Una Salom¨¦ vampiresa y m¨ªstica
Jaime Ch¨¢varri y Victoria Vera se encuentran en el escenario para dar vida al poderoso y m¨ªtico personaje de Oscar Wilde
En un s¨®tano destartalado y algo fr¨ªo se est¨¢ viviendo un sue?o. Embelesado, un hombre est¨¢ atento a las palabras de una mujer malvada que se siente abandonada y sola. El hombre asiste al descubrimiento del deseo y del amor por parte de esa vampiresa que en el fondo es tambi¨¦n una m¨ªstica. La obsesi¨®n de Jaime Ch¨¢varri (Madrid 1943) por Oscar Wilde, por los cuentos que le¨ªa de ni?o y que ya entonces, a¨²n sin entenderlos, le provocaban fascinaci¨®n, est¨¢ en v¨ªas de curaci¨®n. Hoy, este director de cine y teatro estrena Salom¨¦, la tragedia de un solo acto que el autor ingl¨¦s escribi¨® en base a la historia b¨ªblica de la hijastra del Herodes Antipas, tetrarca de Judeas, que pidi¨® a su padrastro la cabeza de Jokaanan (el profeta San Juan Bautista), como recompensa por haber bailado ante ¨¦l. Salom¨¦, que se representar¨¢ desde hoy y hasta el pr¨®ximo 3 de abril en el teatro Fern¨¢n G¨®mez, de Madrid, est¨¢ interpretada por Victoria Vera, a la que acompa?an en el reparto Manuel de Blas, In¨¦s Morales, Jos¨¦ Carlos Illanes y otros.
Ese laberinto de pasiones y odios familiares, los celos y los amores repentinos y abrasadores que estallan en mil pedazos en Salom¨¦ tienen a Ch¨¢varri y a Victoria Vera, en su primer encuentro art¨ªstico, absolutamente arrebatados. Despu¨¦s de un ensayo en los bajos fondos del centro teatral, director y actriz hablan con pasi¨®n, se quitan la palabra y desgranan y desmenuzan los versos de ese poema que escribi¨® Wilde en 1891 y cuyo estreno, primero en Par¨ªs, estuvo rodeado de esc¨¢ndalo y pol¨¦micas. ¡°Salom¨¦ es un personaje ¨²nico, una mujer fatal, una vampiresa, que vive una soledad tremenda en una familia destructiva. Todo eso me atrae mucho, pero especialmente el hecho que Wilde nos ense?a el hallazgo del amor por una mujer destructiva que detestaba a los hombres. Wilde se inventa un tipo de mujer inexistente entonces, es el primer texto en el que vemos a un personaje femenino descubrir el deseo y confesarlo delante del p¨²blico¡±, dice Ch¨¢varri, quien resalta el hecho de que a esa Salom¨¦ de Wilde, a pesar del amor y la pasi¨®n, nunca le abandona nunca la maldad.
Una mujer identificada con la luna, fr¨ªa y bell¨ªsima. As¨ª la concibe Victoria Vera (Madrid, 1960), que con Salom¨¦ sube a un escenario tras seis a?os de par¨®n teatral. ¡°En general, todos los montajes se han decantado por el lado m¨¢s depravado y lujurioso de Salom¨¦ y yo creo que es una m¨ªstica. El propio Wilde lo dijo. La danza de Salom¨¦ es m¨¢s metaf¨ªsica que sensual. Hemos querido adentrarnos por ese aspecto m¨¢s inesperado¡± asegura la actriz, que se enfrenta con esta obra a dos de los mon¨®logos m¨¢s potentes y dif¨ªciles que ha encontrado en su carrera. Son los mon¨®logos finales de la funci¨®n, en los que esta hija de reyes pasa de la rabia m¨¢s tremenda a la desolaci¨®n absoluta por haber perdido aquello que tanto amaba.
Vera est¨¢ en el proyecto de este montaje desde sus inicios, desde que surgi¨® como una posibilidad para estrenar en el festival de M¨¦rida. Una historia que ha sufrido vaivenes y abandonos y que la actriz no duda en calificar de ¡°rocambolesca¡±. Frente a lo que se est¨¢ haciendo en el teatro ahora, interviene Ch¨¢varri, Salom¨¦, el montaje de una compa?¨ªa privada ¡°sin subvenciones y a base de pu?os y mucho trabajo¡± supone un desaf¨ªo dramat¨²rgico. ¡°Buscamos un teatro que no sea f¨¢cil ni rimbombante. Hablamos de deseo, sexo y amor. Estamos ante una mujer que se enfrenta a lo prohibido, que busca salir del infierno que la rodea¡±.
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