Spike Lee dice que en EE UU ¡°se glorifica la violencia¡±
El director evoca en ¡®Chi-Raq¡¯, a concurso en la Berlinale, la elevada criminalidad de Chicago


Desde 2003 hasta hoy han muerto m¨¢s personas en Chicago por arma de fuego (superan los 7.000 fallecidos) que estadounidenses en las guerras de Irak y Afganist¨¢n. Solo en febrero ya van 90 asesinatos. ¡°Es la capital estadounidense de la muerte¡±, aseguran en Chi-Raq, la nueva pel¨ªcula de Spike Lee, que para ilustrar esa tragedia ha adaptado Lis¨ªstrata, la s¨¢tira de Arist¨®fanes escrita hace 2.426 a?os, a los barrios del sur de esa ciudad. All¨ª Lis¨ªstrata, novia de Demetrius Chi-Raq, el l¨ªder de una banda gangsta llamada Esparta enfrentada a sus rivales, los C¨ªclopes, decide poner fin a esa sangr¨ªa. Y como en la antigua Grecia, pedir¨¢ a todas las mujeres ayuda en su huelga de piernas cruzadas: No peace No pussy (No paz, no co?o), gritan en sus manifestaciones. Sin sexo los hombres entran en raz¨®n.
¡°Yo nunca he estado en Irak, as¨ª que no s¨¦ c¨®mo es una zona de guerra, pero creo que las cifras deber¨ªan dejarnos calificar as¨ª a Chicago¡±, dijo ayer Lee durante la presentaci¨®n de su pel¨ªcula en la Berlinale. A su lado John Cusack, que encarna a un sacerdote en lucha contra la violencia, recalc¨®: ¡°Cada d¨ªa mueren 99 personas en Estados Unidos a balazos¡±. El realizador ha encontrado apoyo en una fuerza de la industria, Amazon Studios, que la estren¨® primero en streaming, para mostrar una sociedad que, asegura, ¡°glorifica la violencia¡±. ¡°Vivo en un pa¨ªs muy violento, con un exceso de armas de fuego. Hay una gran batalla por dar. En Chicago hay un tiroteo diario. ?Qu¨¦ nos pasa? ?Puede que Donald Trump sea presidente! Me da miedo¡±. Spike Lee cree que no es solo un problema afroamericano. ¡°En ello tambi¨¦n hay blancos porque en la muerte hay negocio. Se mueve demasiado dinero¡±. Sobre su voto presidencial, lo tiene claro: ¡°Bernie Sanders es de Brooklyn, as¨ª que votar¨¦ por Bernie¡±.
En entrevistas previas, Lee (Atlanta, 1957) ha llegado a calificar esta masacre de ¡°genocidio negro autoinfligido que hay que detener¡±. ¡°Seamos honestos. No podemos acusar a la polic¨ªa de asesinarnos sino analizamos que tambi¨¦n nos asesinamos a nosotros mismos¡±.
¡°?Despertad!¡±
Adem¨¢s, apuntaba que el cambio solo pod¨ªa nacer desde los mismos estadounidenses: ¡°Lo llevo diciendo desde Aulas turbulentas [1988]. ?Cu¨¢les eran las dos ¨²ltimas palabras que se o¨ªan en pantalla, dichas por Lawrence Fishburne? ¡®?Wake up (Despertad)!¡¯. ?Qu¨¦ es lo primero que se escucha en Haz lo que debas, en la voz de Samuel L. Jackson? ¡®?Despertad!¡¯. ?Y qu¨¦ dice Jackson al final de Chi-Raq? ¡®?Despertad!¡¯. Llevo d¨¦cadas recalcando lo mismo en pantalla, pero la gente a¨²n no me ha hecho caso¡±. Y de ah¨ª su lamento: ¡°Hemos fallado toda una generaci¨®n cuando a un joven negro hoy no le importa morir a los 18 a?os. No hemos abierto el debate sobre el control de las armas, ni parece que vayamos a afrontarlo pr¨®ximamente¡±.
El director sigue siendo un realizador visualmente impactante, pero le puede el exceso en pantalla y ante la prensa. ¡°Mis pel¨ªculas favoritas muestran problemas serios de forma sat¨ªrica. Me encanta Kubrick¡±, contaba, como reflejo de su personalidad. En Berl¨ªn Spike Lee ha estado comedido, divertido. A¨²n mantiene su energ¨ªa, y sentado ante la prensa se le ve c¨®mo se revuelve en la silla, como una lagartija. Ha sabido usar el hip-hop para atacar justo a algunos de sus creadores, los gangsta rap que con la m¨²sica azuzan la violencia. L¨¢stima que en Chi-Raq intente abarcar demasiados temas y se vaya por las ramas con algunas tramas secundarias que ralentizan la acci¨®n. Sin embargo, todav¨ªa queda cineasta para rato. Y por supuesto, nadie callar¨¢ a alguien que jam¨¢s tuvo pelos en la lengua.
Y sobre los Oscar y la Academia, que le ha premiado este a?o con un galard¨®n de honor, el cineasta apunt¨®: ¡°Yo no estoy boicoteando los Oscars, simplemente mi mujer y yo hemos decidido no ir. ?Por qu¨¦? En los dos ¨²ltimos a?os en las cuatro categor¨ªas de interpretaci¨®n no ha habido finalistas negros. Y se han hecho trabajos que deber¨ªan haber estado ah¨ª. Pero el problema no es la Academia, sino los ejecutivos. Esos que se sientan en las reuniones de los estudios, los que hacen las pel¨ªculas, las series. Incluso si no crees en diversidad los encargados del negocio deber¨ªan pensar en el enorme mercado que existe y dejan fuera¡±.
Jude Law, del periodismo al trono papal
Hay labores calladas que casi nunca se ven en el cine. Por ejemplo, el d¨ªa a d¨ªa de un montador. O las horas de vista perdida de los editores literarios. En ingl¨¦s, para ambas profesiones se usa la misma palabra, editor, y en cierta forma comparten su base: cogen joyas en bruto, y las pulen. En Genius Colin Firth encarna a Max Perkins, el editor que public¨® por primera vez a Fitzgerald y a Hemingway y descubri¨® a Tom Wolfe. Meti¨® en vereda su verborrea, convertida en miles de folios en su plasmaci¨®n literaria, que llegaban a las librer¨ªas en centenares de p¨¢ginas gracias a Perkins.
Exacerbado, exagerado, Wolfe, el regalo que le ha tocado a Jude Law para la pantalla, arroll¨® a todo el que se cruz¨® antes de fallecer en 1938 a los 37 a?os. "No creo que fuera ego¨ªsta, si lo entiendes como una personalidad dominante. Ahora, si le liberas de las connotaciones negativas¡ Estaba abierto a lo que el mundo le ofrec¨ªa, aunque es cierto que avasallaba", dice Law. Pero ni ¨¦l, ni Firth, ni el debut en el cine del director teatral Michael Grandage, evitaron que el concurso de la Berlinale recibiera Genius con fr¨ªa indiferencia.
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