El arriesgado encaje del golpista Tejero en la ficci¨®n

Cuando el tricornio y el bigote del teniente coronel Tejero entraron en el Congreso de los Diputados pistola en mano, alguien crey¨® escuchar antes una claqueta y un grito: ¡®?Acci¨®n!¡¯. La mera escenificaci¨®n del golpe de Estado, con todos sus ensayos de pu?aladas y conspiraciones previas, se presentaba ante los ojos de los espa?oles en horario de merienda como una ficci¨®n en s¨ª y en directo, por TVE. Con esa tesis escribi¨® Javier Cercas Anatom¨ªa de un instante, su magistral y valiente artefacto literario inclasificable, aparecido en 2009, sin que tuviera que forzar o buscar un g¨¦nero al uso. El 23-F, en s¨ª, hab¨ªa nacido como tal...

Inmediatamente, aquella entrada de sainete, liderada cara al p¨²blico por el tipo m¨¢s burdo de la transici¨®n, dio pie a novedades de reportajes, investigaciones, teor¨ªas con el aliento del rigor o el espumarajo del sensacionalismo. ¡°Toda una industria del asunto alentada por la mentira, las medias verdades, las teor¨ªas conspirativas¡±, a?ade Cercas, que acaba de publicar El punto ciego (Random House), un ensayo con las conferencias que dio en la c¨¢tedra Weidenfeld de Literatura Comparada de Oxford, donde explica el dilema que lleg¨® a tener en su d¨ªa sobre si deb¨ªa cubrir de ficci¨®n Anatom¨ªa de un instante. ¡°Llegu¨¦ a una conclusi¨®n: ya exist¨ªa demasiada y con ello, m¨¢s confusi¨®n. No hubiera aportado nada¡±.

Aun as¨ª, la ficci¨®n ha seguido imponi¨¦ndose y no s¨®lo en forma de thriller. Hoy en d¨ªa tenemos en la cartelera off, hasta un musical: 23-F. La versi¨®n de Tejero, creado por Carla Guimar?es y Pepe Mac¨ªas, dirigido y protagonizado por este ¨²ltimo. ¡°No es solo un musical, es una comedia musical. Y ah¨ª est¨¢ la diferencia¡±, afirma Guimar?es. ¡°El humor tiene mucho que aportar a la hora de revisar el pasado. La mirada desde esa perspectiva es cr¨ªtica, no deifica a las figuras hist¨®ricas, sino que las humaniza. En cuanto a lo otro, pensamos que ser¨ªa divertido ver a figuras como Tejero, Adolfo Su¨¢rez o el rey Juan Carlos cantar y bailar en directo¡±.

La sacudida de lo convencional ha sido lo que ha movido en cierta forma a ambos: ¡°El problema es que las im¨¢genes del suceso en s¨ª, son puro arquetipo. Hasta un peri¨®dico sueco titul¨® la noticia diciendo que un torero con pistola hab¨ªa asaltado el Congreso. Pero lo que m¨¢s nos preocupaba a la hora de enfrentarnos con la historia era lo asentada que perviv¨ªa esa visi¨®n. Las cosas fueron as¨ª. Ese se?or loco con bigote entr¨®, puso en jaque al pa¨ªs y al final la democracia se salv¨®. Yo me creo m¨¢s los hechos en la versi¨®n que Jordi ?vole ofreci¨® en Salvados. O la nuestra. Y seguro que la verdad, si se desvela completamente alg¨²n d¨ªa, queda entre una y otra¡±, asegura Pepe Mac¨ªas.

Hasta d¨®nde la realidad de sumarios, testimonios y relatos rigurosos llegaba ¡ª ¡°Muy lejos, lo sabemos pr¨¢cticamente todo¡±, puntualiza Cercas¡ª sirvi¨® como fuente y eje a Helena Medina para el guion de la serie 23-F. El d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil del Rey. ¡°Manejamos todos los documentos p¨²blicos de los hechos que estaban probados, m¨¢s all¨¢ de teor¨ªas o interpretaciones, para elaborar una serie rigurosa compatible con la realidad. No se trataba de un documental, eso es muy importante tenerlo en cuenta, sino de una obra de ficci¨®n¡±.

El peso de la misma ca¨ªa en las espaldas de Juan Carlos I, encarnado por Llu¨¬s Homar. Bati¨® r¨¦cords de audiencia: fue la serie m¨¢s vista de la historia reciente, con siete millones de espectadores, lo que prueba el evidente inter¨¦s de estas creaciones y urge a espabilar en cuanto a la tardanza con que en el sector audiovisual se ponen en marcha este tipo de contenidos. ¡°No existe tradici¨®n en Espa?a de un g¨¦nero como el thriller pol¨ªtico. En otros pa¨ªses es muy com¨²n, tanto con personajes reales como con otros ficticios ocupando puestos reales. Aqu¨ª, apenas exist¨ªa cuando se emiti¨® ni existe ahora. A una parte de la audiencia y de los cr¨ªticos les resulta dif¨ªcil acoger un producto de este tipo sin buscar en ¨¦l lo que proporcionan los documentales o informativos. Por esa raz¨®n, en parte, hay reticencia a producir m¨¢s ficci¨®n de ese tipo¡±.

Medina se la jug¨® escogiendo al Rey como eje de la historia. Pero funcion¨®: ¡°Es necesario, en televisi¨®n, focalizar la acci¨®n en un protagonista con el cual la audiencia sufra, llore, r¨ªa. Era la primera vez que se representaba en ficci¨®n televisiva a un monarca reinante. Habr¨ªa resultado otra de no ser ¨¦l, sin duda, menos ¨¦pica. Dotamos de motivaciones y alma a los otros personajes claramente antagonistas, huyendo del manique¨ªsmo, enemigo n¨²mero uno de la buena ficci¨®n, y, seguramente, de la Historia¡±.

Pero no han sido los ¨²nicos ejemplos. La televisi¨®n ha seguido explorando el suceso. Fue tambi¨¦n el caso de 23-F, Historia de una traici¨®n, dirigida por Antonio Recio. O en el cine 23-F, la pel¨ªcula, de Chema de la Pe?a. Los encabezados de cada t¨ªtulo afianzan la versi¨®n de Cercas: aquella fantochada se ha elevado a la categor¨ªa de g¨¦nero en s¨ª mismo. Pero un g¨¦nero que hay que agarrar con alfileres para que, como apunta el escritor, ¡°no se lucren o quieran sacar ventaja los peores protagonistas del mismo¡±.