclarse en una verbosidad cultista o zafia, seg¨²n le d¨¦ por exhibirse a la forma ilustrada o con jerga de quincaller¨ªa de barrio, en una mezcla que delata ineficiencia por lograr el tono adecuado, y, al no lograrlo, resolver el embate con onomatopeyas y recurrencias del tipo: ¡°A ver si tienes huevos evos evos vos vos os oss ossss¡±, o concluye la investigaci¨®n del crimen calificando al asesino y suicida de ¡°grand¨ªsimo hijo de la grand¨ªsima puta¡±, en un alarde de pe?netraci¨®n psicol¨®gica.
As¨ª es, y la propaganda editorial que deber¨ªa suscitar inter¨¦s o curiosidad se ver¨¢ mermada por saturaci¨®n al comprobar, con la esforzada lectura, que el escritor se sirve de una materia relevante para hacer chisporrotear su estilo indigesto y confuso, que llega al lector despojado de persuasi¨®n o veracidad, a no ser que a uno le guste re¨ªrle las gracias. Aqu¨ª la miseria moral del franquismo se presenta tan grotesca e hiperb¨®lica como carente de convicci¨®n, pues el narrador mismo se contamina hasta resultar tan grotesco como la materia parodiada. No obstante, hay que suponer que el autor se ha empe?ado en instigar a su memoria para revelar un tiempo detestable y avisar as¨ª de la simulaci¨®n en que se incurre negando su injurioso legado. Pero la visceralidad y el desorden transfieren tanta opacidad que ocultan la noble intenci¨®n que presumiblemente asiste al novelista, quien cerca del final no duda en declarar: ¡°Hay que joderse lo que me cuesta destroquelarme (improbablemente) de catolicismo y guerracivilismo¡±.
Fosa com¨²n. Javier Pastor. Random House. Barcelona, 2016. 464 p¨¢ginas. 21,90 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.