La conquista de la ciudad so?ada

Dicen que cuando Mario Vargas Llosa supo la noticia de que su obra integrar¨ªa el cat¨¢logo de La Pl¨¦iade, su felicidad fue equiparable a la que experiment¨® esa ya famosa ma?ana neoyorquina del 7 de octubre de 2010 en que recibi¨® la llamada de la Academia Sueca para anunciarle que hab¨ªa ganado el Premio Nobel de Literatura.

No s¨¦ si es cierto o no, pero creo que tiene todo el sentido que un homenaje de esa envergadura signifique para ¨¦l un reconocimiento comparable a la mayor distinci¨®n literaria del mundo. Las relaciones de Mario Vargas Llosa con la cultura y la lengua francesas son profundas, fundacionales, en su vida como escritor. Aprendi¨® franc¨¦s en Lima, en los primeros a?os cincuenta, no solo para leer en su lengua original a muchos de los autores que m¨¢s admiraba, sino porque ten¨ªa la absoluta convicci¨®n de que solo viviendo en Par¨ªs podr¨ªa convertirse en escritor.

Movido por esa obsesi¨®n, escribi¨® El desaf¨ªo, relato que integra su primer libro, Los jefes, para participar en un concurso organizado por La Revue Fran?aise, cuyo premio era un viaje de 15 d¨ªas a Par¨ªs. Lo gan¨®, y en enero de 1958 viajar¨ªa por primera vez a ¡°la ciudad so?ada¡±, en la que vivir¨ªa desde agosto de 1959 y durante los siete a?os decisivos en su formaci¨®n intelectual y creaci¨®n art¨ªstica.

El escritor en ciernes fue testigo de excepci¨®n del existencialismo y, como ¨¦l mismo ha reconocido en infinidad de ocasiones, fue en Par¨ªs donde descubri¨® Am¨¦rica Latina y fue consciente por primera vez de lo que significaba ser latinoamericano. Y en una buhardilla de Par¨ªs termin¨® de escribir su primera novela, La ciudad y los perros, en el invierno de 1961.

La influencia mayor de su literatura tambi¨¦n tiene que ver con la cultura francesa: me refiero al descubrimiento y lectura de Madame Bovary. El encuentro con esta novela y con las cartas a Louise Colet, en las que Flaubert describe su arduo proceso de escritura, cambiar¨ªa su visi¨®n de la literatura y le instruir¨ªa, como nunca antes, sobre el tipo de escritor que ¨¦l quer¨ªa ser, o que ya era sin todav¨ªa saberlo.

Los libros en los que Vargas Llosa se form¨®, la generaci¨®n a la que perteneci¨®, el mundo intelectual del continente donde naci¨®, consideraban a Francia como epicentro de las artes y el pensamiento. Sin lugar a dudas, un proyecto cultural como La Pl¨¦iade contribuy¨® en la construcci¨®n de ese mito: la legendaria colecci¨®n literaria de la editorial Gallimard supone una suerte de canon de la mejor literatura del mundo.

Han pasado muchos a?os desde que el joven cadete Vargas Llosa ahorrara semanas enteras para comprar uno de los bell¨ªsimos vol¨²menes de sus autores favoritos en edici¨®n de La Pl¨¦iade, encuadernados en cuero y con p¨¢ginas de exquisita tipograf¨ªa impresas en papel semibiblia. Han pasado casi 60 a?os desde que escribi¨® ese breve relato que lo llevar¨ªa a Par¨ªs. Hoy, Par¨ªs lo homenajea de la mejor manera posible: d¨¢ndole la bienvenida a la colecci¨®n de los m¨¢s grandes, la biblioteca de los inmortales.

Pilar Reyes es directora editorial de Alfaguara.