Beduinos a la caza de un Oscar
La pel¨ªcula jordana 'Lobo' opta a la estatuilla al mejor filme de habla no inglesa Fue rodada en medio del desierto con miembros de una tribu n¨®mada como actores
Se llama Ley de Dakheel. Y, en la pr¨¢ctica, se traduce en el deber sagrado de ofrecer protecci¨®n y hospitalidad a cualquiera que lo pida. Todo beduino respeta esta norma al pie de la letra. ¡°Hay incluso historias de hu¨¦spedes acogidos pese a que hab¨ªan matado a un miembro de la familia del anfitri¨®n¡±, aclara Naji Abu Nowar. Otra cosa ser¨¢n los atroces dilemas morales que esta tradici¨®n conlleva. Lo que, junto con la cultura beduina y la vida en medio del desierto conforman los pilares de Theeb (Lobo), el primer filme del cineasta. Medio brit¨¢nico, medio jordano, Abu Nowar (Oxford, 1981) ha creado con escaso presupuesto una triple aventura: la de la trama, la de un rodaje que suena a cuento ¨¦pico y la de una ¨®pera prima que le ha valido un Bafta (mejor debutante) y ha llegado hasta los Oscar. De hecho, es tambi¨¦n la primera vez que Jordania aspira a la estatuilla al mejor filme de habla no inglesa.
Ante la c¨¢mara, Lobo ¨Cque ya tiene asegurada distribuci¨®n espa?ola- es la odisea de un ni?o en la Arabia de hace un siglo. Entre dunas, ca?ones desolados y los ara?azos de la Primera Guerra Mundial, el peque?o lo pierde todo y es obligado de golpe a hacerse adulto para salvarse. Sin renunciar, eso s¨ª, a su ternura. Amigo y enemigo. Temido y respetado. Es decir, lo que los beduinos llamar¨ªan ¡°lobo¡±. Una obra que Variety ha calificado de ¡°estupenda¡± y que deja historias como para llenar mucho m¨¢s que sus 100 minutos de su metraje. Quiz¨¢s por eso Abu Nowar ya se plantea rodar una secuela, 10 a?os despu¨¦s.
¡°Desde el principio tuvimos claro que la ¨²nica manera de hacer Lobo era escarbar en la vida de los beduinos y sacar de ah¨ª algo org¨¢nico¡±, ha defendido el cineasta. As¨ª que un buen d¨ªa se plant¨® con su equipo en Wadi Rum (el mismo desierto de Lawrence de Arabia) y le explic¨® a una de las ¨²ltimas comunidades n¨®madas que all¨ª viven que quer¨ªa rodar un filme con y sobre ellos. Al rescate de su plan acudi¨® la Ley de Dakheel: ¡°Al principio nos encontramos con un educado escepticismo. En realidad, creo que nos consideraban unos locos pero su tradici¨®n les imped¨ªa decirlo claramente¡±. Sin embargo, el director cree que el lema clave del buen cineasta es ¡°no rendirse nunca¡± y se dispuso a aplicarlo con el mismo rigor de los anfitriones beduinos.
Dif¨ªcil explicar de otra forma que Lobo saliera adelante. Abu Nowar quiso rodar un filme n¨®mada 100%, pero tuvo que rebajar un pelda?o sus ambiciones. Aun as¨ª, la lista de obst¨¢culos es digna de un proyecto maldito: tormentas de arena, todoterrenos encallados, 40 grados de d¨ªa y excursiones t¨¦rmicas salvajes de noche, un campamento en el deserto sin cobertura para m¨®viles e inundaciones repentinas que obligaban a desalojos igual de r¨¢pidos. Adem¨¢s de la naturaleza, la pel¨ªcula afrontaba el reto de su propio reparto. Uno de los mantras de la industria sugiere no rodar nunca ¡°con animales y ni?os¡±. Pues bien, Abu Nowar centr¨® su historia en un chico, varios camellos y un asno que, al parecer, estaba m¨¢s interesado en huir del rodaje en busca de una hembra que en su carrera f¨ªlmica.
Y luego estaba el desaf¨ªo de ense?ar a actuar a hombres en muchos casos analfabetos. De los 250 beduinos entrevistados, Abu Nowar se qued¨® con 11. Y fue cambiando su guion seg¨²n lo que el entorno le dictaba, a la vez que oblig¨® su troupe a aprender y respetar las reglas b¨¢sicas de sus anfitriones. Finalmente, acept¨® un compromiso entre improvisaci¨®n y puntos irrenunciables de la historia: ¡°La pel¨ªcula casi muri¨® muchas veces, por falta de dinero o tiempo. Ten¨ªamos que completar cada d¨ªa lo que preve¨ªa el rodaje o todo el filme habr¨ªa sido cancelado¡±.
Tama?a odisea le devolvi¨®, sin embargo, un bagaje de recuerdos imborrables. Caz¨®, cultiv¨®, busc¨® agua en el desierto. Aprendi¨® del ¡°Sherlock Holmes de los beduinos¡±, un tipo al que hasta la polic¨ªa pide colaboraci¨®n para rastrear pistas. Y, en general, vivi¨® el d¨ªa a d¨ªa de los n¨®madas. ¡°La cultura beduina tribal es muy social. Desde el momento en que te despiertas hasta que te duermes, est¨¢s constantemente recibiendo invitados o visitando a vecinos, siempre ante una taza de t¨¦. O vas a cazar y te paran algunos desconocidos para tomar un t¨¦¡±, relata el director. B¨¢sicamente, toda actividad conlleva largas pausas y charlas ante comida y bebida caliente, lo que ¡°engorda¡± pero tambi¨¦n atiende a otra funci¨®n: todos lo cuentan todo sobre todos. ¡°Es como ver las noticias pero hablando con 50 personas. El resultado es que los beduinos conocen tus movimientos, a qui¨¦n has encontrado y qu¨¦ has hecho cada d¨ªa¡±.
De sus anfitriones, Abu Nowar tambi¨¦n aprendi¨® a ¡°vivir en simbiosis con la naturaleza¡±, una lecci¨®n que considera importante para todo el planeta. Con ella bajo el brazo lleg¨® el martes a Los ?ngeles a cazar fortuna. En principio, la favorit¨ªsima es El hijo de Sa¨²l. Pero quien sabe. Tal vez los Oscar tambi¨¦n respeten la Ley de Dakheel.
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