La noche que las m¨¢quinas debutaron en los escenarios
Se estrena en Londres el primer musical con partitura y libretos creados por ordenador Un programa inform¨¢tico desarrollado en la Universidad Complutense gener¨® las tramas
El West End de Londres, epicentro del gran teatro comercial brit¨¢nico, vivi¨® la semana pasada una extra?a noche de estreno. Se presentaba el musical Beyond the fence (M¨¢s all¨¢ de la valla), creado por tres autores ins¨®litos: los programas inform¨¢ticos What-If Machine, PropperWryter y Android Lloyd Webber. En el patio de butacas, confundidos entre artistas, periodistas, cr¨ªticos y otros p¨²blicos habituales de las premi¨¨res, unos cuantos genios de la computaci¨®n asist¨ªan con sonrisa nerviosa a la representaci¨®n. ?Podr¨ªan sus criaturas emocionar a los humanos all¨ª congregados? ?Puede una m¨¢quina crear una obra art¨ªstica? ?C¨®mo puede afectar la tecnolog¨ªa a los procesos de creaci¨®n?
Durante tres a?os cient¨ªficos de distintas universidades del mundo, entre ellas la Complutense de Madrid, han trabajado de forma conjunta para intentar responder a estas preguntas. El proceso empez¨® en Cambridge con un an¨¢lisis de big data de 1.700 espect¨¢culos musicales: argumentos, personajes, tramas, decorados, cr¨ªticas, resultado comercial. De ah¨ª se extrajeron las primeras conclusiones: qu¨¦ elementos deb¨ªan escogerse o desechar para optimizar las posibilidades de ¨¦xito. Con esos l¨ªmites de partida, un equipo de cient¨ªficos la Universidad de Londres utiliz¨® despu¨¦s su programa What-If Machine para generar personajes y una premisa general: ?qu¨¦ pasar¨ªa si un soldado herido tuviera que comprender a un ni?o para encontrar el verdadero amor?
Estas dos primeras fases del proceso se completaron en primavera de a?o pasado. En ese momento el espa?ol Pablo Gerv¨¢s, profesor de Inteligencia Artificial y director del Instituto de Tecnolog¨ªa del Conocimiento de la Universidad Complutense de Madrid, recibi¨® el encargo de adaptar su programa PropperWryte para generar las tramas del espect¨¢culo. PropperWryte debe su nombre a los estudios de Vlad¨ªmir Propp, que en el siglo pasado analiz¨® los componentes b¨¢sicos de los cuentos rusos. Gerv¨¢s introdujo en este sistema las estructuras narrativas de 44 musicales de ¨¦xito para que la m¨¢quina aprendiera a generar argumentos veros¨ªmiles y encadenarlos de forma coherente. ¡°Por ejemplo, en Chicago identificamos 19 situaciones distintas: asesinato, arrepentimiento, algo que se aprende, un sacrificio, una epifan¨ªa, etc. A cada una de esas situaciones se le asocia una reacci¨®n emocional (amor, odio, violencia, felicidad, sorpresa) con distintos grados de intensidad. Con todo ese conocimiento, el programa lanza combinaciones posibles seg¨²n las premisas que le introduzcamos", explica el profesor.
La partitura tambi¨¦n fue compuesta con ayuda de un programa inform¨¢tico. En este caso, uno llamado Android Lloyd Webber, creado por Nick Collins (Universidad de Durham) a partir de un sistema de an¨¢lisis de teatro musical, con aportaciones adicionales de grupos de investigaci¨®n franceses.
El experimento, recogido en un documental que acaba de estrenar la cadena Sky Arts, ha arrojado ya su respuesta: s¨ª, las m¨¢quinas pueden ser creativas, aunque todav¨ªa solo en parte. De momento han sido capaces de poner los cimientos de un espect¨¢culo que ha sido bastante bien recibido por el p¨²blico y la cr¨ªtica londinenses. Pero la mano humana ha tenido que intervenir mucho para ordenar art¨ªsticamente ese material.
Eso no significa que en el futuro no puedan hacer mucho m¨¢s.¡°No hay nada que no hayamos podido hacer cuando nos lo hemos propuesto. Dec¨ªan que una m¨¢quina nunca podr¨ªa ganar a un campe¨®n de ajedrez, pero lo ha hecho. Que ser¨ªa imposible hablar con un ordenador, pero ah¨ª tenemos programas como Siri. Si a¨²n no hemos conseguido que las m¨¢quinas sean creativas es porque a¨²n no lo hemos intentado demasiado, porque todav¨ªa no entendemos c¨®mo lo hacemos los humanos y pensamos que es algo m¨¢gico¡±, asegura Gerv¨¢s, que lleva dos d¨¦cadas investigando en el procesamiento de lenguaje natural?y trabaja desde hace diecis¨¦is en la generaci¨®n autom¨¢tica de poes¨ªa y narrativa. "Somos una comunidad cient¨ªfica a¨²n peque?a, pero creciente. Cada vez m¨¢s se van viendo aplicaciones pr¨¢cticas a estos estudios: desde entender mejor c¨®mo funciona el cerebro humano hasta la simplificaci¨®n de procesos en las grandes industrias culturales, desde los videojuegos hasta la creaci¨®n de guiones para series de televisi¨®n", apunta.
Beyond the fence, que puede verse en el Arts Theatre de Londres hasta el 5 de marzo, es solo una primera muestra de lo que estas tecnolog¨ªas pueden llegar a ser capaces de hacer. "Nuestra intenci¨®n es desarrollar un nuevo proyecto de musical introduciendo much¨ªsima m¨¢s informaci¨®n en los sistemas para que sean capaces de ofrecernos muchas m¨¢s cosas. Estamos ya pensando en ello", afirma Gerv¨¢s.
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