La politizaci¨®n del lugar
El pensamiento pol¨ªtico se ha inspirado en el tiempo m¨¢s que en el espacio, pero la globalizaci¨®n restaura el principio territorial
Ensayo. Parafraseando a Kant, cabr¨ªa afirmar que el espacio y el tiempo son las dos formas a priori de la sensibilidad pol¨ªtica. Pero existe un cierto desequilibrio entre ambas, pues, por razones f¨¢ciles de entender (ya que la lucha pol¨ªtica parece igual en todas partes, y suele basarse en la instrumentaci¨®n del pasado como arma para conquistar el futuro), el pensamiento pol¨ªtico ha solido inspirarse en el tiempo mucho m¨¢s que en el espacio. Esto explica su tradicional dependencia de los estudios hist¨®ricos; y hoy mismo su metodolog¨ªa m¨¢s prestigiosa es el (neo) institucionalismo de la path dependency (dependencia de la trayectoria o inercia institucional de la continuidad hist¨®rica), a partir de autores como Douglass North o Paul Pierson. Pero desde la ca¨ªda del muro que fijaba la frontera entre ambos bloques geopol¨ªticos, con la consiguiente irrupci¨®n de la globalizaci¨®n neoliberal, se dir¨ªa que se est¨¢ produciendo una cierta restauraci¨®n de lo que bien se puede llamar el principio territorial, tantas veces reafirmado por Max Weber, al que los autores aqu¨ª comentados en primer lugar denominan giro espacial, reequilibrando as¨ª la paridad de los aprioris kantianos.
Y como se?alan Francisco Colom y ?ngel Rivero, el primer resultado de este giro espacial es la politizaci¨®n de los puntos cardinales que se?alan las coordenadas bipolares del debate pol¨ªtico: en el pasado, el centro de la polis o de la cives frente al entorno de los b¨¢rbaros; desde la divisi¨®n del imperio y sobre todo desde la irrupci¨®n del islam, Occidente frente a Oriente (m¨¢s tarde traducidos tras la II?Guerra Mundial en el Oeste del capitalismo democr¨¢tico frente al Este del capitalismo comunista); con la revoluci¨®n burguesa, la izquierda asalariada frente a la derecha propietaria; tras la invenci¨®n del nacionalismo, el genius loci (el esp¨ªritu del lugar) frente al enemigo exterior; con la emergencia del populismo, los de abajo (el pueblo, la gente) frente a los de arriba (la casta, la ¨¦lite); tras la globalizaci¨®n neoliberal, el Norte (posindustrial) frente al Sur (el club de la miseria y los BRIC emergentes); con la creaci¨®n de organismos supranacionales, el centro (el eje Par¨ªs-Berl¨ªn) frente a la periferia (los PIGS); y as¨ª sucesivamente, en una serie de dicotop¨ªas polarizadas entre la sede etnoc¨¦ntrica del nosotros frente al ah¨ª afuera de los otros (illuc sunt leones).
No obstante, este primer cat¨¢logo compilado por Colom y Rivero de politizaci¨®n espacial, con ser bien interesante, resulta excesivamente acad¨¦mico, pues deja sin atender los flancos m¨¢s politizados del debate espacial actual: el retorno del nacionalismo, la reapertura de la cruzada contra la yihad, la rebeli¨®n poscolonial contra la globalizaci¨®n neoimperial, el flujo hacia el norte excluyente de los refugiados y excluidos que huyen del devastado sur¡; y as¨ª sucesivamente, en una serie de cuestiones espaciales bien candentes que tampoco podemos visitar aqu¨ª. Por eso me concentrar¨¦ en ciertos libros reci¨¦n aparecidos que aluden a otra arena crucial del debate espacial: la lucha urbana por el control pol¨ªtico de la globalizada ciudad neoliberal.
La agenda de la gentrificaci¨®n recupera toda su actualidad tras el retorno de la especulaci¨®n urban¨ªstica
Es la agenda de la gentrificaci¨®n urbana, que pareci¨® detenerse tras la explosi¨®n de la burbuja inmobiliaria, pero que recupera de nuevo toda su actualidad tras el retorno de la especulaci¨®n urban¨ªstica que se est¨¢ produciendo con la aparente salida de la crisis especulativa. Aqu¨ª destaca la antolog¨ªa de textos de Neil Smith (de quien Traficantes de Sue?os ya tradujo hace tres a?os su libro La nueva frontera urbana), el gran ge¨®grafo escoc¨¦s que populariz¨® el t¨¦rmino gentrificaci¨®n para referirse a la expulsi¨®n de los habitantes empobrecidos de los centros urbanos para reconvertirlos, redecorarlos y comercializarlos en el mercado internacional.
E igualmente aparece otro art¨ªculo p¨®stumo de Smith en el tercer libro comentado aqu¨ª, una compilaci¨®n de Traficantes de Sue?os (editorial popular vinculada con el 15-M y Podemos) donde tambi¨¦n aparecen grandes figuras cr¨ªticas como Neil Brenner, John Logan, Jamie Peck y sobre todo Lo?c Wacquant.
Finalmente, cerrar¨¦ esta nota con el ¨²ltimo libro de Manuel Delgado que acaba de reeditarse, donde insiste en criticar acerbamente, con su caracter¨ªstica iconoclastia tan bien informada, el concepto te¨®rico mismo de espacio p¨²blico, que es el escenario acad¨¦mico donde tiene lugar la representaci¨®n ideol¨®gica de la vida urbana gentrificada. Una puesta en escena donde las mujeres y hombres de carne y hueso que habitan la ciudad y deambulan por ella, o sea, los j¨®venes precarios y los viejos discriminados, los parados y los inmigrantes, las madres solteras y los excluidos de los servicios p¨²blicos, son tratados como si fueran ciudadanos abstractos te¨®ricamente libres e iguales, para lo que se hace pudorosa abstracci¨®n de su miseria y de su rabia ante la humillante discriminaci¨®n y desigualdad que sufren. De ah¨ª el ciudadanismo como ideolog¨ªa de clase media (junto a otras an¨¢logas variantes suyas como el artivismo de los movimientos sociales posmodernos) que encubre, normaliza, justifica y legitima la profunda fractura que desgarra, enfrenta y contrapone en trincheras insalvables a los habitantes comunes que comparten la misma ciudad.
El espacio pol¨ªtico. Aproximaciones al ¡®giro espacial¡¯ desde la teor¨ªa pol¨ªtica. Francisco Colom y ?ngel Rivero. Anthropos. Barcelona, 2015. 207 p¨¢ginas. 19 euros.
Gentrificaci¨®n urbana y desarrollo desigual. Neil Smith, Luz Marina Garc¨ªa Herrera y Fernando Sabat¨¦ Bel. Icaria. Barcelona, 2015. 376 p¨¢ginas. 24 euros.
El mercado contra la ciudad. Globalizaci¨®n, gentrificaci¨®n y pol¨ªticas urbanas. Varios autores. Traficantes de Sue?os. Madrid, 2015. 280 p¨¢ginas. 20 euros.
El espacio p¨²blico como ideolog¨ªa. Manuel Delgado. Catarata. Madrid, 2015. 119 p¨¢ginas. 15 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.