C¨¢ntala de nuevo, amor
¡®La Celia¡¯ y ¡®Madrid enverbenado¡¯ revisitan ¨¦xitos y canciones olvidadas de la edad de oro de la revista
Dos espect¨¢culos arrevistados, con p¨²blicos completamente diferentes. La mayor¨ªa del que llena a diario La Celia anda por encima de los 69 a?os, conoce los episodios principales de la vida de Celia G¨¢mez e incluso la vio en Nostalgia, en los a?os ochenta; en El ¨²ltimo de Filipinas, en 1972, o en El ¨¢guila de fuego (1956), revista de Rigel y Ramos de Castro, que se mantuvo tres temporadas en cartel. El espectador medio de Madrid Enverbenado, en cambio, ronda los treinta a?os de edad, poco o nada sabe sobre el teatro musical espa?ol de los dos primeros tercios del siglo XX y menos todav¨ªa que las canciones de la funci¨®n que est¨¢ viendo provienen de revistas como ?Qu¨¦ pasa en C¨¢diz?, estrenada por la vedette hispanoargentina, o de operetas como Luna de miel en El Cairo.
Esta generaci¨®n ha heredado de sus abuelos el gusto por la revista: sus padres, amamantados con leche en polvo norteamericana y rock and roll, crecieron convencidos de que el g¨¦nero era un subproducto del franquismo, sin advertir que su apogeo tuvo lugar en realidad en el periodo que va de mediados del reinado de Alfonso XIII al final de la II Rep¨²blica, y que canciones realistas como el Tango de la coca¨ªna, de Alc¨¢zar y Viladomat, o el chotis Rosa de Madrid, interpretadas en Madrid enverbenado (la segunda en su versi¨®n amable: valdr¨ªa la pena reponer la ¨ªntegra), fueron capadas posteriormente de sus estrofas m¨¢s crudas, y esterilizadas, sin permiso de sus autores.
La Celia
Autor: Santiago Castelo. Direcci¨®n musical: Jordi L¨®pez. Direcci¨®n. Emilio Sagi. Madrid. Teatros del Canal, hasta el 28 de febrero.
En La Celia, Ivanna Rossi, escoltada por cuatro vicetiples, interpreta una quincena de chotis, pasacalles y cupl¨¦s, brillantemente arreglados para un tr¨ªo de m¨²sicos diestros en el acompa?amiento, mientras enumera y comenta los acontecimientos principales de la vida de la diva, que dar¨ªa para un texto con empaque y con tensi¨®n dram¨¢tica, si alguien quisiera escribirlo. Menudita y graciosa, la argentina tiene un vibrato que recuerda al de la G¨¢mez. La funci¨®n entra por los ojos tanto como por el o¨ªdo: enmarcando con bombillas de luz incandescente la embocadura y el fondo del escenario cuasi vac¨ªo, Daniel Bianco parece haber querido sugerir que la acci¨®n sucede al otro lado de un espejo de camerino gigante, perdido en el espacio tiempo.
Madrid enverbenado
Autores y directores: Compa?¨ªa Artes Verb¨¦nicas (Mario Marcol, Luis Taus¨ªa, Pelayo Rocal y Antiel Jim¨¦nez). Madrid. Nave 73, los domingos de febrero y marzo.
Ganador de los premios Talent 2014 al mejor espect¨¢culo y mejor musical, Madrid enverbenado tiene un argumento que acaba siendo poco m¨¢s que un pretexto para redescubrir media docena larga de canciones de las que se quedan en la memoria (empezando por Flor de aldea, con letra de Mari?o y m¨²sica de C¨¢ndido Larruga, que llevaba d¨¦cadas en un caj¨®n) y que los chicos de la compa?¨ªa Artes Verb¨¦nicas cantan sin microfon¨ªa, como los flamencos en Casa Patas. Estupenda, la escenograf¨ªa povera, que con manipulaciones m¨ªnimas recrea el interior de una casa, una azotea, una barricada creativa o la escalinata para las coristas de No te enfades por nadie ni por nada.
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